Capítulo 33: Enna
¿Alguna vez me he reído así? De esta manera tan despreocupada y regocijante.
¿Alguna vez he sonreído así? Como si mis mejillas no pudieran aguantar de los mucho que las estiro.
No, por supuesto que no.
—¡Detente! — grito entre carcajadas mientras Peter me lleva cargada sobre su hombro, pronto empezaré a llorar de la risa. —Pet... Basta. —chillo.
—Nada de usar poderes. — y sus dedos torturan mis ya sensibles costillas.
— ¡Basta! ¡Basta! — pataleo y entonces caigo sobre la cama con Peter a mi lado. Su pecho sube y baja, se ve tan atractivo con el cabello revuelto y una leve capa de sudor encima de la frente, sonríe de oreja a oreja y me besa los labios.
— Me encantas. — vuelvo a sonreír y me subo sobre su regazo.
—¿Mucho?
—Más que mucho. — responde hundiendo su nariz entre mi cabello.
— Y tú me enloqueces. — mordisqueo su oreja. — La manera en que me miras, en que me tocas. —ladeo el rostro mientras un regodeo de besos quedan plasmados sobre mi piel. — En que haces... Eso con la boca. —gimo.
—¿Te gusta? — sus invasores dedos juguetean con la cinturilla de mis bragas.
—Peter. — me presiono contra él.
—¿Te gusta Enna?
—Me estás torturando. — muerdo mi labio inferior y sus movimientos se vuelven suaves y lentos.
— Basta de tortura entonces. — abro y cierro la boca en un puchero y bajo de su regazo, Pet tiene esa sonrisa de suficiencia, le gusta ponerme a prueba, ponerme en ese límite de tenerme enloquecida hasta el punto de rogarle porque me haga suya.
Pero aún no, aún intento que todo vaya lento, lo más que se pueda, aunque con Peter eso es difícil de sobrellevar, cuando estoy con él no puedo ir lento, todo va a mil por hora.
— La cabeza me carcome cada vez que le digo a Lucille que iré a buscar apartamento. —sujeto mi cabello en una coleta alta y Peter se retira la camisa para colocarse algo más holgado.
— Lo sé, el otro día vino a reñirme, ¡¿Por qué todavía no le consigues un buen apartamento a Enna?! — agudiza su voz imitando la de mi hermana. — Creo que tendrás que buscarte otra excusa.
Suspiro y vuelvo a subir sobre la cama, me da cierto no sé qué mirar mis pertenecías en casa de Pet, lo raro es que no me incomoda, ni me molesta, en realidad me llena de seguridad e ilusión sentirme a gusto, como si pronto este lugar se convertirá en mi hogar.
—Pet... —balbuceo. —estás seguro de que no te molesta que yo...
Peter frunce el ceño y se acerca con la remera en la mano y el cuerpo descubierto. Tentador... Demasiado tentador.
— Cariño, fui yo el de la idea, y soy yo quien está más emocionado con verte aquí. — Toma mi rostro con la palma de su mano y me dejo derretir ante aquel toque íntimo. — Te quiero a mi lado Enna, conmigo, si es posible, te quiero aquí siempre.
— Peter. —musito con un nudo en el pecho. —No tienes idea de lo que esas palabras significan para mí.
—Lo tengo mi amor, las tengo. — si no estoy sufriendo de un colapso nervioso es porque sus manos aún me sostienen. Pero escucharlo llamarme de esa manera pone mi mundo entero de cabeza.
— Nunca nadie me había llamado de ese modo. —susurro con vergüenza.
—¿De qué modo?
—Mmm ya sabes... Mi am...—Peter sonríe y me besa.
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Tengo ganas de Amar
VampireLucille, Adrienna y Mary, tres hemosas mujeres unidas por dos lazos inquebrantables, la familia y... la sangre. A lo largo de los años las hermanas Hunter no han podido lidiar con las distintas disputas, peleas y rencores que existen entre ellas. Ad...