Una nueva tormenta se desata mientras comemos y aprovecho el clima fresco para tirarme en el lado de la pared de la cama e intentar dormir, pongo la mano en el material frío relajando el cuerpo. Estoy dando vueltas entre estar despierta o en un estado de somnolencia hasta que el lado contrario de la cama se hunde con un ruido sordo.
¨—Si pudieras estar en cualquier lugar del mundo, ¿cuál sería y por qué?
Alzo la mirada sobre mi hombro y veo la cabellera chocolate de Jules a mi lado. Tiene los ojos cerrados y los brazos tras la cabeza.
Recojo mis piernas y me pego a la pared hasta el punto que parece que caeré por el pequeño espacio entre la cama y la pared.
—El mar... Cerrado —respondo dándome vuelta hacia la pared para cerrar la conversación, por lo menos para mí.
No tengo ganas de hacer nada. Cierro los ojos mientras me froto el cuello con una mano.
—¿Por qué?
—Porque ahí nadie me vería y podría hacer lo que quiera —respondo en voz baja.
Hay un momento de silencio y parece que se ha ido, pero se remueve sobre su lugar.
—¿Flotando en medio de todo?
—Quizá en una isla con una pequeña casa cómo esta, quizás no —digo en un susurro, luchando porque mis emociones no me cierren la garganta.
—Ya veo —dice en el mismo tono.
Por un momento parece que seguirá hablando y me preparo para girarme, pero el silencio inunda poco a poco la habitación por lo que único que puedo hacer es rogar por poder dormir un poco, dejar de lado el miedo que tengo todavía sobre el cuerpo.
El sonido de su respiración y el repentido hundimiento de la cama me ponen alerta. Me es imposible descifrar cómo crece cada vez más la necesidad de pegarme a su lado y oír el latido de un corazón nuevamente si cuándo lo tuve de frente parecía querer darle un golpe por... estar aquí.
El tiempo pasa rápido dentro de la pequeña cabaña, antes de que se cumpla la semana Louis nos da la noticia de que por fin podemos irnos de allí y llegar a la gran casa de ¨acogida¨ en medio de un bosque. Me siento aliviada de salir de aquel lugar, pero me no puedo evitar ponerme triste ante la idea de alejarme de Mertert.
Estar cerca me hace bien.
Seguimos el recorrido en la van y esta vez tengo la oportunidad de ir en el asiento del copiloto en lugar de Michael que dijo que le seré de más ayuda a Louis al conocer la zona y yo no me negué para nada, no quiero estar encerrada un momento más en aquel auto.
Pasamos por zonas de cultivo gigantescas, hasta el punto que pienso que nunca las dejaremos atrás. Louis me dice que son reservas en caso de que el país tenga alguna crisis, también pasamos por pequeños pueblos y zonas boscosas y tupidas de árboles que se mueven en un vaivén silencioso. Muchas hojas caen sobre el camino y parabrisas y saco la mano por la ventana para tomar algunas.
—Esta es una zona muy alejada y solitaria —comenta cuándo dejamos la carretera para entrar por un camino que nos sumerge de nuevo en un gran bosque, más cerrado ésta vez.— Supongo que por eso lo eligieron.
Sonrío viendo el paisaje que se despliega ante nosotros y saco el torso por la ventana para ver todo aún mejor, hasta que entre los árboles veo asomar el tejado verde oliva de lo que parece ser una gran casa, a muchos metros de nosotros todavía.
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A Través de la Oscuridad
FantascienzaUn misterio en manos de todos... Cuando la oscuridad viene no se sabe qué trae con ella... Y nosotros quisimos descubrirlo. Misterio, muertes, secretos y muchas preguntas que responder. ¿Podrás llegar al final con nosotros? ¿O te quedarás en el cami...