Siento vergüenza como si estuviera en medio de un tumulto de rostros que me miran con ira y dedos que me señalan como la única responsable de todo lo que está sucediendo.
—Gaia, te lo he dicho muchas veces —comienza, soltando un suspiro de impaciencia.— Nada de lo que sucede es tu culpa, nada.
Alzo la mirada hacia él una vez más y asiento con lentitud.
—Está bien —murmullo, dándome por vencida.— Trataré de hablar con él, pero dame tiempo, no puedo hacerlo en este estado.
—Todo el que quieras. Lo importante es que lo hagas.
Me levanto del banco y sacudo mi suéter para acomodarlo de nuevo sobre mis hombros. Me estiro y muevo la cabeza de un lado a otro.
—Necesito pensar un poco las cosas —digo y camino hasta la puerta.
—¿No quieres un poco de café? —pregunta con un tono amable.
Me doy la vuelta y ladeo un poco la cabeza.
—¿Me serviría? —pregunto en un tono un poco más animado tratando que no suene tan forzado.
Luke se encoge de hombros y me mira con una pequeña sonrisa.
—Te mantiene despierta —dice—, te sirve para pensar mucho más.
—Tal vez lo que necesite sea otra cosa —murmuro colocando una mano sobre el pomo para girarlo.— Gracias por la oferta, lo tendré en cuenta, seguro lo voy a necesitar pronto.
Cierro la puerta con cuidado detrás de mí y me quedo estática decidiendo hacia dónde debería ir, por un lado permanece la inquietud sobre lo que Louis me ha hecho, lo que debió haber aplicado con Sam, y por el otro lado lo que se le escapó a Luke, si por un momento me olvidé por completo del tema ahora no volverá a suceder, la duda me cala como si fuera un Picidae agarrado de mi nuca, tocando una y otra vez aquella fibra sensible.
Es indiscutible que Jules me está negando algo sobre él y lo que ha pasado en aquel tiempo cuándo pasó por el proyecto, aún no sé por qué insiste en decirle así, XZ y muchas cosas, pero, no lo puedo culpar o reclamarle por algo que yo he hecho.
Suspiro y comienzo a caminar con una fingida parsimonia en dirección a Louis, quien se encarga de desarmar las cajas usando una pequeña navaja para cortar la cinta, lo hace con tanta facilidad, como si estuviera acostumbrado, que por un momento me cuestiono acercarme a él para hablar.
Al final lo hago cuándo levanta la mirada y me sonríe apenado, ya debe saber cuales son mis intenciones, pero no parece molestarse, en cambio, parece complacido de responder mis preguntas, las cuáles son demasiadas, tanto que ni siquiera logro darles un orden prioritario, simplemente flotan en el aire esperando a que atrape una y la formule. Tomo asiento a su lado y me relamo los labios, dispuesta a preguntarle.
—Tu amigo ha encontrado la forma de ponerse en contacto conmigo, le gustaría que se vieran en una semana, en el puente Romano.
Parpadeo lento y me froto la frente.
—Déjame explicártelo.
Al parecer la que va a responder preguntas soy yo.
Kyle ha tenido más suerte en la vida que yo, en tantos aspectos que si se reúnen en grupo se pueden llegar a considerar la base de una buena vida, con privilegios y ventajas.
El chico nació hace diecisiete años en el seno de una de las familias mejor acomodadas de todo Mertert, su padre es un empresario de gran renombre en la industria de alimentos, con varios restaurantes con sedes en las mejores ciudades del país, tanto que ni siquiera la crisis de hace diez logró que cesaran sus actividades por un par de semanas.
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A Través de la Oscuridad
Ficção CientíficaUn misterio en manos de todos... Cuando la oscuridad viene no se sabe qué trae con ella... Y nosotros quisimos descubrirlo. Misterio, muertes, secretos y muchas preguntas que responder. ¿Podrás llegar al final con nosotros? ¿O te quedarás en el cami...