Capítulo 29.

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Desperté por la alarma de mi móvil, abro los ojos. Estoy abrazada a la tortuga de peluche que gano Blake en la feria. Me froto los ojos con mis manos. Estoy demasiado cansada, no he dormido nada bien. Me levanto y entro al baño. Me echo agua en la cara para espabilarme un poco. Me miro en el espejo y veo a una chica agotada, he perdido bastante peso en este tiempo que no estoy con Blake. No comía, no dormía bien... Le necesitaba tanto que llegaba a doler.

Me cepillo los dientes, me hago una coleta o un intento de ello porque no tenía ganas ni de peinarme, la casa esta al lado de la mía así que da igual.
Salgo del baño. Voy hacia mi armario, cojo lo primero que pillo. Un pantalón vaquero claro y un jersey negro, comenzaba a hacer frío. Me quito la camiseta de Blake y comienzo a vestirme. Cuando estoy lista, meto el móvil en el bolsillo de mi pantalón y las llaves. Bajo las escaleras y salgo por la puerta. Camino por mi jardín hasta llegar a la de Blake.  Me paro en frente de la puerta, estoy demasiado nerviosa, me tiemblan las piernas. Vamos Bo tranquilazate me digo a mi misma. Llamo a la puerta, pasan unos minutos y nadie contesta. Llamo otra vez pero nada. Me quedo un rato más con la esperanza de que se haya quedado dormido o se haya retrasado.
Llamo otra vez, nadie abre. Ni siquiera Kate o Ryan. Decido quedarme sentada en el porche por si viene alguien.

–¿Bo?– Me llaman mientras me zarandean del brazo.– ¿Que haces aquí fuera?

–¿Que?–Me frito los ojos y me doy cuenta de que me había quedado dormida.–Estaba esperando a Blake, me dijo que viniera, ¿qué hora es?

–Son las nueve y media. Creo que no va venir Bo.

Me pequeña esperanza se rompe como mi corazón nuevamente. Mantenía la fe de que Blake tenía algo que contarme pero seguramente se arrepintió. Me mintió

–Yo también lo creo, será mejor que me vaya.–Me levanto y me estiro el cuerpo. Me duele la espalda y el culo.

–¿Quieres que vayamos juntas al centro comercial mañana? Quiero mirar las cosas para el bebé.–Me dice entusiasmada.

–Claro ¿a que hora?

–A las diez estoy en tu casa.–Asiento con la cabeza.

Le doy un abrazo a mi mejor amiga y toco su barriguita. Me despido de ella y voy directa a casa desilusionada.


Estoy tirada en la cama, con los ojos llenos de lágrimas. Odiaba llorar pero necesitaba desahogarme, necesitaba sacar todo. ¿Por qué me dijo que fuera a su casa si no aparece y me deja tirada? Al menos me podia haber mandado un mensaje diciendo que no podía hablar conmigo. Me quede esperando como una tonta para nada. Seguramente estará con Elena. No quiero pensar en eso, sentía como si me clavaran mil puñales en el corazón.

–¡Bonnie!–Me llama mi madre detrás de la puerta.

Me quito las lagrimas de mis ojos y respiro profundamente.

–¿Qué quieres mamá?– Contesto intentando controlar el nudo en mi garganta.

–¿Vas a cenar cariño?

–No mamá, ya cené antes.–Miento.

–¿Te encuentras bien?–Me pregunta preocupada.

–Si mamá, sólo estoy cansada. Me voy a dormir ya.

–Está bien cariño, descansa.–Se oye como los pasos de mi madre se van alejando.

Me levanto para ir al baño, me echo un poco de agua en la cara y respiro profundamente. Cuando me calmo un poco vuelvo a la cama y cojo el portátil. Me pondría alguna serie para distraerme y no pensar en él. No entendía porque me había dejado tirada, se veía tan decidido a contármelo todo. Pero al parecer no era así. Escondía tantas cosas, tantos secretos. Aun así lo amaba más que a nada. Me había enamorado locamente de él y eso me asustaba, y mucho.

Eran las dos de la mañana y yo seguía viendo crónicas vampíricas, me había enganchado a esa serie. Oigo los ruidos fuera, en mi balcón. ¡Oh dios! ¿y si es un violador? No, no lo es Bo, será el viento. Me tranquilizo a mí misma. Pero los ruidos se hacen mas fuertes y veo una sombra de alguien en el balcón. Se me paraliza el corazón y la respiración me va cada vez más rápida. Cojo la lámpara de mi mesilla, decidida a defenderme.

–¡Bo! ¡Abre! ¡Por favor!– La voz entrecortada de Blake hace eco en mi habitación.

Dejo la lámpara en su sitio y voy corriendo hacia el balcón. Abro la puerta y allí esta él.

Esta herido, tenía la cara ensangrentada y se sujeta el brazo con fuerza con cara de dolor.

–¡Blake!–Estoy asustada.

Él pasa su brazo sobre mi hombro, pongo mi brazo alrededor de su cadera y lo ayudo a entrar.

Se sienta en la cama y se quita la chaqueta con mucho cuidado. Tiene el brazo lleno de sangre. Me quedo quieta unos segundos sin saber que hacer. Hasta que reacciono y voy corriendo al baño a por el botiquín y unas toallas. Le paso una a Blake y el se aprieta la herida.

–Pásame el botiquín puedo hacerlo yo.

–¡No estás en condiciones de hacer nada! !Quédate quieto!

Echo alcohol en un algodón. Me siento al lado de él y quito la tolla llena de sangre. Le paso el algodón por encima y él gruñe.

–La jodida bala no me ha dado, solo me rozo.

–¿Qué? ¿Te han disparado? ¿Por qué?–Las preguntas salen de mi boca y me arrepiento al segundo de haberlas dicho.

Él no me contesta como siempre, es costumbre que lo haga pero me cabrea y mucho. Le pongo la venda después de desinfectar la herida y cuando termino, guardo las cosas y lo dejo otra vez en el baño.Vuelvo a la habitación y el sigue ahí. Le ignoro y me siento en la cama y pongo otra vez la serie que me había interrumpido con su aparición.

–¿Estas enfadada?–Me pregunta mirándome. Le ignoro como él lo ha hecho conmigo.–¿No me vas hablar?

Sigue preguntando y yo sigo sin contestarle.

Se acerca a mí y cierra el portátil de golpe.

-¡Pero que haces! ¡Que lo estaba viendo!

–Pues no me ignores, joder.

–Hago lo mismo que tu me haces a mí.–Me cruzo de brazos con enfado.

–Lo siento.

–Me dijiste que fuera a tu casa por la tarde y estuve tres horas esperando como una tonta en la puerta para que luego tú no aparezcas y luego te apareces de madrugada en mi habitación, herido. Te pido respuestas y tú no me las das. Pues no haber venido aquí.¿Por qué mierda has venido?

Se queda pensativo unos minutos donde nos quedamos en completo silencio hasta que contesta.

–Yo iba a ir te lo juro, pero surgió algo y no pude ir. Mi móvil se quedó sin batería y no pude avisarte. Lo lamento Bo.– Nuestras caras quedan a centímetros.–Vine aquí porque no tenía más sitios donde ir, tu eres mi hogar.

Su dedo acaricia mi mejilla suavemente y me besa. Me besa despacio y con delicadeza. Como si no quisiera que me fuera nunca. Echaba tanto de menos sus besos, su sabor, sus labios. Se separa de mi y me abraza. Escondo mi cara en el hueco de su cuello y aspiro de aroma. Es como una droga para mí. Lo odio a la vez que lo amo.

–¿Todavía sigues queriendo saberlo todo?–Me pregunta acariciando mi espalda con sus dedos.

–Si.–Le respondo decidida.

–¿Estás segura?–Asiento con la cabeza –Entonces prométeme que no te irás cuando lo sepas todo.

–Te lo prometo.

Nos miramos a los ojos y se que estoy jodidamente pérdida en él.

BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora