ℕ𝕦𝕟𝕔𝕒 𝕋𝕖 𝔻𝕖𝕛𝕒𝕣é || 𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜/𝕍𝕂𝕠𝕠𝕜

𝐀𝐩𝐞𝐫𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐃𝐞𝐥 𝐓𝐞𝐫𝐜𝐞𝐫 𝐀𝐫𝐜𝐨

JungKook

     Poco a poco fui abriendo los ojos. Lo primero que me encontré fue con un TaeHyung, en el asiento del acompañante, restregándose los ojos. También estaba JiMin, el cual estaba admirando algo del paisaje, y Suga que estaba conduciendo.

     Una vez me sentí más despierto, me acomodé del asiento y estiré un poco los brazos. Miré a mi alrededor y vi que habían muchos árboles y un cartel de bienvenidos a un pueblo que realmente no alcancé a terminar de leer.

     Lentamente se comenzaron a ver casas, como si fuese el inicio de un vecindario. A los pocos minutos ya parecía un vecindario de verdad, pues habías mucha cantidad de casas, tiendas, y las calles daban a más casas.

     Por un momento logré darme cuenta cómo, a lo lejos, había una iglesia, también una comisaría y unas cuantas clínicas. Pero... todo estaba completamente vacío, en las calles habían cuerpos inertes y mucha sangre en paredes de viviendas y en las calles igual.

     Habían unos cuantos infectados rondando, pero estaba seguro que la mayoría estaban dentro de sus hogares, al menos eso es lo que había visto dentro de aquél "Hotel" de donde nos habíamos ido.

     —A unos cuantos kilómetros más adelante está la ciudad. ¿Qué hacemos?— preguntó Suga y yo solo me acomodé intentando enderezar mi espalda.

     —¿Y si nos quedamos aquí? La ciudad estará llena de infectados.— propuso JiMin.

     —Deberíamos avanzar un poco más y luego buscar un lugar donde quedarnos— agregó TaeHyung.

     Dicho eso, comenzó a conducir más rápido. Pero al poco tiempo, fue bajando la velocidad y se detuvo en un pequeño vecindario. Había una calle un tanto angosta y de los dos lados habían varias— Por no decir muchas— casas.

     El primero en bajarse fue Suga que, en cuanto se bajó, desenfundó su katana. El siguiente en bajar fue TaeHyung y le siguió JiMin. Mi turno llegaba, pero realmente no quería hacerlo.

     De tan solo pensar en salir otra vez al infierno que había fuera hacía que mis manos temblaran y que mi garganta se sintiese cada vez más seca. Suspiré y me armé de valor, acto seguido salí del auto.

     Los segundos pasaron y lo primero que vi fue como había una gran cantidad de personas descuartizadas en la calle, y, para sumarle a eso, habían infectados que se los estaban comiendo. Me erizó por completo la piel.

     Cuidado

     Otra vez esa voz, otra vez era HoSeok.

     En ese momento escuché unos leves pasos detrás de mí. Por inercia, me volteé y vi como un infectado estaba a casi dos metros de mí, demasiado cerca.

     Entendí la señal, me había advertido, pero... ¿Cómo?

     Mis manos temblaban y el infectado no tardó ni segundos en taclearme e intentar morderme. Dúramente caí al suelo y mi cabeza golpeó contra el pavimento de hormigón de la calle.

     Mis manos estaban en el cuello del infectado, intentando detenerlo, pero parecía imposible. La fuerza que el enfermo tenía era increíble, incluso llegando a marcar con sus manos mis clavículas, pronto tendría moretones.

     —¡Mierda! ¡Por favor! ¡para!— gritaba intentando detener al infectado, pero no mostraba ni la más mínima señal de oírme.

     Su saliva caía en mi cara y ante esto cerré los ojos, ya me estaba quedando sin fuerzas. Unos pocos segundos después sentí como algo golpeaba mi cara y el cuerpo del infectado caía lentamente sobre mi.