Capítulo 38.

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Salgo del baño y Blake está sentado en la cama. En cuanto me ve se levanta e intenta acercarse a mí.

–Yo lo siento por lo que te ha hecho Elena. Es demasiado celosa y esta loca.

–Pues deberías controlarla. Y además creo que me lo merecía por estar tonteando con un chico que tiene novia.–Me cruzó de brazos mirándole.

–Yo no la considero mi novia. Solo estoy con ella por negocios ¿entiendes? No la quiero. Ya no.– Se acerca más a mi y coloca sus manos en mis hombros.

–¿Que clase de negocios son esos?

–Tú siempre tan curiosa.

–No me vas a responder ¿verdad?–Él niega con la cabeza.

–Vale.–Le contesto apartándome.

–No te enfades. En cuanto recuperes la memoria te lo contaré.

–Y si dura años. Y si nunca la recupero.–Preguntó a la defensiva.

–Entonces te lo contaré todo de nuevo. Haré cualquier cosa para volver a enamorarte. Eres mi luz en medio de tanta oscuridad y te necesito.–Me atrae hacia él y me abraza. Apoyo mi cabeza en su duro pecho mientras escucho los latidos de su corazón. Es tan relajante.

–¿Que puedo hacer para recompensarte por los daños causados?–Se aleja un poco de mi y me mira a los ojos.

–Algo puedes hacer.–Digo no muy convencida por la primera idea que se me pasó por la cabeza.

–Suelta por esa boquita.

–Me gustaría aprender a defenderme. ¿Tú podrías enseñarme? Los chicos sabéis de esas cosas.

Él se queda unos minutos sin decir nada con la mitad perdida hasta que por fin contesta.

–Claro, además has elegido al mejor en eso.– Se aleja de mi y su cara es diferente. Está mucho más serio. ¿Que le pasa?

–¿Oye, estás bien?–Le pregunto acercándome. Se aleja.

–Si, me tengo que ir. Tengo que hacer unas cuantas cosas. Cuando te recuperes de la nariz te llevaré al gimnasio para darte clases.– Al decir eso se da vuelta y se va.

¿Había dicho algo mal? Qué raro.

–¿Te encuentras bien? No has dicho nada desde que has bajado.–Me pregunta Kate.

Habíamos terminado de comer y estábamos limpiando lo que habíamos ensuciado.

–Si.

–¿Segura?

–Claro Kate. Solo me duela la nariz. Creo que voy a ir mi casa a descansar.–Lo último si era verdad.
No había dejado de pensar en Blake. En como derrumbaba todas mis defensas. En porque se comportaba tan raro. En esos negocios con Elena.
Quería contarle todas mis dudas, pero Ryan estaba en el salón y no quería que fuera con el chisme.

–Entonces ve a descansar boba. Cualquier cosa me llamas ¿vale?–Asiento con la cabeza. Nos damos un abrazo y me dirijo a mí casa.

Cruzó el jardín y entro en casa. Subo las escaleras y antes de entrar en mi cuarto escucho ruidos raros en la habitación de mi madre.

–¡Mama! ¿Ya has llegado?–Abro puerta y no puedo creer lo que estoy viendo. Habría preferido arrancarme los ojos y no ver esta escena. ¡Papa estaba con otra mujer!

–¡Que coño haces!–Le grito cabreada.
Enseguida se tapan y puede ver con claridad quién es esa mujer. Su secretaria. La había visto un par de veces. ¡Era diez años más joven que él!

–Yo puedo explicarlo.–Se acerca a mí y yo me aparto.

–No tienes nada que explicar. Está muy claro que estabas follando con esa guarra y encima en la cama donde duerme mama. ¡Eres un hijo de puta!– Grité histérica fuera de mis casillas.

Me pega una bofetada haciéndome arder la mejilla y el labio. Hoy es el día de pegarle a Bonnie sin duda.

–¡No tolero que me hablas así jovencita!

–Más te vale que recojas todas tus cosas y te largues de esta casa. Pienso contárselo todo a mamá.–Le digo con ira. Y salgo de casa corriendo. Las lágrimas no paran de salir de mis ojos. ¿Por qué todo lo malo me tiene que pasar a mí?

Sabía que algo no andaba bien cuando papa ya no estaba por casa. Siempre estaba de viaje y ni siquiera vino cuando estuve en coma. Estaba muy claro que ya no le importábamos. Me paro en un parque y me siento en un banco. Saco mi móvil y miro la agenda.
No se si llamar a Mama, a Kate, A Eric o a Blake. Al final guardo el móvil otra vez en mi bolsillo. Necesito estar sola en estos momentos.

Creo que llevaba bastante tiempo sentada aquí dándole vueltas a mí nefasta vida. Todo era un remolino de cosas que solo estaba haciendo desastres al pasar. Necesitaba que se parara todo y tomarme un respiro. Se había hecho de noche sin darme cuenta mientras deambulaba como alma pena. No quería volver a esa casa. No tengo ni idea de donde estoy, pero no me importa. Estoy horriblemente congelada. Solo llevaba un jersey y la chaqueta. Saco el móvil y miro la hora. Las once de la noche. Que tarde. También tenía muchas llamadas y mensajes de Blake. Y alguno de Eric.

Blake:
¿Por que no contestas a mis llamadas?
He ido a tu casa y no estabas. ¿Donde estás?
¡¡Me tienes preocupado. Dime dónde estás Bonnie!!

Eric:
Hey ¿que haces? Yo estoy aburrido.
Te echo de menos boba.
Contéstame por favor.

Cierro los mensajes y guardo otra vez el móvil. No tengo ganas de ver a nadie. Sigo andando y cada vez me siento más perdida. Suenan truenos y comienza a llover. ¡Que bien! Hoy no es mi día. Me refugio en el portal de un edificio. ¿Y ahora que hago? Decido llamar a Blake sin pensarlo demasiado.

Hasta que por fin contestas. ¿Donde infierno estás?–Me pregunta preocupado.

–Yo...no lo se. Estoy perdida y no reconozco está zona.

–Dime que cosas ves.

–Hay una tienda enfrente se llama music lover. No puedo hablar demasiado estoy congelada.

–Ya se donde es. No te muevas, voy enseguida.– Y cuelga.

BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora