CAPITULO 29

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ROXANNE


-No creí que Alice aceptara que vinieras conmigo –le digo a Olivia.

-Alice sabe que no eres una amenaza –me dice sonriendo.

- ¿No te parezco lo suficientemente atractiva? –le pregunto –Yo que tu no me confiaría.

-No me jodas Roxanne –rueda los ojos –sabes que no harías algo así.

-Tal vez –le digo para molestarla.

Olivia se convirtió en mi amiga, aunque, a decir verdad, al principio pensé que solo era un capricho de Alice, pero luego me di cuenta que era enserio cuando llegue a conocerla y charlar con ella. Olivia en realidad es muy parecida a mí, solo que ella controla mejor su instinto y creo que tiene que ver con el tiempo que paso internada.

Dos locas que serían capaz de destruir cualquier cosa que se les interponga, el que se atreva a meterse con nosotras debe estar más loco de la cabeza que nosotras dos juntas. Sería un horrible final para el que lo haga, aunque esa misma tarde nos dimos cuenta que no era realmente alguien más loco, si no alguien tan estúpido con Duncan Walker.

Después de viajar en la noche, llegamos a un hotel en New Haven, Olivia entro a su habitación y yo a la mía, me di un baño y luego pedí algo para cenar en la habitación mientras afilaba mi daga y mis cuchillos, Katerina seguía un poco molesta conmigo por un mal entendido que tuvimos en el club, bueno yo la hice enojar recordándole algo que pasó hace dos años con una chica en Rusia y no le hizo mucha gracia el que yo haya bromeado preguntándole que pasaría si yo lo hiciera en ese momento.

Después de esa noche en Rusia, Katerina se volvió posesiva conmigo, Katerina era de las que tenía a muchas mujeres detrás de ella y yo igual, solo que ella era muy sería y solo se acercaban si ella se los permitía, pero yo... bueno, siempre he sido muy juguetona.

Tomo mi celular y marco el número de Katerina, pienso que tal vez no va a responder, pero lo hace. No habla, solo escucho su respiración.

- ¿Llegaste bien? –le pregunto.

-Sí, todo está en orden –dice en un tono cansado.

- ¿Ya estás en el hotel? –le pregunto porque no sé qué decir.

-Sí, ya estoy descansando –me dice y ya no sé qué decirle.

-Lo lamento –digo lo que sé que ella esperaba que dijera.

- ¿El que lamentas Roxanne?

-Lo que dije el otro día en el bar, sabes que solo estaba jugando, no me atrevería a poner mis manos en alguien más que no seas tú. –pensándolo bien, soy una idiota, yo también me molestaría si ella sugiriera algo así.

-Ya está Roxanne, sé que estabas bromeando, pero me sentí mal cuando lo dijiste –suspira.

-No quiero que sigas molesta –le digo.

-No estoy molesta –dice ella.

-Entonces deja de llamarme Roxanne –escucho su hermosa sonrisa.

- ¿No te llamas Roxanne? –dice con un tono juguetón.

-Para ti soy tu amor, corazón, cariño, tu pequeño sol –sonrío y ella se ríe.

-Está bien mi pequeño sol –puedo notar el cambio en su voz.

-Quisiera tenerte aquí conmigo –le digo soltando un suspiro.

-Pronto lo estaremos mi pequeño sol –en serio no sé qué me hizo ella para tenerme así, necesitando de ella.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora