𝚁𝚎𝚐𝚊𝚕𝚘

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JungKook

     No había podido dormir en toda la noche, no después del susto que TaeHyung me había dado. Aunque fue una muy buena forma de darme cuenta de que el lugar donde yo había puesto mis dedos no era el lugar donde se tomaban los signos vitales.

     Había aprovechado todo el tiempo que estuve despierto para tomar fuerzas para salir de la casa. Necesitaba suministros y con mucha urgencia, pues me estaba quedando sin pastillas para TaeHyung

     Tenía mucho miedo, era más que obvio, pero debía pensar en él y no solo en mi.

     Miré mis manos con mucho temor, no estaba muy convencido de salir, pero estaba más que obligado. Aparte mi vista hacia Tae, dormía plácidamente, mientras que yo estaba sentado en un rincón bastante alejado. No me dignaba a mirarlo a los ojos después de la gran cobardía que llenaba mi cuerpo.

     Sin pensarlo más, e intentando no indignarme, me levanté del suelo y caminé hacia donde estaban mis cosas. Vacié todo lo que había dentro, ropa usada o envoltorios, y dejé sólo la navaja y el arma de TaeHyung.

     Algo muy curioso que me di cuenta, en el mango del arma, era que tenía las marcas de sus iniciales "KTH". Se veía muy bonito, pues tenía una tipografía de letra muy curvada y bella a la vista.

     Ya con todo listo y preparado, mentalmente, salí de la casa, dejando que unos rayos muy brillantes del sol golpearan directo a mi cuerpo.

     Caminé un poco hasta llegar a la calle, todo estaba vacío y muy silencioso. Lo único que se sentía en ese pueblo era el incesante calor húmedo. Si bien me gustaba la tranquilidad que había, no era aquél silencio el que esperaba.

     Rogaba con todas mis fuerzas oír algún tipo de cosa que me confirmara de que alguien o algo estaba vivo.

     Del un lado del pueblo lo había investigado casi todo, quedaba el lado que le había tocado a... YoonGi. No sé, luego de que nos abandonara me había enojado bastante... pero no puedo odiarlos. Además, en el momento estaba más concentrado en sanar las heridas de TaeHyung que en ellos. 

     Inhalé y exhalé, lo que estaba por hacer no lo había pensado dos veces.

     Comencé a correr, saltar, girar, sin dirección alguna. No sabía a dónde me dirigía, pero solo me dejaba a mi mismo ser libre.

     No me sentía feliz en lo más mínimo, pero tampoco triste, sin embargo, comencé a llorar. No lloraba de tristeza ni de emoción, sólo... lloraba. Lloraba liberando las emociones que tanto me había reprimido.

     Estaba tan cansado y a la vez tenía tanto miedo. No estaba soportando.

     —Aaargh~—grité, sin importar si cerca habían infectados. 

     En ese momento nada me importaba.

     —¡¡Mierda!!—reiteré con el mismo tono que antes, solo que esta vez sonaba mucho más agudo.

     Me detuve y miré mi alrededor. No me había alejado de la casa, pero sí había corrido bastante. Lo que no esperaba en ese momento era escuchar y ver como varios infectados comenzaban a salir de sus viviendas hacia el núcleo del ruido, o sea venían hacia mi.

     Sin detenerme por mucho tiempo más, corrí hacia una casa que tenía un especie de ¿Ático? No sabía que era, pero se veía muy extraño.

     Al entrar en esta vivienda "Extraña", no me detuve a ver la mujer infectada que había en el suelo y corrí directo a las escaleras.

     El lugar no se veía tan mal, sólo se veía abandonado y bastante solitario. No parecía una casa de familia, pues en la mesa al lado de la escalera se veía la foto de un matrimonio. Un matrimonio sin hijos...

ℕ𝕦𝕟𝕔𝕒 𝕋𝕖 𝔻𝕖𝕛𝕒𝕣é || 𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜/𝕍𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora