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Capitulo 50

Solo y juntos.

(Capitulo spicy level +1)

La noche seguía siendo tan larga como aquella inesperada pelea, en el león negro se escuchaban los alegatos de Coran, él alteano se quejaba y señalaba las veces en que la paladina ignoraba por completo sus consejos; obligándolo a siempre estar pendiente de ella.

Curando, cerrando y limpiando sus heridas.

No quitaba que cuidaba a todos los paladines, pero tenía que ser honesto, Tania estaba pasándose de la línea.

- No es la primera vez que lo digo. - habló entre dientes. - Debes dejar de luchar sola, es un equipo, no un solo paladín.

- Lo sé. - hizo la joven un pequeño puchero. - Fue algo ¡ouch! desprevenido ¡ouch! además, ¡ouch! estamos ¡ouch! hablando de ¡ouch! Honerva ¡ouch, Coran!

- ¡Deja de moverte! - exclamo.

Keith había llegado hace unos minutos, sostenía las cosas que Coran necesitaba mientras veía la escena con algo de gracia, más aun su rostro permanencia tranquilo al saber que no era una herida grande, sin embargo, le daba la razón.

Tania lloriqueaba mientras se apoyaba en la caja de suministros más cercana, había llegado a ella evitando caer al suelo por el dolor que se manifestaba en su herida ya cerrada. Coran al terminar de limpiar sermoneo a la paladina varias veces, moviendo su dedo índice señalando mientras que la joven se mantenía en brazos cruzados con su rostro sonrojado de la vergüenza.

Este tipo de sermones siempre eran privados.

Para Keith la escena era nueva, para ambos era repetitivo.

- Keith. - llamó. - Termina de ponerle la venda por favor, si sigo aquí terminaré hablándole de las reglas de un antiguo paladín.

- ¿Otra vez? - pregunto a lo lejos. - ¡Es la sexta!

- ¡Entonces deja de ser tan terca!

Coran salió del león negro echando humo por sus orejas, a veces Tania lograba sacarlo de sus casillas, aunque no fuera su intención.

A pasos lentos, Keith tomo la venda y se acercó a la chica con seriedad. Tania con nervios dejo que el chico hiciera lo que tenía que hacer, las manos del joven viajaron a su abdomen donde se encontraba la herida cerrada. La tela delgada empezaba a hacer un leve apretón mientras rodeaba la cintura de la contraria, los movimientos de Keith eran lentos y cuidadosos.

Eso ponía a Tania algo nerviosa, el chico estaba viendo su torso casi desnudo a excepción de sus senos que estaban cubiertos por su sostén aun así, no quitaba que la hacía sonrojarse de vez en cuando, trataba con todas sus fuerzas de no hacer contacto visual con él.

- Estas nerviosa. - dijo calmado.

- Lo estoy... - admitió.

- ¿Por qué te estoy viendo?

- Si...

Keith amarro la venda evitando que se cayera, acercándose a la chica viendo cada parte de su rostro; sus mejillas, las marcas que había conseguido, aquellos cambios significativos que obtuvo durante su trayectoria, se maldecía por perderse en esos momentos tan importantes, pero sabía que la espada de Marmora era importante para él y agradecía que Tania aceptara esa parte de él.

Se veía tan hermosa, diferente, eso le gustaba, amaba sus cambios, aun así sabía que seguía siendo la misma de siempre.

Como tal; en su rostro no había expresión al verla, solo era ese deseo que se mantenía en pie desde que llego al castillo y permaneció hasta ahora, besarla y olvidar por completo donde estaba.

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora