CAPITULO 8

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OLIVIA


Esta mañana me desperté con todo el ánimo del mundo, me estiro sobre mi cama siento que dormí una semana entera, pero no quiero levantarme; me siento feliz, estoy a gusto, pero recuerdo que voy a ver a Alice en la oficina por lo que de inmediato me levanto de la cama y corro a prepararme para salir.

Me estaciono a unas cuadras del edificio para retocarme el maquillaje. Estoy aplicándome el labial cuando veo a Alice salir de un café con una chica, muy hermosa; no lo puedo negar, tiene el cabello castaño, largo, lleva unos vaqueros que le van muy bien con su figura, botas negras y una chamarra de cuero negra, tiene el aspecto de ser una chica mala.

Las observo quedarse fuera un rato y charlar, luego la chica toma la mano de Alice, dejo mis cosas a un lado y sigo observándolas, Alice realmente se ve muy a gusto, está sonriendo con ella, creo que hoy podría asesinar a alguien. Enciendo el motor, pongo Kill Bill de SZA, coloco mis gafas de sol y en la parte del coro de la canción paso lento frente a ellas viendo en su dirección y con el dedo medio me acomodo las gafas con una sonrisa sarcástica en mi rostro, por el retrovisor observo a Alice quedarse anonadada, espero que haya entendido el mensaje.

El día se me paso volando, no había visto a Alice ni a la hora del almuerzo, no estuvo en su oficina toda la mañana, fui a buscarla un par de veces y no la encontré, necesitaba la firma de Alice en unos documentos por lo que me acerqué a su oficina. Escuche su risa venir de adentro.

Me disponía a tocar la puerta cuando esta se abre, miro a la chica que estaba afuera del café parada frente a mí y sonríe al verme.

—Hasta luego querida —se despide de Alice dándole un beso en la mejilla.

Diría que no sentí nada, pero aprieto la mandíbula y mi puño con tanta intensidad que si no fuera porque Leah también aparece detrás de Alice, hubiera tomado del cuello a la tipa.

—Adelante —dice volviendo a su escritorio.

—Las dejo, tengo que ver a Connor —nos guiña un ojo antes de salir.

—Toma —le paso los documentos.

—¿Estas bien? No tienes buena cara.

—Perfecta —achico los ojos con una sonrisa fingida.

Ella sonríe firmando los papeles.

—¿Por qué sonríes? No dije nada gracioso. —digo molesta.

—Te conozco cariñ... Olivia. —mi corazón dio un vuelco.

—No lo creo —respondo con frialdad, como si no me estuviera muriendo por dentro.

Se levanta de su asiento y se sienta sobre el escritorio. ¡Dios! Tengo que ser fuerte.

—Toma —me ofrece los papeles de regreso.

Me pongo de pie y tomo los papeles dispuesta a irme, pero me toma del brazo y me atrae a ella quedando entre sus piernas. Puedo sentir su respiración muy cerca de la mía, el aroma de su perfume llega a mi, bajo la mirada y tengo la vista perfecta de su clavícula, mi ojos hacen el intento de bajar más, pero me toma de la barbilla y me obliga a ver sus ojos.

—Recuerda que conozco cada gesto que haces "amiga". —Sus labios se ven tan tentadores en este momento, me acerco aún más hasta el punto de rozarlos y absorber su respiración. Cierro los ojos, mi corazón comienza a latir con fuerza y en ese momento ella se separa un poco para hablar.

—Creo que Hanna se sentirá triste porque no la saludaste —me sonríe de una manera tan malditamente seductora —porque no creo que te hayas olvidado de mi hermana. —ruedo los ojos sonriendo y giro mi cabeza a un lado, pero ella me toma del cuello con rudeza y estampa sus labios contra los míos. —Te advertí que no hicieras eso o te arrepentirías.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora