| Epílogo |

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Capítulo 60
Epílogo

" Que este final, no sea tu final. Deja que el tiempo haga su magia, tu solo dejate llevar por lo que esta escrito."
Nanis


— ¿Cómo fue? — pregunto el moreno con curiosidad.

— ¿La pelea?

Asintió, había llegado a la tierra hace unas horas; el fue el último en haber visitado a Tania tras su repentina aparición en el bosque. Unos meses después la chica estaba mejor, ayudaba en casa y podía jurar que tenía un nueva vida en el lugar.

Había completado los trámites hace poco, teniendo una nueva nacionalidad y empezando casi de cero; dejando atrás la guerra y las luchas contra los Galra. Teniendo una vida tranquila, donde aprendía sobre la jardinería, entre otras cosas básicas.

— Fue una lucha a muerte. — suspiro. — Sendack no tenía alguna pizca de piedad, esperaba que tal vez con llevarlo al borde y darle la revelación del caos podría hacer que cambiará de parecer, pero me equivoque, después de eso tuve que acabar con su vida o el acabaría conmigo.

— Y lograste salir. — afirmo.

— Casi.

La chica se acercó a la mesa dejando un pequeña tasa de café a Lance. Estaban pasando una tarde lluviosa y fría; Keith se encontraba lejos de casa cumpliendo con las últimas misiones de la espada para descansar un largo y regresar.

— Tenía que citar unas palabras para poder regresar pero no recuerdo haberlo hecho.

— ¿Eso explicaría por que ya no eres Mantez?

— Es una buena teoría. — sonrió. — De todas formas, no podría dirigir a un pueblo que no conozco.
— Es difícil, evita esa etapa.

Ambos rieron por el comentario, para seguir hablando de temas totalmente irrelevantes y actualizándose de a poco. Habían pasado tantas cosas que Tania sentía cierta tristeza el no haber podido experimentarlas como una persona normal de su edad.

¿Que edad tenía? Había calculado más o menos los años en lo que existió, lucho y espero, logrando deducir que tenía 25 años de edad, teniendo 20 años para cuando conoció a Voltron.

No era una cifra exacta pero era la edad en la que aparentaba tener. Se despidió de Lance, para adentrarse a la habitación, saludando a cosmos y empezar a limpiar las últimas heridas que quedaban por recuperar.

Pasando la tarde junto a él lobo enorme que era tan esponjoso como había pensando anteriormente, agradecida de no ser alérgica a los animales espaciales.

La noche cayó y a las 12 am, en medio aún de la tormenta; un chico alto con una espada en su espalda había llegado a casa. Medio mojado por la lluvia, se dirigió al cuarto viendo como cosmos permanecía aún despierto cuidando de la albina que tenía la cobijas hasta su cuello.

Había quedado dormida después de leer un pequeño libro, rio al ver la baba cayendo por su boca para después dirigirse al baño y limpiarse  terminando con el cabello medio húmedo, los pantalones y prácticamente sin camisa.

Camino con pasos perezosos a la cama, empujando levemente a la chica tratando de no despertala lo cual fue en vano.

— ¿Keith? — llamó somnolienta.

— Hey... — respondió bajo.

Ambos terminaron juntos en la cama, el grande abrazando a la más baja quien parecía tener algunas quejas que no iba evitar en soltar, obvio, no seguía en sus cinco sentidos.

— Estas frío... — dijo mientras empujaba torpemente.

— Tengo frío. — afirmo, aun susurrando. — Dame calor... — rio.

Acerco más a la chica, escondiendo su cara el su pecho buscando caricias en la cabello que exitosamente consiguió. Tania aún medio dormida hizo lo que el chico andaba buscando despertando de a poco hasta separarse para verse frente a frente.

— Bienvenido...

— Es muy tarde, deberías seguir dormida. — indicó.

— No quiero.

Se negó, tratando de ver no ver mucho al chico que prácticamente sin camisa. Keith solo rio al ver el sonrojo en sus mejillas sorprendiendose al ver las pequeñas luces en sus mejillas que eran tenues pero visibles en la leve oscuridad del lugar.

— Aún qué no quieras, debes descansar. — besos sus labios. — o... podríamos hacer otra cosa... — sugirió algo pícaro.

— ¿Que sugieres? — pregunto embobada al sentir sus manos heladas debajo de la camisa.

— Mm... Algo pequeño... Sin mucho ruido...

Bajo hasta su cuello besando el lugar cálido mientras permitía que la chica se acercara para subirse sobre ella sin dejar caer mucho peso pero si dejando que lo abrazara bajo sus axilas.

— Mm... Keith...

— Será rápido. — Prometió.

Así como lo prometido es deuda, terminaron en un par una hora; habían disfrutado más que nada de los roces de sus pieles y la calidez de cada uno. Llenándose de besos y cariños, finalmente disfrutando de su romance después de estar centrados en la guerra.

Podían al fin ser ellos mismo, escondiéndose en su burbuja, en su propio mundo.

Nada más disfrutando de lo que la vida les había dado por fin después de tanto sacrificios. Dejándose llevar tal vez para seguir el mismo camino o empezar otro nuevo.

Era un nuevo comienzo para ambos.

The End.

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora