Capítulo 31: Nate
En mis ojos se refleja el sol reluciente que es cubierto por el bosque frondoso y nos cubre casi en su totalidad, los arboles tienen algunas ramas extendidas a lo largo de la carretera causando la sensación de pasar por un túnel, cuando en realidad solo son arboles formando esta especie de camino en la carretera.
Parece un sueño, uno real de eso me seguro mientras contemplo a la hermosa mujer que me acompaña, tan pequeña, tan frágil, tan preciosa. Mary pone mi mundo patas arriba, desde que la conocí supe que había algo especial en ella y creo que poco a poco voy entendiendo.
No quiero decírselo todavía, pero presiento que ella es mi alma gemela, no me doy otra explicación a la conexión que tenemos, a la manera en que tanto ella como yo nos comprendemos, como si antes de saber lo que hará yo pudiera leer sus movimientos y pensamientos.
Mary voltea su rostro, me encuentra observándola o mejor dicho, adorándola, porque ella es una mujer digna de contemplar y admirar, al igual que mi madre, que Lucille.
—Hey. — aprieta mi nariz con los dedos, sonrío y la estrecho entre mis brazos. —¿Qué tanto miras?
—Creo que se escapó un hada del bosque. — Beso un lado de su sien y ella sonríe risueña.
— Nunca he visto una, dicen que son hermosas. — parpadea y asiento con un movimiento de cabeza.
— Suelen vivir en islas o en lugares donde no haya mucha población. Apuesto a que no son más bonitas que tú. — las comisuras de sus labios se eleban y se acurruca a mi lado.
— Basta Nate. ¿Ya has pensado en qué haremos al llegar? — inquiere curiosa.
— Hay un parque de diversiones y algunas otras cosas que hacen los humanos y que nosotros no. — entrelazo mi mano con la suya, notando lo pequeña que luce bajo la mia, sus dedos son alargados aunque no alcanzan los míos y tiene las uñas largas, pintadas de un bonito rosa que se asemeja a su color natural.
— Así que seremos humanos. —suspira. — Nunca me había planteado la idea.
— Pues a mi siempre me dio curiosidad. Será divertido.
— Ya lo creo. — sonríe y vuelve a darme la espalda. La noto observar a través de la ventana, hasta concentrada parece esta chica inteligente y bondadosa por la cual he perdido la cabeza.— ¿No sientes un poco de remordimiento por mentirle a Lucille? — pregunta tocando una fibra sensible en mi interior.
Suspiro y apoyo mi quijada en su hombro. — Un poco, sí. Pero en realidad quería hacer esto a mi manera y Lucille está tratando de llevar lo que sea que tenga con Damien.
— No creo que sea un mal chico, sin embargo, puedo presentir que traerá complicaciones.
— Es tan fácil de suponer. — Me encojo de hombros. — Además estoy seguro que no se ha creído el cuento de que estoy enfermo, supongo que en algún momento tendré que contarle a Lucille lo de nosotros.
Ella se estremece y me mira de reojo. ¡Mierda! Metí la pata.
—Digo... Sobre nosotros, en el viaje... Ya sabes. — rasco mi cabeza.
Mary asiente en silencio y no dice más. Me cuesta demasiado no oír sus pensamientos, estoy acostumbrado a hacer bromas pesadas y saber todo lo que los demás piensan o imaginan. Pero con Mary he hecho uso de todo mi esfuerzo para controlar el impulso de meterme en su mente, y creo que voy bien, ya no me hago bolas imaginando si le caigo bien, si está enojada, o que es lo que cree de mi. Supongo que es algo a lo que también deberé acostumbrarme una vez que me convierta en humano.
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Tengo ganas de Amar
VampireLucille, Adrienna y Mary, tres hemosas mujeres unidas por dos lazos inquebrantables, la familia y... la sangre. A lo largo de los años las hermanas Hunter no han podido lidiar con las distintas disputas, peleas y rencores que existen entre ellas. Ad...