Capítulo 44: Peter
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The warden threw a party in the county jail
The prison band was there and they began to wail
The band was jumpin' and the joint began to swing
You should've heard them knocked-out jailbirds sing
Let's rock everybody, let's rock
Everybody in the whole cell block
Was dancin' to the Jailhouse Rock>>>
Uno, dos, a la derecha, uno, dos a la izquierda y luego giro, sujeto su mano y la hago girar conmigo mientras tomo su cintura y la hago tamborilear para que me siga el ritmo, en lo que ella ríe, a carcajadas como si no pudiese aguantar la risa.
— Vamos amor, solo una vuelta más. — le pido mientras seguimos moviéndonos al ritmo de Elvis. Resulta tan gratificante disfrutar de un domingo junto a ella, mientras cocinamos panqueques y hacemos este tipo de ridiculeces.
— Basta Pet. — sonríe y me abraza. — Sabes que no soy buena para moverme tanto.
—Pues cariño, déjame decirte qué hay ocasiones en que sí que te mueves mucho.
—¡Peter! — grita golpeándome el brazo y la atrapo para besarla.
—¿Acaso este es el cielo? — suspiro.
— No, definitivamente no lo es. Si estoy yo significa que es más el infierno. Soy más amiga del abuelo Lucifer que de Dios.
Le robo otro beso y tiro del asa de la sartén para darle vuelta al otro pancake.
Termino por fin de cocinarlo, le hecho algunas frutas, plátano, arándanos, fresa y por último miel de maple, aunque Enna preferible mermelada mixta en sus panqueques, así que separo algunos. Los llevo a la mesa junto con el cappuccino y mocha que ella preparó y me siento junto a Enna.
Tiene el cabello rojizo amarrado en un moño alto, con algunos mechones sueltos que enmarcan su bonito rostro y que la hacen lucir adorable. Luce preciosa, con los labios levemente hinchados por los besos que le di toda la mañana, también por las pequitas que van en sus mejillas y contornean su nariz.
—¿Qué me miras tanto? — entrecierra los ojos.
—Eres hermosa. ¿Lo sabías?
—Sip. — ríe conmigo. Me encanta la seguridad que desprende y también la manera en que se desenvuelve conmigo, cada vez más natural, sin avergonzarse ni sentirse tímida como al principio. — Como es que papá te convenció de sus gustos. Son terribles.
— Es buena música — sonrío y meto un bocado a mi boca.
— Recuerdo que siempre quería hacernos bailar. La única que se prestaba para el juego era Lucille. Creo que es la única que no tiene dos pies izquierdos.
— Auch. Gracias.
— Aparte de ti. Claro. — asiente.
Terminamos de desayunar después de unos minutos, me acuesto sobre el sofá con la barriga algo llena, entrené temprano por lo que me di la licencia de comer pancakes sin culpa. Enna se acuesta a mi lado, con un chasquido de dedos limpia la mesa y deja limpio los trastes.
— Siempre me agradó tu poder.
—¿Si?
—Sentía que podía hacer cualquier cosa.
—Digamos que solo lo uso para cerrar la puerta y ventanas, o lavar trastes.
—Quizá porque aún no has tenido la oportunidad.
—¿Oportunidad de qué?
— De ver cuán poderosa eres. — Enna hace una mueca con la boca y se coloca sobre mi pecho.
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Tengo ganas de Amar
VampireLucille, Adrienna y Mary, tres hemosas mujeres unidas por dos lazos inquebrantables, la familia y... la sangre. A lo largo de los años las hermanas Hunter no han podido lidiar con las distintas disputas, peleas y rencores que existen entre ellas. Ad...