Lena Snow es una joven estudiante de sociología, además trabaja en una cafetería, sin embargo los ingresos no le son suficientes y necesita a un compañero de Departamento.
Evan Peters es un joven actor en ascenso, que acepta un nuevo proyecto en una...
El joven parpadeo varias veces. Miró frente a él y Lena estaba ahí parada intentando calmarlo. No entendía nada, recién había visto a Lena en el suelo.
Dejó caer el objeto, derrotado, su mente estaba mal. Se tomó del cabello y se sentó en el suelo. -Evan?
Lena al verlo se arrodilló frente a él.
-No sé lo que me pasa... veo cosas, intenté golpear a tu madre... no entiendo Lena, que me pasa?
La joven lo abrazó. -Estas desesperado, es normal. Evan yo estaré bien.
Evan se aferró a ella pero sabía que no era eso, algo le estaba pasando, su mente se quebraba solo de pensar que ella podría morir.
-Debemos irnos.
Mirta ayudó a Evan a levantarse, estaba desanimado y avergonzado.
Mientras iban camino a la casa, ninguno habló. La joven pensaba en romper el hielo pero Evan sólo miraba por la ventana.
Al llegar, el joven fue el primero en bajar e ingresar a la casa sin mirar a Lena. -Llamare al hospital para ver si pueden atenderla hoy.
Mirta se quedó en el auto para que ellos hablaran tranquilamente.
Lena abrió la puerta y vio a Evan parado, mirando la pared. Ella se acercó y lo abrazó por la espalda.
-Perdon Lena, pensé que era la unica forma de salvarte...
-No digas nada. No ha pasado nada, no te disculpes.
Evan se volteó. -No me tienes miedo?
Lena sonrió. -Jamas. Estás aterrado al igual que yo, mi padre, incluso Mirta... todos reaccionamos de formas distintas.
El joven rubio la abrazó. -Gracias por apoyarme.
. . . .
Después de ese día Evan entendió que el miedo lo estaba consumiendo. Publico en sus redes que necesitaba ayuda de un donante y varias personas le dieron su apoyo, sin embargo, no habían encontrado a alguien compatible.
Lena, por suerte, se mantenía, pero la leucemia igual.
Amanda iba cada día a ver a su amiga, encontró un trabajo en la ciudad y se mudó a un pequeño departamento. En cuanto a su padre, los negocios iban mejorando.
-Evan, recuerda que despues del descanso te harán unas pruebas de maquillaje.
-Si Henry, lo se, llegaré a tiempo.
Evan se despidió de todos camino a su auto, cuando recibió una llamada de un numero desconocido. Normalmente no contestaba pero dada la situación de Lena, podía ser cualquier cosa. -Diga?
. . .
Lena estaba en el hospital como cada día, en sus terapias físicas, acompañada de Amanda. -Y cómo te haz sentido?
Lena, algo cansada, dijo. -Mejor, mucho mejor, ya no me agoto al caminar, además la quimio no es tan agresiva.
Amanda le ayudó a dejar una pesa en el suelo. -Y cómo esta Evan? No lo he visto desde que llegué.
-Ah... está bien, solo que muy ocupado, ya sabes, el trabajo. En la casa se le ve poco, pero bien.
En eso, Lena escucha su celular sonar, lo sacó de su bolsillo y contestó. -Evan, justo estábamos hablando de ti con Amanda...
-Estas en el hospital?
El tono de Evan era serio.
-Si... pasó algo?
-En qué piso?
-Am, el segundo.
-Puedes venir al gimnasio?
Lena se levantó animada. -Si.
-Ven sola.
Evan cortó la llamada, dejando a Lena confundida. -Todo bien?
Amanda se preocupó al ver la expresión de su amiga.
-Si... iré al gimnasio, quédate aquí.
Amanda asintió y Lena bajó las escaleras. Estaba feliz de ver a Evan fuera de la casa. Al llegar notó que estaba solo, sentado en una banca, cabizbajo. -Evan!
Lena corrió hasta él con una gran sonrisa. -Me alegra verte.
Evan no la miró.
Lena se sentó. -Pasa algo?
Evan suspiró. -No puedo con esto Lena... ya no.
A la joven se le detuvo el corazón, sabía a lo que se refería pero no lo quería creer. -Con que?
Evan miró al frente. -No puedo seguir a tu lado.
Lena contuvo la respiración, estaba claro que ese momento iba a llegar.
Evan al sentir el silencio, continuó. -Mi trabajo es muy importante, este proyecto lo es y estar contigo me desconcentra, estoy todo el día pensando en tu salud, en si estarás viva cuando llegue a casa... es agotador, espero que me entiendas. Soy joven, quiero vivir mi vida, no estar amarrado a ti solo por tu enfermedad.
Lena no hablaba, le costaba respirar, el pecho le dolía pero las lagrimas no salían.
Evan la miró, estaba palida y sus manos temblaban. -Estare en la casa de mis padres por dos días, es tiempo suficiente para que tu y tu padre se vayan de mi casa. Tu tratamiento está pagado.
Lena apretó los puños y él lo notó. -Eso es todo Lena.
Evan se levantó y se fue. No supo cuanto tiempo pasó pero debió ser bastante para que Amanda la fuera a buscar. -Lena? Estas bien?
Amanda le hablaba pero ella estaba completamente ida. -Lena?
La joven miró a su amiga. -Me duele...
Amanda se preocupó -Que te duele? Donde? Quieres que llame a alguien?
La joven puso su mano en su pecho. -Me duele aquí... Amanda...
Lena la tomó con fuerza. -Esta bien, espera...
Amanda tomó su teléfono y llamó a Evan.
-Se fue... Amanda... me dejó...
La joven entendió. Dejó su teléfono sobre la banca. -Lena...
-Es mi culpa, se fue porque no aguantaba más... pero me había prometido que no me dejaría...
Amanda abrazó a su amiga. -Lena, llora... puedes llorar.
Lena tomó aire y gritó, le dolía tanto el pecho que podía asegurar que su corazón se había roto de alguna forma. Mientras lloraba a gritos, Amanda solo la abrazaba, era la primera vez que escuchaba llorar así a una persona. -Me ha roto el corazón...
Dijo Lena entre sollozos. Amanda le tomo el rostro. -Lena, es solo un hombre, esto pasará, tomará tiempo, pero encontrarás a alguien que si te merezca.
Lena no dejaba de llorar, estuvo así por lo menos 30 minutos. Amanda buscó su celular para llamar a Sindy y Joseph, pero al verlo, notó que jamas cortó la llamada a Evan y este, estaba escuchando todo. -Que...
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