Capítulo 58

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CAPÍTULO 58: LUCILLE

(***)

Cierro y abro los ojos una y otra vez porque el maldito dolor de cabeza es insoportable. Mis ojos están casados y encima creo que voy a resfriarme porque empiezo a sentir la nariz tupida.

Me acerco a mamá y le doy un beso en la cien, me gustaría seguir con ella acompañándola, pero realmente estoy agotada mentalmente.

— Voy a tratar de descansar mami. — Ella me acaricia la cabeza y asiente.

— Ve Luci. Duerme todo lo que puedas te prometo que si tenemos noticias iré a despertarte.

Le agradezco y procedo a despedirme de ella y de la tía Bee. Ella ha sido de tanto apoyo, no sé si es porque se trata de la novia de su hijo, o porque es la hija de su gran amor... en cualquiera de los dos casos es evidente que la tía Bee quiere a Mary como si fuese su propia hija.

Subo las escaleras sin muchas ganas y cuando llego a mi cuarto me tiro sobre la cama, la pereza es tanta que ni siquiera soy capaz de destender mi edredón.

Ruego desde lo más profundo de mi corazón que esta, no sea una noche larga, que pronto lleguen buenas noticias y podamos estar todos juntos otra vez.

Escucho mi móvil sonar y voy tras él, frunzo el ceño porque no es un número que conozca.

— ¿Hola?

— Hola. — me pilla por sorpresa escuchar la voz de Damien, y más que sea a esta hora.

— ¿Damien?... que pasa con tu móvil? — cuestiono levemente confundida por su llamada extraña.

Se me acabo la batería y no estoy en casa... veámonos. — El corazón se me acelera cada vez que lo escucho.

— Muero por verte, pero con todo lo de la desaparición de Mary. Las cosas andan muy movidas y...

— Estoy afuera de tu casa. — responde antes de que termine de decir algo.

— ¿afuera? Pero pensé que habíamos quedado en que vendrías mañana.

— ¿Puedes salir? — pregunta ignorando todo lo que le digo.

Gruño para mis adentros porque parece no entender lo que le digo.

— Damien... yo también muero por verte, pero...

— No me siento... bien... — lo escucho toser y eso me pone en alerta. Entonces recuerdo la última vez qué pasó algo similar, había venido de una pelea y estaba ensangrentado y tan adolorido.

— Por favor ... yo

— Damien me estás asustado.

— Ven aquí por favor.

— Bien iré, dame un par de minutos, pero no tengo mucho tiempo ¿está bien? — trato de buscar una solución.

— Te espero.

— Bien, te quiero. — Le digo rápidamente, pero él corta, aquello me entristece y me quedo solo mirando el móvil.

Me apresuro a ponerme de pie e intentar buscar algo con que camuflarme en la noche, aunque realmente cada vez me cuesta más salirme de casa sin dejar rastro, la última vez casi me pillan y hoy en día hay más seguridad que antes. Me coloco una capucha y salgo de mi habitación chocándome con mi hermana.

— Enna. — doy un paso hacia atrás y ella frunce el ceño.

— ¿todo bien? — enarca una ceja en actitud de que sospecha algo.

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