Lena Snow es una joven estudiante de sociología, además trabaja en una cafetería, sin embargo los ingresos no le son suficientes y necesita a un compañero de Departamento.
Evan Peters es un joven actor en ascenso, que acepta un nuevo proyecto en una...
Amanda miró su celular y decidió no cortar, quería asegurarse que Evan supiera el daño que le había provocado a su amiga. -Tranquila, respira conmigo.
Ambas respiraban hondo pero las lagrimas de Lena no paraban de brotar. -Me duele...
Amanda asintió. -Lo sé. Vamos, debes beber agua.
Lena asintió con la cabeza y se levantó de la banca.
Amanda miró su teléfono y Evan seguía en linea, cuando escuchó que algo cayó al suelo. Miró en dirección a la puerta y era Lena, estaba desmayada. -LENA!
Amanda corrió hasta ella, dejando el celular en el suelo al lado de su amiga. -Lena, despierta.
Le daba palmadas en el rostro pero no había respuesta. Como instinto apoyó su oido en el pecho de Lena. -No...
Le tomó el pulso. -Oh por Dios.
Se levantó. -Ayuda!
Corrió hasta el hospital. -Ayuda, por favor, mi amiga no tiene pulso!
Una doctora se acercó a Amanda. -Donde está.
-En el gimnasio...
-Busquen un desfibrilador, y una camilla y vayan al gimnasio!
Dio la orden y ambas fueron hasta el gimnasio.
Cuando llegaron, Lena seguía en el suelo.
La doctora se sentó al lado de ella y le buscó pulso. -Como te llamas?
Amanda confundida respondió. -Amanda...
-Y ella?
-Lena, ella tiene leucemia... será eso?
La doctora negó. -No, es un paro cardíaco. Hare RCP mientras llega el desfibrilador, necesito que estes calmada, haré lo posible por traer de vuelta a tu amiga.
Amanda estaba temblando. -Osea que está muerta?
La doctora no respondió y mientras hacía RCP escuchó que alguien hablaba a través del celular que estaba en el suelo. -Amanda, creo que alguien está en el teléfono.
La joven lo recogió, y lo puso en su oido. -POR FAVOR QUE ALGUIEN RESPONDA! LENA, PORFAVOR!
-Que pasó antes del paro?
La doctora preguntó y Amanda dejó el celular en la mano. -Su novio la dejó por ser una carga.
Tres enfermeros aparecieron con una camilla y un desfibrilador. -Tenga.
Le entregaron la maquina a la profesional, mientras uno de ellos cortaba la blusa de Lena. -Carguen a 100. -Despejen!
Nada.
-Carguen a 200. -Despejen!
Nada.
La doctora suspiró frustrada.
-Vamos mi niña, si la leucemia no te ha matado, no dejes que esto lo haga... Carguen a 300!
Lena no respondía, no había pulso, nada... la doctora no se rendía, repitió 3 veces más sin éxito. -Doctora, no hay respuesta... está muerta.
El mundo se movía lento, de verdad Lena había muerto?
Después de todo lo que luchó contra si misma, contra su madre, contra su enfermedad?
De verdad la había matado su corazón?
-Pero si hace una hora ella estaba bien...
Veía a la doctora dar todo de sí, intentaba reanimarla, no se daba por vencida, pero Lena no volvía.
Los enfermeros ya se habían rendido, solo quedaba poco tiempo para que ella lo hiciera.
Amanda vio el rostro de su amiga, aún mantenía sus colores cálidos, cualquiera diría que estaba durmiendo. -Es una pesadilla, despierta Amanda...
Se decía mientras abría y cerraba los ojos. -No es una pesadilla...
Miró su teléfono y recordó. -No... su corazón no la mató...
Puso el aparato en su oreja y escuchó a Evan desesperado. -AMANDA CONTESTA!
La joven dijo. -Lena está muerta.
Evan no dijo nada, solo podía escuchar a los enfermeros decir que ya no había nada más que hacer.
Amanda contuvo sus lagrimas pero no su rabia. -Murio, Evan...
-No...
-La mataste.
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