A Través de la Oscuridad

Capítulo 43.

—Enviar a cualquier chico, esperar que nos diga los horarios —dice alzando una ceja—, aunque para este punto comienzo a sospechar que son los mismos, y finalmente atacar. He estado pensando que debería ir más de uno, la vez pasada no pudimos reunir demasiada información debido a que eran muy pocos, contábamos con muy poco tiempo antes de que llegaran las patrullas

Me relamo los labios e irgo la postura.

—No creo que debamos hacer lo mismo esta vez —comento atrayendo toda la atención hacia mí.— Después de dos ataques de la misma especie deben esperar que vuelva a suceder y puede que hayan reforzado la seguridad cada vez que lleguen chicos, teniendo en cuenta lo pocos que lo hacen, y respecto a los horarios, las guardias deben haber cambiado.

En los labios de Luke aparece una sonrisa orgullosa y me contengo las ganas de reír mientras los demás cuchichean a un lado. Los volteo a mirar esperando una reacción de su parte, simplemente se limitan a devolverme la mirada, pidiendo más explicaciones.

—¿Factor sorpresa? —tanteo.— Y en un horario distinto, ya deben estar advertidos... ¿Están siguiendo algún orden? —pregunto mirando a Luke. él niega.—Bien, eso nos puede dar un poco de ventaja.

—Perfecto —tercia Odella.— ¿Cuándo sería?

—En dos días —responde Luke.— Debemos esperar la confirmación de... los demás.

—Bien —responde Diana levantándose para dejar el lugar.

Al parecer reunir tantos líderes en un mismo lugar no ha sido la mejor opción. Parecen botar chispas cada vez que se acercan los unos a otros y tratan de intercambiar sus ideales, como rocas cuando se intenta crear fuego. Odella es una líder nata, le gusta ayudar y dar las órdenes mientras nadie se entrometa y desee hacer lo mismo, al igual que Diana. 

Luke simplemente disfruta verlas pelearse debajo de la mesa y esperar a ver quien sale mejor parado. Nicholas acataba órdenes. Jen es colaborativo. Y yo, bueno, ninguna de las dos, simplemente creo discordia.

Bajan las escaleras dejándonos a Luke y a mí solos una vez más, el chico me mira de reojo y me dedica una sonrisa antes de comenzar a descender no sin antes colocarle seguro a la puerta y dejarla abierta previendo cualquier accidente que incluya dejarnos encerrados bajo tierra. 

Hago una mueca y comienzo a bajar las escaleras a paso lento, el lugar se encuentra en calma luego del almuerzo y es probable que los chicos estén descansando. El lugar no es tan grande por lo que no hay donde ir y el único espacio en el que podemos tener privacidad lo estoy dejando detrás.

Me apresuro a bajar los últimos peldaños al escuchar a un chico maldecir porque no lo dejan hacer su trabajo de apretar las tuercas de la escalera para hacerla más segura en paz. Me siento un poco avergonzada por eso y sigo caminando hasta que llego al pequeño apartado de los baños donde un par de chicos se encargan de limpiar la ventilación. 

Varias bolsas de plástico están dispuestas para recibir las hojas que caen desde el techo. Paso debajo de ellos quienes cesan la actividad por un momento y entro a los baños con la intención de darme una pequeña ducha.

Dejo que el dolor de cabeza y malestar se vayan con el agua helada que sale de la regadera a cada segundo y contengo  la respiración dejando que el ruido del agua al caer amortigüe los demás ruidos de mi alrededor hasta que la presión comienza a cesar y salgo. En el lugar solo hay otras dos chicas por lo que me visto con calma y salgo de ahí en dirección a los dormitorios, esquivando a varios chicos.

La única luz encendida me deja ver que hay pocos chicos ahí y por los varios ruidos que escucho en el segundo piso sé de inmediato donde se encuentra el resto. Suelto un suspiro y me dirijo de nuevo hacia la gran sala donde me encuentro a varios chicos del equipo de seguridad entrenando y los que no saben pelear, cómo yo, sentados alrededor simplemente viendo.