Capítulo 4.

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El tono de llamada de mi móvil empieza a sonar, es Kate.

Hola.

Hola Bo, te llamaba para preguntarte una cosa.

¿Que cosa?

Hay una fiesta esta noche. ¿Te apuntas?

No lo creo...

Vamos Bo por fi, tienes que disfrutar.

Sí lo sé, pero...

Nada de peros, te vienes y punto.

No sé Kate.

Venga por fi.– suplicó.

Está bien, está bien.–Me rendí ante sus súplicas.

–¡Aaaah si tenemos que ir de compras!

Joder kate me vas a dejar sorda.

Uuh lo siento, paso por ti esta tarde y nos vamos al centro comercial.

De acuerdo.

Adios Bo.

Adios kate.–Y colgué

Una fiesta... Hacia tanto tiempo que no iba a ninguna. No desde aquella noche.

¿Estará Blake allí? En cuanto pienso en él me doy cuenta que hace unos días que no le veo. ¿Le habrá pasado algo?

–¡Bonniee! !A desayunar!– Grita mi madre desde la cocina.

–¡No tengo hambre mamá!

–¡Bonnie, baja y desayuna!

–¡Vaaaaale!–Con esta mujer es imposible discutir.

Bajo las escaleras despacio con mi pijama, o sea unos pantalones cortos de voley, pese a no haber jugado nunca y una camiseta básica. Llego al último escalón y ato mi pelo en una coleta. Entro a la cocina y allí le veo a él, tan guapo como siempre. ¿Que mierda hace aquí?

–Mira Bonnie, él es Blake nuestro vecino.–Dice muy sonriente mirándome a mí y a él.

–Mamá si me llegas a decir que tenemos visita me visto.– Me quejo bajándome con disimulo los pantalones.

Me siento en la silla delante de mi desayuno con Blake a mi lado.

–No te preocupes, te ves muy bien así.

Me ponga colorada como un tomate.

–¿Se conocen?–Dice mi madre señalándonos.

–Sí, vamos a la misma universidad.– Le digo y Blake por debajo de la mesa pone su mano sobre mi pierna haciendo que mi respiración se pare.

–Que bien, podríais hacer muy buenas migas.–Mi madre alza sus cejas hacia arriba y hacia abajo.

La ignoro y dirigí mi mirada a él.

–¿Qué haces aquí?

–Queria verte– Susurra en mi oído.

¿Quería verme? ¿Un chico como él? ¿A mí? Imposible.

–¿Vas a ir a la fiesta?–Me pregunta.

–Sí, me ha convencido Kate.

–No suelo ir a esas fiesta–Me sonríe.
Su sonrisa... Joder, es preciosa.–Si vas tú...creo que iré. Alguien tendrá que vigilar a esos niñatos.

BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora