CAPITULO 16

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OLIVIA


De todas las que cosas que cruzaron por mi cabeza al saber que ella no dejaba entrar a nadie en su casa o en su habitación jamás se me ocurrió que podía ser lo que está frente a mis ojos, esta mujer cada vez me sorprende más, ya sabía que estaba un poco loca, pero esto...

-¿En serio? Esa es tu explicación. –me cruzo de brazos.

-Es la verdad –se sienta sobre la cama observando la fotografía.

- ¿No crees que estás un poco obsesionada conmigo? –me acerco y me paro frente a ella.

-Desde hace diez años, esa no es noticia –gira los ojos.

-Estás loca –sonrío echando la cabeza atrás –¿Por qué tendrías esa imagen frente a tu cama?

-Así puedo tocarme mientras te veo –sonríe con travesura.

- ¡Por Dios¡ –me echo a reír –eres tan descarada –me siento junto a ella viendo la imagen.

-Y así te gusto –me dan un beso en la mejilla –¿Recuerdas cuando te la tome? –habla refiriéndose a la fotografía.

-Claro –sonrío –como podría olvidar mis días contigo.


Fue cuando aún estábamos en la universidad, le había regalado una cámara a Alice para su cumpleaños, mala idea, le tomaba fotos a todo, literal a todo lo que veía, si dábamos un paseo, se detenía cada cinco pasos, el pobre deimos y yo fuimos sus mayores víctimas.

En un viaje que hicimos a Los Ángeles para vacaciones, Alice insistió en que compráramos lencería muy sexy y diferente a la usábamos normalmente, terminé aceptando y esa misma noche me la puse, iríamos a cenar en un restaurante que su padre nos había recomendado. Me puse un vestido muy sexy para provocarla y funciono, no terminamos nuestra cena cuando ya estábamos de regreso en el hotel.

-Podemos pedir servicio a la habitación más tarde –dijo abriendo la puerta.

-Estoy bien, comí suficiente.

-Créeme, necesitaras comer más tarde por provocadora.

- ¿Lo prometes? –le sonreí con inocencia.

No dijo nada más solo me empujo contra la puerta y arremetió contra mis labios, estaba desesperada, sus manos estaban inquietas tocando todo mi cuerpo, metió una de sus rodillas entre mis piernas e hizo presión en mi vagina, gemí al sentir como movía su pierna causando que me mojara en segundos.

Me levanto de las piernas estrellándome contra la pared y enrede mis piernas en su cintura, me bajo el vestido hasta la cintura y se fijó que traía la lencería que habíamos comprado, sonreí satisfecha ante su reacción, me llevo hasta la cama y me dejó caer en el colchón, me terminó de quitar el vestido y luego ella se quitó lo que traía puesto. Siempre le gustaba dejarme en tacones y ropa interior por unos minutos y me observaba, decía que me veía sexy de esa manera, luego me los quito y se subió en la cama acomodándose en centro.

-Ven aquí –me hablo –te quiero sobre mí.

Me arrastré gateando en la cama hasta llegar a ella, me subí a horcadas sobre ella y la bese con deseo, su manera demandante me volvía loca, me tomo del cuello y me hizo sentarme sin quitarme de ella. Cerré mis ojos, mis manos se posaron sobre la mano que estaba en mi cuello, eché la cabeza atrás soltando un gemido cuando movió sus caderas debajo de mí y de repente...

- ¿Qué haces? –Abrí mis ojos cuando sentí que algo iluminó mi cara.

-Inmortalizar este momento –dijo poniendo la cámara a un lado.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora