Némesis

CAPÍTULO 37

ARIANNA

Desde que era una adolescente, supe que no tenia un género definido, me atraían las personas en general, no quería definirme en algún género en específico.

La primera persona en saberlo fue Olivia, era la persona con la que más tiempo pasaba en la escuela, aunque en aquellos tiempo nunca nos veíamos fuera de la escuela, claro que yo aún no sabía todo el sufrimiento que ella escondía bajo su brillante sonrisa. Olivia siempre ha sido muy atractiva y se robaba miradas de algunos chicos, pero ella nunca se enteraba, pasaba en su propio mundo hasta que aparecieron las hermanas Young y no solo fue Olivia la que cayó en los encantos de una de ellas.

Yo también caí en los encantos de la menor, Yuna con sus ojos oscuros, su piel pálida y cabello negro como el de su hermana, tenían cierto parecido en cuanto su color de piel y cabello, tenían la piel como la porcelana. En cuanto sus personalidades siempre han sido todo lo opuesto, Alice a penas y cruzaba palabra con alguien que no fuera Olivia y Yuna parecía que conocía a las personas desde siempre.

La fiesta a la que fuimos cuando la conocí fue cuando tuve mi enamoramiento con ella, ver la soltura con la que me hablaba y su carisma tan brillante me atrajo, hasta olvidé a la chica que estaba conociendo en ese entonces.

El día después de la fiesta cuando fuimos al lago, Olivia y Alice se quedaron acostadas en una manta y nosotras entramos al agua, ese día fue la primera vez que nos besamos, fue un beso inocente, pero lindo.

Cuando ellas se fueron y yo me me mudé a Nueva Jersey ara la universidad, Yuna me visitaba los fines de semana, pasamos mucho tiempo juntas, éramos como una pareja, pero ninguna dijo nada durante un tiempo.

Cuando Yuna me informó que se iría a estudiar a Corea me sentí muy mal, no éramos pareja, pero claro que la echaría de menos. El fin de semana que fue a despedirse fue la primera vez que nos atrevimos a subir el nivel de nuestros besos hasta que terminamos en la cama, ella ya no era la niña inocente que conocí la primera vez, parecía alguien experimentada o quizá fue porque nos teníamos la confianza suficiente, pero fue algo estupendo que quería volver a repetir.

No volví a verla durante un año, en ese tiempo intentaba salir con alguien, pero no podía dejar de pensar en esa chica risueña. Cuando volví a verla después de un año, ya no era la misma, ahora actuaba con más seriedad y nuestras conversaciones siempre iban referidas a nuestra carrera, aunque después de un rato terminábamos besándonos y follando toda la noche.

Al principio me parecía algo divertido, el esperar por verla y volver a tenerla en mi cama, pero cuando se iba me sentía vacía, pero no quería admitirlo o que ella lo supiera, porque ella nunca hablaba de lo que hacíamos.

En el tiempo que Olivia vino a mi luego de alejase de Alice, nunca le dije a Yuna que sabía algo sobre ella y cuando se enteró se molestó conmigo, no volví a verla durante dos años. Me pidió disculpas por haberse molestado por algo que solo Alice y Olivia podían solucionar.

Todo ese juego repetitivo de estarnos viendo unas cuantas veces al años comenzó a molestarme, antes no prestaba mucha atención a mis sentimientos por estar pendiente al trabajo, pero al ver que Alice y Olivia siempre tenían tiempo para la otra me puse a analizar mejor las cosas.

Cuando estuvimos en Los Hamptons, le confesé a Yuna lo que sentía por ella, me esperaba de todo menos su reacción. Solo me observo por un momento, luego tomo sus cosas y salió de la habitación. Intente hablar con ella, pero no quizo hablar.

—¿No crees que deberíamos hablar? —le pregunto mientras las demás están en la cocina.

—¿Sobre qué? —pregunta tomando un vaso con agua.