𝙰𝚖𝚊𝚛𝚝𝚎

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JungKook


     Estábamos a tan pocos metros, sin embargo, a pesar de esto, yo no podía moverme ni un centímetro. Por más que el código haya sido correcto, mis creencias en que estaba muerto era mucho más fuerte que mi esperanza hacia volverlo a ver.

     Sus ojos marrones se veían mucho más claros que antes y, su cuerpo, no dejaba de temblar. Vi que, a duras penas, logró levantarse y no tardó mucho en comenzar a dirigirse hacia mi.

     Y ahí fue donde entendí, y descubrí, que nunca podría mirar a alguien más de la forma en la que lo miraba a él. Ahora todo tenía sentido.

     Él en sí estaba bien, pero eso no quitaba el hecho de que mis lagrimas de alegría, tristeza, desesperanza y a la misma vez emoción comenzaran a viajar por mi rostro. Eran demasiados sentimientos y, alguien tan nuevo en este mundo como yo, era demasiado difícil de procesar.

     La realidad era que, por más desesperanza que tuviera, el hombre al que mas quería estaba vivo, y eso era suficiente para mi.

     Ambos nos acercamos lo suficiente como para estar cara a cara, lo suficiente para que nuestras respiraciones chocaran. Unos pocos segundos pasaron pero ninguno de nosotros se dignó a decir o hacer algo.

     De repente, él tomó mi rostro e hizo que nos miráramos fijamente, para luego decir algo que realmente no entendí al primer momento.

     —¿Puedo hacerlo?—preguntó.

     No entendía a que se refería con esa frase, sin embargo, a pesar de esto, sólo asentí.

     Al responder a su pregunta, lo primer hizo fue cerrar sus ojos, a lo que yo imité su acción cerrando también los míos.

     No pasó mucho hasta que, justo en mis labios, comencé a sentir el roce de otra piel. Ante esta sensación tan extraña, entreabrí los ojos y me tope con algo que no esperaba, ni pensaba, ni pasaría. TaeHyung me estaba besando.

     Sentir aquellos labios sobre mi hizo que explotase por dentro, eran muchas más sensaciones que de las que tenía antes. Cada toque de su lengua dentro de mi cavidad bucal enviaba escalofríos a todas las partes de mi cuerpo.

     Ambos nos separamos, sin embargo, él me abrazó por la cintura y, con una de sus manos, pegó mi frente con la suya. Las lágrimas volvieron y eran mucho más fuertes que antes.

     Ante todo lo que había presenciado solo pude formular unas pequeñas palabras:

     —T-te creí... muerto.

     Al decir esto, el, volvió a acercarme para besarme. Eran de nuevo aquellas sensaciones tan extrañas. Mi corazón latía como nunca, mi cuerpo se sentía tan bien y mi cabeza comenzaba a embriagarse.

     Pero todo terminaba en un momento y nos volvimos a separar por falta de aire. Ya no sabía que hacer ni que decir, pero tenia muy claro que es lo que quería.

     —JungKook.

     —Dime...—solté suspirando y derramando una lágrima más.

     —Antes de tocar tus labios quiero conquistar tu corazón, y antes de conquistar tu cuerpo quiero conquistar tu amor.

     Escuchar aquello provocó que llorase aún más de lo que ya estaba haciendo. Pero, por un momento recordé, esa frase ya la había leído en otro lugar.

     —Eso... es de Shakespeare, Romeo y Julieta.

     —Lo sé,— sonrió— Lo sé.

     Otra vez tomó mi cara, aún así, sólo dejó un poquito en mis labios.

     —¿Entonces puedo?

     —Claro que sí- solté completamente seguro de lo que quería.

     Hacía tiempo no tenia sentimientos hacia alguien, hacía tiempo que no besaba a alguien con sentimientos reales de por medio. Hace ya tiempo que no amaba a alguien con tanta emoción y fuerza, mi fuerza.

     Ante mi respuesta tan decidida, TaeHyung, me atrajo hacia su cuerpo, abrazándome en el acto y juntando nuestros dos cuerpos. Yo solo pude rodear con mis brazos su cuello y esconderme en este mismo.

     —Me haces sentir como si estuviese en un paraíso.—admití.

     Las lágrimas poco a poco fueron cesando, ya casi no había rastros de estas mismas. Ya me estaba sintiendo mejor, también estaba seguro de que aquella angustia qué había pasado durante la noches traería sus pequeñas consecuencias a mi salud en unas cuantas horas

     Lentamente ambos nos fuimos separando y, a pesar de esto, una sonrisa apareció en mi rostro y permaneció en este.

     —Tengo a mi propio Shakespeare.—sonreí.

     —Obvio.

     Por un momento me separe de TaeHyung y fui hacia la ventana más cercana que daba a la calle. Aunque estuviese amaneciendo y el sol ya comenzara a salir, los infectados aún permanecían en la calle ¿No se suponía que deben dispersarse? Pero me inquietó más que el numero de enfermos aumentaba por cada segundo que pasábamos en este lugar.

     —Oigan,—hablé llamando la atención se los demás.— hay demasiados infectados fuera.

     —No podremos salir por la calle.—respondió YoonGi.

     —Yo... vi que hay unas escaleras que dirigen a las azoteas, quizá podamos salir por-

     En ese momento fui interrumpido por un gran estruendo proveniente de la primera planta del edificio. Corrí hacia la ventana y lo que vi me dio una gran cantidad de escalofríos por todo el cuerpo.

     —¡Los infectados están entrando!

     Al alertar sobre ello, no dieron tiempo a algo tan fútil como pensar y se lanzaron a correr. Los gemelos salieron primero, luego YoonGi y JiMin, por ultimó creí que se iría TaeHyung, sin embargo, este mismo me espero y cuando estuve a su lado juntos salimos

     En la escalera principal ya se comenzaban a oír los pasos de los infectados y, ante esto, todos empezamos a correr más rápido y a dirigirnos a la azotea.

     Aún no entendía a los infectados, ya era de día, ¿Por qué nos sentían? ¿O quizás si ya nos vieron ya saben donde estamos?

     Luego de subir por las escaleras del conserje llegamos a las puertas de la azotea, sin embargo, por alguna razón, estas mismas, no se abrían.

     —No se abre—habló YoonGi agarrando fuertemente la perilla de las puertas.

     Caminé rápidamente hacia las escaleras y me di cuenta que los infectados estaban cada vez más cerca de nuestra ubicación.

     —Déjame a mi.—respondió JiMin ante la situación que estábamos teniendo.

     Tomó las perillas de ambas puertas y, con la fuerza de sus brazos junto a sus hombros, golpeó fuertemente ambas entradas y las abrió. En ese momento me di cuenta de la tan increíble fuerza que JiMin guardaba.

     Estaba debilitado por la adicción al cigarrillo, por lo que no me imaginaba cómo era su fuerza cuando estaba sobrio.

     Juntos salimos hacia la azotea y yo me encargué de cerrar ambas puertas. Sabía que no resistiría absolutamente nada, pero quizá nos daría un poco más de tiempo.

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     29 capítulos, es bastante...

Pauu_Nira

ℕ𝕦𝕟𝕔𝕒 𝕋𝕖 𝔻𝕖𝕛𝕒𝕣é || 𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜/𝕍𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora