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Antes de salir se miró en el gran espejo de su cuarto, uno grande que estaba justo frente a su cama

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Antes de salir se miró en el gran espejo de su cuarto, uno grande que estaba justo frente a su cama. Se dio un vuelta para ver mejor como quedaba su ropa. Y según él, quedaba bien. Suspiró y agarró su teléfono, metiéndolo en el bolsillo delantero de su pantalón.

Abrió la puerta y salió, cerrándola suavemente para que no se escuchara tanto el ruido. No desearía que Natsuo o Fuyumi le escuchasen. No lo malentiendan, si había pedido permiso a sus padres. Pero sus hermanos no sabían nada de la salida. Y prefería ahorrarse el interrogatorio de ambos.

Baja las escaleras silenciosamente, evitando ser visto por cualquiera de los albinos. Por suerte su hermano mayor no estaba en casa. Ya que Tōya era quien más se preocupaba por él en toda la casa. Aunque eso le gustaba. El pelirrojo era su hermano favorito, en secreto, claro. Si sus hermanos se enteraban de eso no le hablarían durante mucho tiempo.

Al estar en la planta baja, observa la puerta de salida, y con pasos sigilosos pero rápidos se acerca a ella.

- ¿A dónde crees que vas? -cierra los ojos nervioso por aquella voz que sin duda era de su hermano. Se gira con lentitud, y ve a Natsuo detrás de él con una ceja alzada y los brazos cruzados.

Traga saliva.

"El mundo está en mi contra"

- Natsuo... ¿Cómo estás? -ríe nervioso, mirando al oji plata sin saber que hacer.

- Nada de "¿cómo estás?", me vas a explicar ahora mismo a donde vas, o me veré obligado a llamar a Tōya -siente miedo de solo escuchar el nombre de su hermano mayor, y suspira levemente.

¿Qué se supone que diga? "Natsuo, voy a salir con el rey de la escuela que me gusta al parecer y oh, algo más, ese chico es el que casi mata a Izuku y que se peleo conmigo en los baños, ¿feliz?" obvio no.

- Voy... -piensa un poco en que decir, sin ocurriese le alguna mínima idea. No le quiere mentir a su hermano, pero no tiene de otra-, voy...a salir con Izuku -dice lo primero que se le viene a la mente.

- ¿Enserio? -lo mira sin creerse lo del todo.

- Sip, el y yo vamos a salir un rato... ya sabes, cosas de mejores amigos. Nada fuera de lo común, te prometo que vendré temprano, además, papá y mamá ya saben, yo les pedí permiso. Así que, nos vemos -se despide con un gesto de la mano, volteándose de nuevo y yendo hacia la puerta aún algo nervioso.

El albino le mira sin creerse lo, pero lo deja irse sin más. De todos modos, ya es un adolescente y sabe como cuidarse solo. No debería preocuparse tanto por el asunto.

Shōto suspira aliviado, y abre la puerta, saliendo y cerrando tras él. Comienza su camino a la cafetería a la que acordó verse con el rubio, y espera no llegar tarde. Agradece que su hermano se lo haya tragado todo. Porque realmente, si sus hermanos se llegan a enterar que está saliendo con alguien como Bakugō, se encargarán de separarlos cuanto antes. Conociéndolos, lo más probable es que hagan eso.

『ɴᴜᴇsᴛʀᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora