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Capítulo 38

La inesperada extracción

– ¡En que pensaban los dos! – exclamo Allura. – ¡Si no hubiéramos llegado habría un tremendo caos y no saldrían de esta!

Tania y Shiro estaba siendo sermoneados por Allura, Shiro veía a otro lado avergonzado y Tania se encontraba sentada como una pequeña niña.

Se habían despedido de Sam, y ahora se dirigían a la nave principal de Zarkon que ahora le pertenecía a Lotor. En medio del camino ambos eran sermoneados por Allura, se disculparon por los inconvenientes, Shiro acepto toda culpa y dejaron las cosas pasar.

Ya estaban cerca de la nave principal, ahora este le pertenecía a Lotor.

– Nunca pensé estar cerca de esto... – dijo Tania.

– Si, es extraño. – siguió Hunk.

– Esperemos que tener a Lotor en el poder sea util, no debemos perder tiempo. – habló Allura.

La nueva era de paz se predecía que vendría pronto pero no tan rápido, a esto los paladines embarcaron el castillo en la parte baja de la enorme nave. Lotor lo esperaba en la sala de tronos donde una nueva bandera los saluda con gentileza y nostalgia, Allura sabia a quien le pertenecía esa bandera antes.

– Gracias por venir, prepare una bandera imperial de nuestra alianza. – dio la bienvenida. – Es el mismo símbolo de nuestros padres cuando trabajaron como paladines de Voltron.

La bandera era en tonos dorados, con pequeños detalles azules y morados, el morado era solo un color de fondo, pero hacían que la bandera fuera más especial al tener las armaduras de los antiguos paladines.

– Ojalá el universo vuelva a esa época dorada. – siguió el nuevo emperador. – Desde que ascendí al trono, el imperio Galra se ha divido; una parte considerable me juro lealtad, pero gran fracción se sublevó.

– Los Galra no suelen poner la otra mejilla. – reflexiono Hunk.

– Suelen torcer el puño del otro. – termino Lance.

– ¿Cómo logras que un imperio tan violento deponga de las armas? – pregunto Shiro.

– Proporcionándoles en cantidades ilimitadas, la quintaesencia. – respondió Lotor. – Y tú, princesa, eres la clave para eso.

Lotor admiro a Allura durante unos segundos, Tania rodeo lo ojos pensando que usaría a su compañera para unos sucios juegos más aun, no deseaba armar escándalo. En ella aun había desconfianza.

Lotor no era todo un santo, pero tampoco era todo un diablo.

– Se que querrán inspeccionar cada detalle del cuartel Garla. – dijo viendo a los cuatro paladines.

– De hecho, quisiera verificar con ustedes información de la ubicación de las tropas. – comento Shiro. – Tener actualizado el mapa serio de los más util.

– ¿Sincronizar información con el cuartel Galra? Creí que no viviría para ver esto. – hablo Coran con emoción.

– Un centinela los llevará directamente a la sala de registros, allí estará lo que precisan.

El centinela se presentó y los dirigió a la sala de registros, sincronizar el mapa con el cuartel haría que todas las tropas estén registrada y monitoreadas en tiempo real. Shiro y Coran se retiraron del lugar, fueron directamente a la sala de registro.

– Los dejare con un escolta que lo llevara a donde quieran ir. – dijo volviendo a ver los cuatro paladines.

Ellos miraban con curiosidad al centinela que los guiaría a donde quisieran a acepción de Tania, ella mantenía un semblante serio y seco casi sin ánimos de estar ahi, era como tener un mal deja vu y eso que jamás ha estado en el lugar, apenas conocía la nave en su parte exterior.

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora