Capítulo 09: Adrienna.
Recojo mis pinceles y voy al baño para lavar mis manos. Quito toda las manchas de pintura aunque aún queda algo de rastro dentro de las uñas. Observo mi rostro dándome cuenta que tengo algunas gotitas de pintura en este, se podrían confundir con mis pecas pero las limpio para no parecer sucia. Seco mi rostro con una toalla pequeña y cuando regreso a mi habitación tiemblo de solo ver el cuadro que he terminado.
Pocas veces me enorgullezco de ver algo hecho por mí, sin embargo, esta pintura es especial, es el retrato de una persona, muestra su sencillez, muestra su belleza y también su madurez.
Escucho que tocan a la puerta, rápidamente oculto el cuadro y me deshago de mis utensilios de arte, respondo con un adelante. Mirna hace acto de presencia, lleva un moño alto y una bonita blusa que se acomoda a su figura esbelta.
— Hola Adrienna.
— Hola. — respondo cortes. Se sienta en uno de los sillones de mi diminuta sala.
— El día de hoy habrá una fiesta de disfraces, lo harán en la casa. ¿Piensas participar? — hago una mueca de desgano y ella sonríe. — supuse que no.
— Hoy... Es un día importante. — rasco mi nuca. — Para mi familia. No puedo faltar.
— Lo entiendo, tranquila. No estoy juzgándote ni mucho menos quiero obligarte a hacerlo. Tampoco participaré de esta festividad. — enarco una ceja.
— ¿No lo harás?
— Digamos que estoy algo indispuesta. Sabes... — ladea su rostro. — Tú y yo, nos parecemos mucho.
Suelto una corta risa sin ganas de ofenderla. — No lo creo, me falta demasiado para llegar a ser como tú. Me llevas cuantos ¿setenta años?
— No hablo de mi edad, ni de la tuya. Es obvio que tú eres mucho más joven que yo. Hablo de tu forma de ser y de tu poder.
— Tú controlas los elementos Mirna, eres de las vampiro más poderosas.
— Supongo que sabes que mi poder proviene de tu familia. De los Annibal. Y no, no controlo los elementos, mi poder es la telequinesis al igual que el tuyo. — entrecierro los ojos porque eso no lo sabía. — ¿Te sorprende?
— No sé qué me sorprende más, que seas descendiente de mi familia o que ambas tengamos el mismo poder, claro que el tuyo está potenciado en su totalidad.
— No creo que en su totalidad. A lo que quiero llegar, es que tú puedes controlar más que la materia... Si te das el tiempo, podrías llegar a controlar todos los elementos igual que yo. — Jamás había pensado en ello. — No eres una vampiro cualquiera Adrienna, perteneces a los originales, eres hija directa de dos de ellos, eres a un más poderosa.
— Puedo hacerte una pregunta. — Ella asiente sin titubear. — ¿Quién te convirtió? — ella se levanta del sofá y rodea la mesita de estar.
— Un vampiro original. Se llamaba Dereck, Dereck Annibal.
Dereck... Dereck...
— Jamás he oído de él. — frunzo el entrecejo.
— No soy yo quien debería hablarte de él. Por lo que no pidas más información que eso.
— ¿Por qué me dices todo esto? — recuesto mi espalda sobre una columna.
— Porque te he estado observando. Y si serás la futura líder de este lugar, tienes que aprender a ver el valor en las personas, cuan poderosas son y de donde viene ese poder. Eres noble Adrienna, aunque aparentes ser esa muralla fría y dura, eres muy noble, y siempre te dejas guiar por tu corazón.
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Tengo ganas de Amar
VampiroLucille, Adrienna y Mary, tres hemosas mujeres unidas por dos lazos inquebrantables, la familia y... la sangre. A lo largo de los años las hermanas Hunter no han podido lidiar con las distintas disputas, peleas y rencores que existen entre ellas. Ad...