—Escuché que habrá una sorpresa al final de la jornada. —Por mi lado pasan dos chicas que pueden tener mi edad.
Las sigo con la mirada hasta dónde mi es posible y me siento en una banca más cercana. No deseo llegar de ya, por si hay alguien de ¨seguridad¨ o hay moderadores cerca, pero quiero saber qué lugar me conviene más antes de entrar.
El evento ha comenzado minutos antes de decidir acercarme por completo y caminar entre las cientos de personas que se encuentran aquí. La similitud del festival con el de hace diez años em aturde, la larga mesa en el centro con las canastas de las familias, los arcos en las entradas con banderines de Luxemburgo y Alemania, una combinación desastrosa que no está recibiendo mucha atención.
En las esquinas del lugar hay postes decorados con flores blancas y en lo más alto bocinas, pero no cámaras.
El lugar no parece tener tanta vigilancia. Camino por los alrededores buscando la cabellera roja de Kyle, pero parece volverse cada vez más difícil debido a los centenares de personas que se apretujan mientras miran los stand conmemorativos y buscan un buen puesto frente al gran escenario que se alza al final del parque.
En cierto momento alguien me toca el hombro por descuido y estoy a punto de propinarle un golpe cuando veo la bandeja con un montón de pasabocas que sostiene una pequeña chica con un montón de pecas. Tomo un medio distraída y le agradezco con una sonrisa mientras lo como de un sólo bocado.
Al final decido caminar por un lado de la mesa del centro viendo las cientos de flores que comienzan a marchitarse luego de estar horas aquí, camelias, rosas, nubecitas, iris... morados. Me detengo frente a la canasta. Tiene iris morados, sólo eso.
—¿Qué...? —musito desconcertada.
Si no estoy equivocada, la tradición es que en la canasta de cada familia deben haber tantos distintos tipos de flores cómo de integrantes y si es sólo una persona debe ser un sólo ramo, colocado en medio de la mesa. Paso la mirada de un lado a otro de la mesa varias veces. Repaso la canasta con la mirada varias veces hasta que encuentro lo que buscaba, entre la paja de la canasta y las flores. Si bien es prohibido leerlas tengo que quitarme la duda de encima.
La saco rápido y la abro.
Gaia:
Espero que estés a salvo en cualquier lugar que estés,
si te encuentras con tu madre y con tu padre diles
que los amo mucho y que les agradezco
haberme dado una bendición tan grande cómo la que
fuiste tú en mi vida.
Me quedo sin aire y una opresión más grande de lo que puedo soportar me nubla los pensamientos. Las lágrimas no tardan en caer y me humedecen las mejillas con una nota salada mientras coloco la nota en su lugar. Me doy la vuelta y choco con la espalda de alguien. La gorra cae a mi lado y me agacho de inmediato para recogerla y colocarla, ocultando mi rostro lo mejor que puedo
—¿Gigi?
Alcé la mirada anonadada y antes de poder decir algo tengo los brazos de Kyle rodeándome con fuerza, como si no nos hubiéramos visto en años. Me palpa el rostro y los brazos convenciéndose de que estoy aquí con él, que estoy viva y sana.
—Gaia, yo...
Sus bonitos ojos se cristalizan mientras me escanea de arriba a abajo. No puedo contenerme un poco más y me le lanzo encima para abrasarlo con todas mis fuerzas. Lo extrañé tanto, me hacía daño su ausencia en mi vida, y no poder hablar con él.
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A Través de la Oscuridad
Science FictionUn misterio en manos de todos... Cuando la oscuridad viene no se sabe qué trae con ella... Y nosotros quisimos descubrirlo. Misterio, muertes, secretos y muchas preguntas que responder. ¿Podrás llegar al final con nosotros? ¿O te quedarás en el cami...