Capítulo 22: Mary
— ¿Podemos hablar? — inquiere con voz suave.
Trago saliva y me debato en que es lo correcto... Hablar con Peter es traer a mis demonios de vuelta.
Sé lo que significa darle la oportunidad de explicarse, también sé lo que traerá consigo si lo dejo, los ojos oscuros de Pet me observan por largos segundos, veo hacia mi nueva habitación, aún faltan algunos muebles que instalar y ropa que desempacar. Inhalo mucho aire y relajo la presión que ejerzo sobre la puerta.
— Bien, hablemos. — abro la puerta para dejarlo entrar, pero niega y se queda allí parado.
— ¿Te apetece un café?
Suspiro y termino cediendo, el café solía disipar nuestros problemas, su aroma suave y delicioso calmaba los nervios de Peter y a mí me gustaba degustarlo.
Varios minutos después en donde nos hemos fundido en un silencio incómodo. Peter y yo entramos a la cafetería de la escuela, lo bueno de este lugar es que tiene espacios cerrados y especiales para vampiros, así nuestras conversaciones se vuelven más íntimas.
Peter separa el asiento para que pueda ubicarme y pongo los ojos en blanco odiando que siga haciendo eso. Toma la tableta y pide por ambos, lo peor de todo es que me conoce tan bien que no puedo decirle nada, ha pedido exactamente lo que yo quería. Las ventanas de cristal me permiten ver todo el campus y así prefiero enfocarme en algo más que no sea Peter.
— Mary. — su voz resuena en mi cabeza. Mis ojos bajan lentamente hacia él y el corazón se me encoge. No quiero llorar, pero entonces recuerdo lo hizo, su traición y todo el dolor que me ha causado.
— Y bien, de que quieres hablar. —voy directo al grano, así terminamos con esta incomodidad de una vez.
— Primero... Quiero decir que lo siento. — cierro los ojos y aprieto los labios.
Apenas han pasado unas cuantas semanas desde nuestra ruptura es normal que me sienta tan susceptible y que solo quiera romperme a llorar sobre mi cama. Ojalá Nate estuviera aquí, él me daría de su apoyo, con él podría llorar en silencio y limonaria mis lágrimas con sus labios, deseo tanto estar sobre los brazos de Nate y que pueda consolarme.
— En serio Pet ¿y qué es lo que sientes? ¿Haberte acostado con mi mejor amiga que por cierto es tu hermana? ¿Haberme mentido de esa manera tan descarada? — espeto y veo en sus ojos el dolor que le causan mis palabras. — Dime Peter, desde cuando llevas acostándote con ella. ¿Semanas? ¿Meses? — agradezco tanto que mi voz no traspase el cristal o todos escucharían esta vergonzosa conversación.
— Mary. — pronuncia mi voz con dura. —No digas eso... no hables así, tú no eres de esta manera. — suelto una risa seca sin ningún ápice de diversión.
— ¿No soy así? No, por supuesto que no soy así pero tu Peter, tú has hecho esto conmigo, esto es en lo que me han convertido.
Y ya no puedo evitarlo más, mis lágrimas descienden como grandes cataratas que cubren mis mejillas, tocan a la puerta y el mozo entra con nuestros cafés.
— Que lo disfruten. — balbucea, evidentemente incómodo.
No respondo absolutamente nada, solo miro hacia mis muslos, mis manos tienen un leve temblorcito.
— Perdón... Yo, yo sé que no merezco que ni siquiera me escuchas, pero realmente lo siento mucho Mary, lo que menos quería era lastimarte. — clavo mis uñas en las palmas de mis manos.
— Y sin embargo fue lo que hiciste. — Peter cierra los ojos y pasa las manos por su cabello.
— Ya lo sé... Y eso, eso es de lo que más me arrepiento. Tu no merecías esto, no deberías botar ni una sola lagrima por mí.
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Tengo ganas de Amar
Ma cà rồngLucille, Adrienna y Mary, tres hemosas mujeres unidas por dos lazos inquebrantables, la familia y... la sangre. A lo largo de los años las hermanas Hunter no han podido lidiar con las distintas disputas, peleas y rencores que existen entre ellas. Ad...