27- Cocina

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-Esta será tu habitación, es la única que hay en el primer piso... pediré que pongan la cama más baja para que se te haga más fácil subir y bajar. También, algún botón de emergencia, por si necesitas ayuda.

Lena miraba desde su silla a Evan entusiasmado recorriendo el lugar para mostrarle hasta la cosa más insignificante.
-Hans, arriba hay dos habitaciones de sobra, puedes escoger la que más te guste.

El hombre quien estaba acariciando el cabello de su hija, sonrió.
-Gracias Evan. No sé cómo pagarte todo lo que estas haciendo.

Evan negó con la cabeza.
-Lo hago porque quiero, no busco nada. Tu y Lena son como mi familia...

Lena se sonrojo y tocó la mano de su padre para llamar su atención.
-Quiero bañarme...

Hans se puso nervioso.
-Si quieres te ayudo...

-Puedes llevarme hasta el baño.

Hans arrastró la silla pero Evan le detuvo.
-Yo puedo ayudarla si quieres.

Hans miró al joven quien al igual que Lena, tenían las mejillas rojas.
Para Hans, Evan era el hombre perfecto para su hija y haría de todo para que volvieran a estar juntos.
-Lena, prefieres que él te ayude?

La joven asintió avergonzada.
-Si...

Evan sonrió y le ayudó a entrar al baño.
Ahí Lena se empezó a quitar la polera y Evan miró a la pared.
-Tu solo dime lo que debo hacer.

-Puedes dejar la tina con agua.

Tapó la tina y dejó correr el agua, cuando se giró, Lena tenía la espalda desnuda.
La joven lo miró.
-Tranquili, no verás nada, además ta me has visto desnuda.

-QUE!

Gritó Hans del otro lado, cosa que hizo reir a Evan.
-Tu solo dime en que te ayudo.

Lena con cuidado se quitó la ropa, envolvió su cuerpo con una toalla.
-Ayudame a levantarme.

Evan se puso delante de ella, la tomó de la cintura y con una facilidad que impresionó a la joven, la levantó.
-O estoy más delgada o tu estás más fuerte?

-Volvi al gimnasio, en la serie tengo unas escenas donde debo verme en forma y también estas más delgada, supongo que la comida de hospital no era de tu agrado.

Lena rodeó los ojos.
-Mejor sujetame.

Puso un pie dentro de la tina, Evan la sujetó de un brazo y ella aprovechó de poner su otro pie, dentro.
-Cierra los ojos.

Evan los cerró y sintió la toalla caer a su lado.
Por un segundo pensó en mirar pero solo era un pensamiento intrusivo.
-Voy a bajar.

Con cuidado mantuvo sujeta a Lena hasta que sintió que estaba sentada.
-Ya?

-Si. Puedes salir, estaré lista en unos 30 minutos.

Evan cerró la cortina del baño y se sentó en el sueli.
-Me quedaré. No te preocupes, no voy a mirar.

Lena sonrió.
-Gracias.

Mientras ella se enjabonaba, Evan escuchaba el agua chocar.
-No haz llamado a tus amigos?

Lena detuvo lo que estaba haciendo.
-Evan... am... yo nunca dejé de hablarles.

La joven cerró los ojos esperando una mala reacción del chico, algo que era completamente normal.
-Lo sabía. Siempre lo supe. Me alegra saber que ellos sabían de ti.

-Perdon. Yo les pedí que no te dijeran nada.

Despues de un silencio para nada incómodo Evan dijo.
-Estuve pensando en lo que yo hubiese hecho en tu caso. Sin duda habría hecho lo mismo.

-Que?

Evan suspiró.
-No querías ser una carga para mí, trancar mi trabajo, mis sueños, lo que me apasiona... Lena, para mi jamás serás un estorbo.

-No era eso. Al principio pensé eso pero después me di cuenta que me estaba castigando. Al igual que Emily, pensé que esta enfermedad era lo que le merecía y que no podía ser feliz a tu lado, no lo merecía.

Evan miró a la cortina de baño.
-Que estupida.

-Perdon?

Lena rio ante esa respuesta, al igual que Evan.
-Lena, para mi tu eres suficiente.

.
.
.

Después del baño, Hans y Evan estaban en la cocina.
-Entonces, Lena no puede comer carnes rojas, solo pescado, pollo o pavo... evitar comidas ácidas y alcohol, verdad?

Hans asintió mientras cortaba una presa de pollo.
-Y poca sal.

-Bueno, es mi dieta de siempre. Soy un gordo sin metabolismo, si como otras cosas, me vuelvo una bolita de grasa. No es difícil.

Ambos estaban cocinando, Lena los miraba desde su silla, eran un caos en la cocina.
-Papá no eres muy ordenado para cocinar.

-Hija, es mi primera vez haciendo esto.

Evan lo miró sorprendido.
-Eso aclara muchas cosas.

Mientras todos hacían lo suyo, se escuchó el timbre de la casa.
-Yo voy.

Dijo Lena y Evan al verse cocinando, la dejó ir sola.
-Debe ser la enfermera.

Lena llegó a la cocina acompañada de dos personas.
-Evan, son tus padres.

El joven volteó y se encontró con su madre empujando la silla de Lena.
-Hola hijo, estábamos de paso.

-Mamá, papá, que hacen aquí?

Se lavó las manos y se acercó a ellos.
-Tu madre insistió.

Evan abrazó a su mamá, quien en un susurro le dijo.
-Es ella?

Evan asintió con la cabeza y la señora sonrió. Se agachó y dijo.
-Soy Julie y el es Phil. Tu debes ser Lena verdad?

La joven miró temerosa a Evan, pero este sonrió ladeando la cabeza, haciéndole saber que estaba segura.
-Si...

Julie la abrazó.
-Un gusto conocerte.

-Un gusto conocerte

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Save You (Evan Peters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora