17. Niño mimado

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14 de febrero de 1984 (flashback)

La clase de historia había avanzado cerca de unos quince minutos, y la profesora ya tenía a todos con la cabeza baja, trabajando en una guía de preguntas del libro. No se oía más que un leve murmullo de vez en cuando, así que el brusco sonido de la puerta al abrirse hizo a todos alzar la cabeza con sobresalto.

—Ufff, lo siento, señora. ¿Llego muy tarde? — preguntó Steve Harrington con su típica sonrisa de "en realidad no me importa, aquí yo soy el rey".

—Pase, señor Harrington. Estamos trabajando en la página noventa y ocho. — dijo la maestra Click restándole importancia y volviendo a su crucigrama.

El chico entró al aula manteniendo la sonrisa y saludando a sus amigos mientras iba a su asiento y se dejaba caer en él despreocupadamente.
Robin, sentada justo detrás de él, lo escuchó tararear una canción mientras hurgaba en su mochila y sacaba su clásico bagel, el cual se empezó a comer sin importarle en lo más mínimo que estuvieran en clase; luego lo escuchó maldecir. Volteó hacia ella.

—Oye, ¿tienes un lápiz?

—No. — contestó seria de inmediato.

Steve volvió a maldecir.

—¿Dices que necesitas un lápiz? — le susurró Tammy Thompson con una radiante sonrisa entregándole uno.

—Sí, gracias. — Steve lo tomó y se giró hacia su escritorio, mientras la rubia aún lo veía sonriente, sin que el chico se diera cuenta siquiera.

¿Cómo es posible que alguien sea tan imbecil? — se preguntaba Robin — ¡Al menos sonríele! — le habría gustado gritarle a Harrington mientras lo golpeaba. En cambio, solo se quedó ida viendo su espalda. Y lo vio aún con más furia cuando la profesora le llamó la atención por estar con la mirada perdida en lugar de trabajar en la guía, aún cuando Steve comía descaradamente su desayuno justo frente a ella.

Odiaba a aquel tipo.

(Fin del flashback)

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Los dedos de Eddie se deslizaban suavemente por las cuerdas creando notas musicales, al tiempo que murmuraba la letra de una canción.
Su mirada se desvió hacia un lado de la cama, en donde Steve yacía acostado con los ojos cerrados.

—Steve, oh, Steve, ¿por qué finges dormir? — cantó mientras tocaba con la guitarra una tonada a juego.

—No finjo, solo tengo los ojos cerrados. — dijo el chico.

—¿Estás enojado conmigo?

—No.

—¿Entonces? Apenas has dicho tres palabras desde que llegaste. — le acarició la mejilla con los dedos. Steve abrió los ojos — ¿Estás cansado? — el chico asintió — ¿Es porque te obligué a tener sexo toda la noche?

—No. — dijo Steve sonriendo ligeramente, adquiriendo un tono de rubor en las mejillas — Solo... ven aquí. — tiró de la cintura de Eddie. Este dejó la guitarra a un lado de la cama y se acomodó junto a él, hundiendo la cara en su cuello.
— Mis padres llegaron hoy por la mañana.

—Mierda... ¿Te castigaron?

—No, no te preocupes. — susurró y luego estuvieron en silencio unos minutos, hasta que él volvió a hablar — ¿Era en serio lo de hacer un viaje en verano?

—Claro que sí.

—¿Vamos a buscar un empleo juntos?

—Sí, si tú quieres.

¡Hey, tú! [Steddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora