𝙸𝚗𝚝𝚎𝚗𝚝𝚊𝚛𝚕𝚘 𝙳𝚎 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚘

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JungKook


     Desperté. Sentía como mi cuerpo estaba siendo rodeado por los brazos de alguien detrás de mi. Lentamente me volteé y ahí lo vi, vi a TaeHyung. Sus expresiones estaban bastante suavizadas, con su cabello desordenado sobre su rostro. Todavía no podía procesar la gran belleza que él cargaba.

     Delicadamente, pasé mi dedo sobre su cabello, apartando los cabellos que estaban sobre su cara, los cabellos que me impedía terminar de apreciar su belleza. Sin embargo, en el instante en el que aparté sus cabellos, abrió los ojos, despertándose.

     Increíble el sueño liviano de esta persona.

     —Buenos días.— Saludó mi acompañante, su voz se sentía bastante grave y ronca.

     —Bue-Buenos días— saludé, apartando la mirada por la cercanía de nuestros rostros.

     —¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?

     En ese instante lo recordé. La noche anterior había llorado durante toda la noche. Juraría por mi vida que yo había oído la voz de HoSeok o de mi mamá, quizá no tenía pruebas pero yo sé que los había oído.

     —Yo... emm... no sé. Pero mejor que anoche si estoy.— asintió acariciando mi cabeza.

     Realmente tener a TaeHyung a mi lado es bastante reconfortante, por no decir que maravilloso. Saber que él me protegería y estaría conmigo hasta el final me relaja, pero hay algo más, cada vez que lo veo mi corazón late fuertemente.

     —Iré con JiMin. Prepárate, pronto nos iremos.— advirtió caminando hacia la puerta.

     Difícilmente me levanté de la cama y poco a poco caminé hacia mi mochila, donde estaba mi ropa y demás cosas. La puerta se cerró, despidiendo a TaeHyung y dejándome en soledad completa.

     Hacía frío, a pesar de estar en primavera y cerca del verano. Tampoco es que pudiese abrigarme mucho, había traído un único conjunto de ropa y era por si sucedía algo, además de que mi saco estaba completamente manchado de sangre.

     Recordé como en la noche anterior. Apenas llegué, lancé el saco muy lejos, era demasiado el nerviosismo que tenia en el momento, no podía soportar estar tan cerca de sangre, y mucho menos sangre de alguien a quien yo mismo maté.

     Sin esperar por más, me vestí con el conjunto que había guardado en la mochila. Y una vez listo, cogí una de las botellas de leche de plátano y la bebí, lentamente para poder disfrutarlo ya que seguro que cuando se me acabaran no sería muy fácil conseguir las botellas.

     Una vez terminada la botellita, tomé la mochila y poco a poco fui acercándome hacia puerta. Por un momento volví a mirar la habitación y cuando vi el balcón logré ver colillas de cigarrillos, ya entendí para qué eran los ansiolíticos.

     Suspiré, negando, seguro JiMin era un fumador y no estaba pasando un muy buen momento. Lo entendía, pues mi madre fumó por un gran tiempo y cuando yo cumplí los trece años dejó de fumar, fue un milagro para mi, el mejor regalo que me pudo dar.

     Tomé la perilla y abrí la puerta. Al salir vi como TaeHyung y JiMin hablaban algo agitados.

     —¡Mientras más temprano salgamos mejor!— habló TaeHyung, apretando sus manos.— ¡Si se hace de noche no se podrá ver nada!

     —Bueno, bueno. No me grites.— respondió el de cabellera morada.

     —Oigan, no peleen— advertí.

     —Cállate.— acató JiMin mirándome a los ojos y luego a mi entre ceja.— Háblame cuando no tengas a otra presencia entre medio te tus cejas.

     Dicho eso, me toqué la entre ceja y sentí como tocaba un pequeño granito, increíble, un grano justo entremedio de las cejas. Negué, JiMin es un idiota, al parecer había tomado un poco de confianza al hablar conmigo.

     —Bendíceme con el poder de ese tercer ojo.— añadió TaeHyung.

     Me impresioné de que Tae se sumase a ese tipo de bromas, increíble, creí que sería ese tipo de adultos que eran todo serios y que nunca hacen chistes para divertirse. Genial, yo me convertí en el centro de chistes de los tres.

     —Más vale que se callen o les meto un palo por donde ya saben.— advertí fastidiado.

     —¿En qué momento se perdió el respeto?— preguntó JiMin.

     —No molestes.

     Suspiré y me senté en el sofá, esperando que los dos mayores dijeran algo, porque yo sólo no iba a decidir qué hacer con lo que hay fuera, soy demasiado inútil como para hacerlo. Esperar y esperar, pero ninguno de ellos dijo una sola palabra, así que sin más me adelanté.

     —¿Qué haremos?— pregunté mirando a ambos.

     —Deberíamos intentar irnos. Al coche aún le queda bastante gasolina, así que podremos salir de aquí y llegar a Gyeonggido, o al menos cerca de ese.—respondió TaeHyung mirándome a los ojos.

     Sus ojos eran tan malditamente oscuros, tan oscuros que podía ver como si hubiese algo de profundidad en estos, una profundidad muy extraña y escalofriante.

     ¿Qué escondía en aquella mente suya?

     —¿A qué hora nos tendríamos que ir?

     —Lo más pronto posible, yo no quiero estar ni un minuto más en esta ciudad.

     —¿Por qué?— pregunté con total ignorancia, a lo que TaeHyung alzó la ceja.

     —Porque yo sí sé lo que sucederá en unos cuantos días.

     —¿Y qué sucederá?— reiteré fastidiando a mi mayor.

     —No te lo diré.

     —No me vacileees. ¿Tanto suspenso para nada?

     —Obvio.

     Moví mi cabeza hacia los lados, negando. Por un momento aparté la mirada hacia JiMin y vi que había abierto la puerta un poco y que después la volvió a cerrar.

     —¿Que sucede? ¿Está todo bien?— pregunté acercándome a el.

     —S-sí, está todo bien. El pasillo está despejado, pero hay un rastro muy grande de sangre que viaja desde la escalera y-y sigue esta los siguientes pasillos. El problema es que la sangre está fre-fresca.— tartamudeaba viendo al suelo y no solo eso, sino que también temblaba, ¿Qué carajos había fuera?

     —¿Y si nos vamos ahora?— pregunté y TaeHyung arqueó una de sus cejas.— Digo porque, como dice JiMin, está despejado y, además, no sabemos con lo que podríamos encontrarnos al pasar de las horas.— reformulé y Tae ya pareció más convencido.

     —Él tiene razón, deberíamos irnos ya.

     Sin decir más, nos preparamos y cuando estuvimos listos salimos del edificio. Por alguna razón el edificio estaba vacío, no habían rastros de infectados, solo sangre y huellas, pero nada más.

     Ante los charcos de sangre, lo único que me quedó fue esconderme en la espalda de TaeHyung, después de todo, aún no lograba ver sangre, al menos sin aterrorizarme.

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     Oigan, todo tiene un porqué, Desde las próximas emociones de JiMin, hasta los comportamientos extraños de los infectados. Así que no se preocupen por lo que pasó con los infectados hace un momento.

Pauu_Nira

ℕ𝕦𝕟𝕔𝕒 𝕋𝕖 𝔻𝕖𝕛𝕒𝕣é || 𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜/𝕍𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora