Capitulo 59

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CAPÍTULO 59: LUCILLE

(***)

El sonido de la alarma me atosiga los oídos, de mala gana saco una mano por debajo de la cobija y la apago. No tengo ganas de levantarme, sinceramente no tengo ganas de absolutamente nada, pero de malas o buenas, debo ir a clases.

Actúo en automático, me cepillo los dientes, me baño, me cambio y bajo a desayunar. Escucho a mamá renegando con mis hermanos porque deben llevarlos a la escuela, ellos también son terribles cuando se trata de obedecer.

Bajo las escaleras y la encuentro alistando un maletín con varias cosas para la salida.

— Hola cariño. ¿Ya te sientes mejor? — me dice mamá con una sonrisa neutra. Intento regresarle el gesto de cariño y beso su mejilla.

— Si, debo ir a la escuela. Nate prometió venir por mí.

— Eso me tranquiliza, sinceramente con todo lo que ha pasado no me gustaría que se expongan. — suspiro y trato de entender su preocupación. — Tu padre hablará con Adrienna, quiere que regrese a casa y la verdad estoy de acuerdo, es más seguro tenerlas aquí.

— No creo que Enna quiera regresar. Ya sabes que a ella le gusta su libertad e independencia. — me encojo de hombros.

— Lo sé Luci, pero no se trata de eso, se trata de su seguridad y de la situación que está viviendo la familia.

— Situación que claramente aún no quieren ponernos al tanto. — recalco con molestia y mamá hace una mueca de incomodidad.

— Sabes que no es fácil Lucille. No se trata solo de no querer decirte las cosas, sino de protegerlos, sea lo que este atentando con nuestra familia, solo queremos cuidarlos. — se acerca a mí y toma mis manos. — Ten paciencia por favor, prometo que pronto sabrán todo.

Paciencia... realmente es tan difícil tener paciencia en estos momentos.

Me despido de mamá y salgo de la casa, uno de los guardias me sigue el camino y lo fulmino con la mirada, ¿como si me fuera a pasar algo dentro?

Logro ver la camioneta de Nate, y me apresuro a subir.

— Hola musaraña. — saluda.

— Hola.

Me acomodo el cinturón y me hundo en el asiento, coloco alguna canción para suavizar el ambiente, no pronuncio ninguna palabra más.

— ¿Qué tal Nate? ¿cómo has estado? Oh yo muy bien, gracias por preguntar y preocuparte por mí eso hace una buena amiga. — critica sarcástico. — Joder el aura que emanas da miedo.

— Lo siento Nate, solo no estoy de ánimos ¿sí?, ¿cómo has estado? — pregunto.

— Pues bien, al menos lo intento... No como otros. — me lanza una indirecta y revoleo los ojos. — Mira toda esta jodida situación nos ha afectado a todos, lo sé. Pero al menos debemos agradecer que tenemos unos pocos días de paz y de tranquilidad.

Suspira, lo entiendo, con toda la noticia de mi tío Daniel, la desaparición de Mary, las idas y vueltas. Nate tampoco ha tenido unos buenos días.

— ¿Cómo está Mary?

— Bien, ahora en casa de sus padres, pasando los días con Nina.

— Es lógico que quieran estar con ella. — digo observándolo, y hace una mueca.

— Se qué hay algo más detrás de todo eso Lucille. Lo que me tiene realmente preocupado pero he decidido confiar en ella y en lo que sea que este planeando.

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