Capítulo 6.

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Esta noche tenía la cita con Blake y no sabía que ropa ponerme. Había sacado todo de mi armario y ahora mi habitación era un desastre.

Mis manos temblaban de lo nerviosa que me encontraba, como cada vez que le veía. Él era diferente a todos los chicos que había conocido. Era extraño porque me transmitía mucha confianza, me fiaba de él.

Me decidí por un pantalón negro roto, una camiseta blanca básica, mi chaqueta vaquera y mis vans. Me peino y me pinto un poco los ojos.

Oigo como golpes. Mierda, esta tirando piedras. ¡Me va romper un cristal!

Mi madre menos mal utilizaba pastillas para dormir y no se enteraba de nada.

Abro el balcón y salgo. Allí se encontraba mi romeo. Tan guapo que quita la respiración.

–¡Te estoy esperando! ¿Ya estás lista?– Me grita.

–¡Shh baja la voz! ¡Ya voy!–Le digo para después cerrar el balcón.

Abro la puerta de mi habitación, salgo y camino despacio hasta la salida.

–¿A dónde vamos?–Le pregunto curiosa cuando me subo a su moto.

–Es una sorpresa.– Me pone el casco y se asegura que lo lleve bien amarrado.

Mi pulso se acelera.

–Agárrate fuerte.— Pongo las manos sobre su cintura y arranca.










Paramos en un ¿bosque? ¿Que hacíamos aquí? ¿Y si piensa en matarme? Pero Blake no haría eso. ¿Cierto? Y tú que sabes si no le conoces. Me contesta mi consciencia.

–¿Que hacemos aquí?–Le miro dudosa.

–Ven quiero enseñarte un sitio.– Me agarra de la mano y me lleva dentro del bosque.

Llevamos un rato caminando y yo soy tan torpe que no paro de tropezarme.

–¿Cuanto queda?–Le pregunto cansada, mis pies dolían.

–Casi llegamos.

Es unos minutos estábamos parados enfrente de un lugar precioso. En un lago no muy grande. El cielo se puede ver perfectamente las estrellas y la luna está hermosa.

–¿Te gusta?–Me pregunta pasando su brazo por mis hombros.

–Si, es hermoso.–Apoyo mi cabeza en su pecho sin darme cuenta–¿Como conoces este lugar?

–Vengo aquí a desconectar de todo. Me tumbo en el césped y miro el cielo. Siempre consigo relajarme

–Me gustaría venir de día.– El asiente y nos sentamos en el césped.

–¿Por qué no te gusta hablar de ti? No sé casi nada.–Le miro, pero él a mi no.

Su rostro se vuelve tenso.

–Es mejor así.–Contesta serio.

–Pero quiero conocerte.

–No.

–No te entiendo. ¿Por qué?

–Es jodido. No deberías de estar a mi lado.

–No quiero alejarme de ti, me siento bien a tu lado.–Le confieso sin pensar.

Callate de una vez Bo.

–Te juro que intento alejarme... Por alguna extraña razón vuelvo a ti. ¿Que me has hecho?– Ríe mientras niega con la cabeza.

–Yo...No lo se.– Me acaricia las mejillas y se va acercando poco a poco. Puedo notar su respiración acelerada.

–Quiero besarte desde el primer día en el que te vi, no eres consciente de lo preciosa que eres .–Su nariz roza con la mía.

Tira de mi nuca y estampa sus labios con los míos. Nuestras bocas encajan perfectamente. Podría estar besándole el resto de mi vida.

–Vaya.–Es lo único que puedo decir al separarnos.

Había sido un beso corto pero intenso.

–Te ha encantado lo se.–Me guiña un ojo divertido.

–No es para tanto.–Miento.

–Deberíamos irnos.–Se levanta.

–¿Ya? No quiero, hemos estado muy poco tiempo.–Me cruzó de brazos intentando aparentar enfadada, quizá así consiga estar más tiempo con él.

–Lo se, pero tengo cosas que hacer.–Se agacha y sus manos van a mi rostro y lo acaricia mientras me mira a los ojos.–Te compensaré otro día.

–Esta bien.–Accedo.

Me ayuda a levantarme y echo una última mirada a esta hermoso lugar antes de marcharnos.

BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora