2- Bandeja

825 46 4
                                    

Lena desayunaba en silencio, intentando no hacer ruido, lo que prolongó su rutina matutina más de lo usual.

Con el tiempo en su contra, dejó la vajilla en el lavabo, se cepilló los dientes y salió apresurada.

Evan despertó con el sonido de la puerta cerrándose y se levantó, sobresaltado.
Salió de la habitación y notó que Lena ya no estaba.

Con el cabello alborotado y una expresión de frustración, murmuró:
-Esto me pasa por dormir tarde.

Anhelaba hablar más con ella, conocerla mejor, acercarse.
-Tendré que esperar.

Al ver la loza sin lavar, sonrió.
-Te ayudaré.

...
...

Lena llegó corriendo a la universidad.
-Lena, tranquila, el profesor mandó un correo, llegará más tarde -la tranquilizó Joseph.

Ella, intentando recuperar el aliento, se apoyó en él.
-¿Por qué... no avisa antes?

Sindy se rió.
-Hubiera dormido más.

-¡Chicos! -Amanda se acercó corriendo, al igual que Lena.
-¿Ya llegó el profesor?

Lena, entre enojada y frustrada, contestó:
-No, llegará más tarde.

Amanda se lamentó.
-Pude haber dormido más.

Todos rieron y Joseph recordó:
-Por cierto, necesitamos avanzar en el trabajo de ética, hay que entregarlo pasado mañana.

-Lena, ¿podemos ir a tu casa? -preguntó, refiriéndose al nuevo compañero de Lena.

Ella asintió tras pensarlo un momento.
-Sí, no hay problema, pero tiene que ser después del trabajo.

-Eso no es problema. ¿Y qué tal tu nuevo compañero? -indagó Sindy, con una mirada insinuante.

-Bien, parece amable. Ayer vimos unos capítulos de una serie juntos, es como si me conociera... no sé...

-Tal vez le gustas -sugirió Sindy.

-Si le gusta solo con verla, sería un psicópata. Esperemos que no sea el caso -bromeó Joseph.

Al ver al profesor acercarse, anunció:
-¡Ya llegó!

Saludaron al profesor mientras abría la puerta y se acomodaron en sus lugares. Lena se quedó pensativa sobre Evan, preguntándose qué estaría haciendo.

Evan, ya duchado y vestido, se dirigió a la productora, que quedaba a pocas cuadras de la casa.

Una vez en el edificio, repasó sus líneas en el set. Era reservado en el trabajo y prefería no hacer amistades allí.

Cuando llegó la hora del almuerzo, notó que todos se dirigían a la cafetería de enfrente.

Sin haber comprado nada aún y sin querer tomar comida de Lena, se unió a la fila.

Al llegar a la caja, una señora lo atendió.
-Buenas tardes, ¿qué necesita?

-Un sándwich de queso y un jugo de fresa, por favor -pidió Evan.

La señora registró el pedido.
-Perfecto, son 6 dólares.

Evan pagó en efectivo y mientras esperaba el cambio, la señora llamó:
-Lena, un sándwich de queso y un jugo de fresa, por favor.

Evan se sorprendió al ver a Lena salir de entre los cajones.
-Ok.

Ella comenzó a preparar el sándwich sin mirar a nadie.
-Aquí tiene su cambio.

Evan eligió el asiento más cercano, desde donde podía observar a Lena con atención. La joven parecía sumida en su labor, concentrada y meticulosa. Con todo dispuesto en una bandeja, consultó a su compañera:
-¿Qué mesa?

Save You (Evan Peters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora