35;

812 108 5
                                    

No sabía que hacer, pero algo debía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sabía que hacer, pero algo debía.

Tenía la necesidad de enterrar tres metros bajo tierra a la entrometida de Camie, luego hacerla desaparecer y vivir feliz por siempre con Shōto. Tal vez a Deku también lo meta tres metros bajo tierra, o mejor cuatro por precaución.

Estaba tan molesto que no le vio otra solución a su enojo que ir a beber un poco en compañía de sus amigos. Los cuales, apostaba a que ya estaban más que ebrios.

Su manzana de Adán subía y bajaba cada que daba un sorbo a su bebida, sirviendo más y más de aquella botella de... ¿Whisky? ¿Vino? A quien le importaba, solo quería beber. Ya sabrá que hacer si luego se desmaya por tanto beber en una sola noche. Aunque de todos modos ni le importa.

Eijirō a su lado no estaba mejor, bebía directamente de una botella de vino de manera relajada, mientras se apoyaba en la mesa esperando a que comience a hablar y contarle todo con detalles. El pelirrojo era uno de los únicos que sabían sobre su relación con Shōto, y tenía bien claro que no les estaba yendo muy bien por temas obvios.

El mesero les miraba como si tuvieran dos cabezas, sabiendo que ambos no tenían la edad suficiente como para estar ahí, pero no molestando se en regañarlos o comentar algo, simplemente limitándose a escuchar las incoherencias que soltaba el cenizo de vez en cuando.

Sus demás amigos estaban probablemente metidos en cualquier otra parte, oyendo chismes seguramente o jodiendole la vida a alguien. Lo cual le alegraba al no tener que escuchar los pesados chistes de Denki sobre lo grosero que estaba siendo con Shōto.

De todas formas decía la verdad. No estaba siendo para nada amable y eso era notable. Ya casi ni hablaban, y había una gran tensión entre ellos cuando estaban en el bus que hasta los demás pasajeros lo notaban. Y era algo desesperante para el cenizo no poder ir directo al grano y hablar de aquello que tanto quería. Era totalmente consciente de todo lo que estaba pasando últimamente.

Se repetía que no era nada bonito que Shōto viera lo mucho que Camie se acerca a él con total confianza, sin arrepentirse de lo que hacía ni un poco. Parecía estar bastante dispuesta a "conquistarlo" y eso era un puto dolor de cabeza. Si tan sólo esa chica supiera que su corazón ya tiene dueño..

Entrecerró los ojos con molestia, gruñendo como un verdadero animal y apretando en sus manos el vaso de alcohol que se encontraba tomando.

Uhg, puta vida, putos celos, puto todo.

Eijirō lo vio con una ceja alzada, al escuchar como soltaba balbuceos que parecían ser insultos en voz baja. Lo cual era normal de un Katsuki ebrio. O al menos un poco.

─¿Ya me vas a decir por qué nos trajiste aquí? ─preguntó, cansado de esperar a que Katsuki se arme de valor para decirle que era lo que pasaba.

El cenizo golpeó su cabeza contra la mesa, dejándose caer en esta de mala gana.

─Es esa maldita puta de Camie. Me tiene la vida arruinada. ─gruñe con molestia de solo pronunciar su nombre, apretando los dientes al saber que los problemas en su relación con Shōto estaban aumentando por culpa de esa chica.

『ɴᴜᴇsᴛʀᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora