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Capítulo 59
Después de la muerte

" Entonces, ¿Si deseabas vivir?"
Nanis

La comodidad de la cama y la calidez del cuarto era todo lo que se sentía diferente a lo que pensaba sentir en cuanto no estuviera respirando. Callando sus ideas negativas, sintió un inmenso dolor en su frente, sus ojos pesaban y la tela distintiva que estaba en diferente partes de su cuerpo era bastante molestos.

Movió ligeramente su brazo sintiendo los cables que la mantenía conectada a la máquina que monitoreaba sus latidos, más la jeringa que le daba suero y otros cables que podrían alertar a quienes cuidaban de ella de cualquier percance que tuviera.

Apenas podía divisar el lugar en donde estaba, mirando la puerta de vidrio como la lluvia seguía y seguía haciéndose más fuerte con el paso de los minutos. Sintiendo la brisa y una nariz húmeda y helada, para después sentir una lengua en su mano; movió con cuidado para acariciar aquella cabeza peluda, era cosmos.

— C-cosmos... — llamo en vos baja.

El lobo que recordaba pequeño, se acercó un poco a ella permitiéndole a Tania verlo por completo. Estaba más grande, más peludo y sus ojos eran más alargado pero estos cambiaron en cuanto sus miradas chocaron, volviéndose más grandes y amigables.

La mascarilla de oxígeno oculto levemente la sonrisa de la pálida al ver el tan repentino cambio. El lobo desapareció en un abrir y cerrar de ojos, debía advertirle a su dueño que aquella amada mujer había despertado porfin.

Tania por su lado, trato de moverse al menos un poco pero el dolor intenso llegó a su espalda y piernas, se quedó estática en la cama aún viendo el techo que estaba decorado con estrellas que se veía en la oscuridad.

Soltó unas pequeñas lágrimas al ver que había después de todo y de aquella pelea, logrado al fin salir con vida. Soltando sollozos de alegría pero al mismo tiempo de tristeza sintiendo nuevamente que el tiempo lo estaba perdiendo.

Con mucho esfuerzo se posicionó en el respaldo de la cama, tomando apoyo para poder minimamente sentarse y ver con más claridades lugar.

Quitando con brusquedad la mascarilla, lanzándose lejos de ellas mandando una señal silenciosa al chico que se encontraba lejos de casa.

Tania exploró el cuarto, viendo cada detalle desde la cama; los marcos, el pequeño mueble, el enorme espacio entra la cama y la puerta. Había varias fotos en las paredes, podía ver a un pequeño niño junto a su hombre que podía distinguir como el padre.

En el mueble pegado a la pared, pudo ver varios libros junto a su traje que estaba totalmente destruido, el casco semi rojo era el que más se distinguía de ahí.

Suspiro ruidosamente, casi queriendo llamar a Keith. Empezaba a sentirse algo nerviosa, la lluvia se volvía un poco más violenta; la máquinas detectaba el incremento de sus signos vitales.

Saco la sábanas que cubría sus piernas viendo finalmente la vendas que estaban en diferentes partes, poniendo sus pies en el frío suelo. Levantándose con dificultad, caminó sintiendo la suavidad de la alfombra quitando los cables que apenas podía divisar, acercándose hasta encender el foco.

Incluso con la luz encendida, el lugar era acogedor y, por alguna razón, le parecía nostálgico.

Escucho la puerta abriéndose con algo de brusquedad seguida de ella,dos voces diferentes que parecían discutir.

— ¡Agatha, ya es suficiente! — exclamó Keith.

— ¡No! — grito quien parecía ser Agatha. — ¡No puedes cambiarme por alguien que regreso apenas unas semanas! ¡Tenemos historia!

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora