CAPITULO 12

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ALICE


Estábamos a una semana para terminar la preparatoria, una semana para irme de regreso a Nueva York, una semana para dejar a Olivia, no había pensado en eso hasta que mi padre me hablo por la mañana para recordarme que nos iríamos en cuanto terminara la graduación, él tenía una reunión importante y no podía postergarla. Antes de irme tenía que encargarme de un pequeño problema llamado David, ya lo había estado entreteniendo para que no volviera a casa, pero no era suficiente, no me conformaba con eso.

El sábado llego y no quería pensar en nada más que no fuera la fiesta, no porque me gustaran, sino porque Olivia asistiría. Yuna me aviso que la había invitado y no lo dude ni un segundo antes de aceptar.

- ¡Yuna! –grite desde mi habitación. A los segundos apareció en mi puerta.

-Dime.

-Ayúdame a buscar algo con lo que me vea bien –empecé a sacar cosas del armario. Me di la vuelta y ella me miraba sorprendida –¿Qué?

-Nunca creí que llegaría este día –fingió limpiarse una lagrima.

-Ya, no seas exagerada –rodé los ojos.

- ¿Cuál es tu objetivo está noche?

-Verme bien, ya te lo dije

- ¿Para quién?

-Para... -me di vuelta y me veía con ojos juzgadores –Para verme bien nada más.

-Me gusta que me llamaras para esto, sabes. –hizo una pausa –Pero tú siempre te ves bien con lo que te pongas.

-Eso ya lo sé, pero quiero verme todavía mejor.

-De acuerdo, pero me tienes que decir para quien.

-Para nadie –me estaba desesperando.

Me ayudo a elegir entre los conjuntos que tenía, la mayoria de mi ropa era negra, aun lo sigue siendo.

La noche llego, me puse lo que escogió Yuna, una falda de cuero corta, un top negro, botas negras de tacón y mi chamarra, como no, negras. Me maquille y baje a la sala para esperar a las chicas, Olivia había llegado hacia tres horas y se había encerrado con Yuna y la rubia.

Estaba con mi teléfono cuando escuche movimiento en las escaleras, me levante del sillón y lo primero que vieron mis ojos fue a la pelirroja, llevaba un vestido de seda, verde olivo, el escote resaltaba su busto, el largo llegaba hasta la mitad del muslo, llevaba unas sandalias de correa negras. Sus ojos, era la primera vez que se maquillaba, el azul de sus ojos resaltaba con el maquillaje.

-La reina oscura –comento la rubia.

-Cierra la boca que estás babeando –dijo Yuna.

-Están muy hermosas –Me sonroje, ni siquiera había visto a las otras dos. Yuna siempre iba impecable, era la típica niña rica, llevaba un diminuto y escotado vestido negro y unos tacones de aguja muy altos, sin perder la elegancia que la caracterizaba. La rubia llevaba un vestido brillante, plateado, manga larga y dejaba ver el escote en su espalda.

-Tú también –dijo Olivia. Las otras dos sonrieron.

-Lo sé, siempre luzco fantástica.

-Que modesta –dijo la rubia.

-No alimentemos más su ego y salgamos antes de que sea demasiado tarde. –Yuna me lanzo las llaves del auto –Tu conduces.

Subimos al auto, Ari y Yuna se subieron atrás dejando a Olivia ir de copiloto.

-Ella conoce mejor el pueblo, te puede guiar –dijo Ari.

Puse en marcha el auto, por el rabillo del ojo pude ver a Olivia observándome, las otras dos estaban metidas en una conversación de la que no tenía interés.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora