Capítulo 24

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Capítulo 24: Lucille

Tic toc, tic toc

Las agujas del reloj siguen moviéndose ¿Por qué estoy tan nerviosa? No debería estarlo, solo es... Un viaje.

— ¿Puedes parar? me da dolor de cabeza tan solo de verte.

— ¿Y si se arrepintió? Quizás él ya no quiere ir, puede que al final tuvo un percance o pudo...

— ¡Lucille! — gruñe Enna. — Detente, eres estresante y agobiante.

— Auch.

— Aunque odio decir esto, es cierto musaraña. El tipo va a llamarte y de no ser así ¿por qué no lo llamas tú?

— ¡No! —gritamos Enna y yo al unísono.

— ¿por qué no? — Nate frunce el ceño.

— Porque ante todo, él debe mostrar su interés, Lucille ya aceptó y él no puede saber que ella está desesperada por recibir una llamada suya.

— Mujeres...

— ¡Nate! — lo acuso. — Creen que estoy exagerando quizás puse demasiada ropa. — Señalo la maleta rebosante. — quizás se le olvidó y lo mejor que podría hacer es desempacar.

— Ay, no, me rindo, no puedo soportar a Lucille. Te la encargo Nathaniel. — Enna levanta las manos dramáticamente y sale de la habitación.

Resoplo y me siento sobre el cubrecama, Nate sonríe y se coloca a mi lado. — Creo que es la primera vez que te veo tan insegura en algo.

— Estoy aterrada. — confieso.

— lo puedo notar y también escucho todo lo que pasa en esa cabeza tuya. Todo saldrá bien Lucille y de no ser el caso pues yo me encargo.

— Crees que este mal, digo, él y yo no somos nada y sin embargo se las ha resuelto para que me escape con él y haga todo este tipo de cosas. No les había mentido a mis padres desde que tenía quince años y fue porque era algo de vida o muerte.

— Y por qué no les dijiste sobre Damien.

— Porque... — suspiro y paso una mano por mi cabello. — No lo sé, sé que siempre se los he contado todo. Pero Damien aún no sabe sobre mi familia, que son los Hunter, siento que cada vez que conocen de donde provengo me tienen miedo.

— Pues si se asusta de tu apellido quizás no sea el indicado.

— No hablo exactamente de eso Nate. Damien tiene un problema con los vampiros, no sé con exactitud cuál es, pero no los pasa y es extraño, porque con Damien todo a nuestro alrededor es tan fuera de lo sobrenatural, tan alejado de lo que conozco, es maravilloso y es distinto. Siento que si mis padres se enteran de él será como acabar con eso.

— Pues yo no lo creo pero quizás debas tomarlo con calma. — Me abraza. — Solo tú sabrás cuando estarás lista, quizás deberías empezar conociendo lo que le sucede con los vampiros, de donde salió ese odio que siente.

— Supongo que sí. — escucho el sonido de mi teléfono y la piel se me escarapela.

— Te dije que llamaría.

— ¿qué hago? — Nate pone los ojos en blanco y contesta, luego me coloca el teléfono en la oreja. — Hola. — respondo con un hilillo de voz.

¿nerviosa bonita?

— ¿qué? No— chillo— Quizás un poco. — su risa ronca me estremece el cuerpo, muero de ganas de volver a verlo y saber que pasaré todo un fin de semana junto a él, solo me pone más ansiosa.

Tengo ganas de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora