CAPITULO 17

17.5K 931 300
                                    




ALICE

La conversación con Leah me dejo pensando ¿Por qué Rhys quiere comunicarse con el nuevo socio? Esto me huele mal y más por la pregunta que Olivia de hizo, ella descubrió algo más, tenemos que hablarlo, pero no creo que sea de eso de lo quiere hablar ahora, la mirada que me lanzo la conozco muy bien.

Entramos a su oficina y pone el seguro, rodea su escritorio y se sienta en su silla.

-Hay algo que debemos hablar –dice seria. ¿malinterprete su mirada?

-De acuerdo –digo dudosa.

-Siéntate –me ordena.

Me acerco a una de las sillas y me detiene –ahí no. Aquí –palmea el escritorio. Ahora entiendo, ya se metió en su papel.

-Bien –me acerco a ella y me acomodo sentándome en el escritorio. Se acerca con su silla y coloca mis piernas a sus costados.

- ¿Cómo me llamaste? –pregunta acariciando mis piernas.

-Mi amor –juego con ella.

-No. Sabes de lo que hablo –me da besos en las rodillas.

-Ah, eso...-acaricia mis muslos –Mi mujer.

- ¿Tu mujer? –sonríe –¿y se puede saber desde cuando soy "tu mujer"? –me da besos en la cara interna de los muslos.

-Desde siempre, desde que te hice mía lo eres –se me eriza la piel al sentir la humedad de sus labios.

- ¿Si? –sonríe –entonces tendrás que hacerte cargo de alimentar a tu mujer. –mis bragas se mojan con sus palabras, esta mujer pude cambiar de ser dulce a dominante en cuestión de segundos.

- ¿Qué no tenías algo de comer aquí? Deberías alimentarte –sube mi falda y levanto el trasero para ayudarle.

-Es lo que haré mi amor –me toma de las caderas y me jala dejándome al borde del escritorio.

Comienza dejar besos en mis muslos internos acercándose lento a mi entrepierna, no creo que pueda usar las mismas bragas después de esto. Llega al borde de mis bragas y comienza a lamer y besar, sus labios llegan a mi sexo y da un pequeño mordisco sobre las bragas lo que me hace jadear.

-Tienes que ser silenciosa amor –sonríe –estamos en la oficina.

-Es tu culpa –me muerdo el labio.

-Tu eres la que dice cosas que me excitan y aparte te atreves a usar estas faldas –sus manos toman mis bragas y las desliza por mis piernas. –Me provoca verte estas piernas –las masajea. –agárrate fuerte del escritorio amor.

Sin darme tiempo a responder, mete su cara entre mis piernas y su lengua recorre los labios de mi vagina, una mano viaja hasta mi trasero y con la otra coloca una de mis piernas sobre su hombro y la otra la abre más ¡Dios! Me siento tan expuesta. Su lengua se encarga de recorrerme con lentitud, llega hasta mi punto sensible y se lo lleva a la boca chupándolo y moviendo su lengua sobre este, uno de sus dedos se coloca en mi entrada y lo masaje con pequeños círculos, con lo mojada que estoy lo introduce con facilidad.

-Sabes tan bien como lo recordaba –dice sin dejar de mover su dedo dentro de mí

Introduce un segundo dedo y su lengua vuelve su atención a mi clítoris, no resisto más estar sentada y me dejo ir hacia atrás sobre el escritorio, mi cuerpo se arquea cuando introduce un tercer dedo, me muerdo el labio para no soltar un jadeo, solo salen pequeños gemidos. Sus dedos y su lengua aceleran el ritmo, me está volviendo loca, me sujeto del borde del escritorio cuando siento los espasmos del orgasmo que se está formando en mi interior.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora