Blake

Capítulo 2.

Hoy es mi primer día de universidad y estoy nerviosa. Hacer amigos no es mi punto fuerte. Termino de arreglarme y salgo de casa. Me toca ir andando ya que mi madre se ha tenido que ir muy temprano a trabajar y desgraciadamente todavía no tengo coche.

Voy tan distraída escuchando música que no me doy cuenta que de pronto casi me atropella una moto en el paso de peatones. Iba a decirle algo a ese desgraciado, pero sale a toda velocidad y me deja con la palabra en la boca. Si sigue conduciendo como un demente tendrá un accidente, bueno no es mi problema. Me recompongo del susto y sigo mi camino.

Llego a la universidad. Que es muy grande y hay muchísima gente por todos lados. No puedo evitar sentirme sola cambiando de aquí para allá sin saber a donde mierda esta la clase, cada vez me encuentro más perdida en este laberinto.

Al doblar la esquina tropiezo con un pecho duro y casi caigo al suelo. Miro hacia arriba y no me lo puedo creer, es ese tío de enfrente de mi casa.

–Ten más cuidado.– Me contesta a la defensiva.

–Oye tranquilo que solo me he tropezado sin querer.–Le digo entre dientes, aguantando las ganas de pegarle un puñetazo por ser tan idiota.

–¿No deberías de estar ya en clase?–Alza su espesa ceja negra.

–¿Y tú?–Me cruzó de brazos mirándole.

Tengo que admitir que es muy alto y muy guapo. ¡Guapísimo joder!

–No te importa bonita.

Sin más se da la vuelta y se larga. Me quedo con la boca abierta mientras le veo alejándose.

Imbécil.

Me he pasado todas las clases pensando en ese capullo y no sé por qué no puedo quitármelo de la cabeza. Quizá es porqué es demasiado atractivo, pero un total idiota.

Estoy saliendo de clase cuando una voz chillona hace salte del susto.

–¡Hola! ¿Eres Bonnie? ¿Cierto?

La chica se acerca a mi muy simpática y me da dos besos en las mejillas.

–Prefiero Bo. ¿Y tú?

–Soy Kate.–Me sonríe tímida.

–Encantada Kate.

–¿Eres nueva?–Asiento.

–Llegué ayer a la ciudad.

–Estoy en alguna de tus clases. Te vi y dije esta chica es de las mías, tengo que conocerla.–Me agarró la mano con toda la confianza del mundo.–Vamos a por algo de comer.

Kate es rubia y tiene los ojos azules, la piel morenita y algunos tatuajes adornan sus brazos. Todo lo contrario a mí.

Estábamos sentados en la cafetería. Kate me presento a unas cuantas personas, pronto comenzaron hablar conmigo y en ningún momento me sentí incómoda o desplazada. Creo que me esta gustando mucho esta lugar.

Todo el mundo empieza cuchillear por bajo y se quedan mirando a una dirección. Resultan que son el vecino idiota y otro que no conozco. Pero que tambien está como un tren. Algunas chicas se les acercan cuando se sientan en una mesa. Joder, seguro que la mitad se han acostado con él.

–¿Están buenos eh?–Me susurra Kate dándome un codazo.

–Si, una pena que seas tan creídos.

–Si una lastima.–Suspira.–Eh, te has quedado mirando como boba a Blake.

Así que ese es su nombre.

Blake...

–No es que... Bueno, solo es mi vecino y por eso...Hemos cruzado un par de palabras esta mañana y me ha parecido un idiota.

–¡Joder tía, que suerte tienes!– Contesta emocionada.–Ojalá tuviese yo un vecino tan sexy como él y no unos viejos gruñones..

–¿Se creen los reyes o qué?

Veo como tienen a dos tías sentadas en su regazo. ¡Que poca vergüenza! Mirá cómo le meten mano aquí delante de todos.

–Por supuesto. Se han ganado una mala reputación y los rumores no son nada agradables.

–¿Qué clase de rumores se dicen?–Pregunto curiosa.

–Que son unos maleantes y andan metidos en asuntos turbio. Además dicen que hacen peleas clandestinas y se le dan bastante bien. –Me giré hacia él y volví la cabeza hacia mi amiga con una mirada sorprendida.

Tiene pinta de ser el típico tío por el que las chicas pierden las bragas, el que le da igual tirarse a una a dos o a ciento veinte. Pero de estar metido en eso no le veo. Joder, si tiene una cara aniñada aunque intimidante cuando te mira con esa seriedad.

–Son solo rumores. Yo nunca vi nada de eso.– Kate se encoge de hombros sin importancia.–No puedo decir si es cierto o no.