12- Labio

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Un mes había transcurrido desde aquella noche inolvidable. Lena, con la ligereza que otorga el inicio de semestre, había retomado sus labores en el trabajo y sus estudios en la universidad.

—Evan, ¿optarás por lo habitual?

La sonrisa de Evan fue un rayo de sol.
—Sí, ¿cómo ha sido tu jornada?

Lena tecleaba la orden y su sonrisa era un reflejo de la suya.
—Bien, bastante bien. El día ha transcurrido sin sobresaltos.

—¿Y la universidad? ¿Todo en orden?

—Sí... ¿y tú?

Evan presentó su tarjeta para efectuar el pago.
—Sin cambios, la rutina de siempre.

Un silencio cargado de significados los envolvió por instantes. Lena anhelaba fundirse en un abrazo y Evan, robarle un beso; sin embargo, la compostura era su escudo en aquellos roles laborales.
—Tu pedido está en proceso.

Evan, con los labios apretados, asintió.
—Me dirigiré a mi mesa...

Se acomodó en su rincón de siempre, su corazón latía contento hasta que las voces de la mesa contigua perforaron su burbuja.
—Esa chica es un encanto, me encantaría invitarla a salir.

—Inténtalo, dudo que tenga pareja, siempre está aquí trabajando.

—Lo he pensado, pero su voz me deja sin palabras.

Evan, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, masculló para sí: "Atrévete, y veremos qué sucede".

Lena, resguardando su relación en secreto, debía tragarse sus celos.

Se aproximó a Evan con su orden.
—Aquí tienes, que lo disfrutes.

—Lena...

Ella lo observó, expectante, pero él solo suspiró con frustración.
—No, olvídalo...

Con un gesto de asentimiento, Lena se alejó, pero al pasar junto a la mesa de aquel joven, él la interpeló.
—Disculpa...

Lena se detuvo, y Evan, alerta, se preparó para intervenir si era necesario.
—¿Necesitas algo más?

—Sí, me gustaría invitarte a salir.

Lena se petrificó por un instante, aquello era inesperado.
—Tengo pareja...

El joven le ofreció una sonrisa complaciente.
—No hay problema, podríamos salir solo como amigos, ¿o tu novio te lo prohíbe?

Ella buscaba la respuesta más respetuosa, mientras Evan, al notar su vacilación, se puso de pie.

—No se opone a que tenga amigos, pero no deseo ser irrespetuosa aceptando una cita sin conocer tus intenciones. Con permiso, debo regresar a mis labores.

Con una sonrisa, Lena se retiró, dejando a ambos caballeros en un estado de sorpresa.
—Su pareja es afortunado, ella es muy cortés. Qué lástima.

Evan regresó a su asiento, observándola con orgullo; no había necesitado intervenir.

Al salir, Lena lo detuvo.
—¡Evan!

Él se giró y ella depositó un beso fugaz en sus labios.
—Nos vemos esta noche.

—Sí...

Evan, con las mejillas encendidas, fue el centro de miradas.
—Ignorábamos que tenías una relación.

—Ella prefería mantenerlo en privado, pero parece que ha cambiado de parecer.

Ambos se miraron, ruborizados. Evan alzó su mano en despedida.

Save You (Evan Peters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora