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Capítulo 10

Paladin Blanco, herida blanca.

Los leones fueron sacudidos y lanzados en diferentes planetas o galaxias, separando a Voltron.

El leon rojo junto con el blanco y negro habían caído en un planeta desierto, el leon rojo y negro habían caído bastante cerca pero el leon blanco lo bastante lejos como para tener poca comunicación con ambos.

Tania permanecía inconsciente cuando unos ruidos fuera de su león hizo que despertara de a poco, su león había caído de lado, también estaba aturdido o más que nada desactivado por la enorme caída que tuvo.

– Agh... – se quejó.

Había un rasgaduras en su traje, no lo había notado antes pero tenía heridas profundas cerca de sus costillas, recordó la pelea que tuvo con la bruja, los rayos que pasaron al lado de ella, ¿Como no las noto antes?

– Ugh, diablos, tengo que salir de aquí...

Con cuidado desabrocho su cinturón, camino por las paredes, por lo visto el león seguía en esa posición y quien sabe hasta cuándo.

Unos ruidos cerca de la cabina hizo que Tania se asustara, reviso por las miras del león, era unas criaturas más grandes que un león promedio, estaban intentando entrar. Maldijo, ahora si no sabía cómo salir, sacó su bayard y activo su lanza.

– ¿Hola? – nada. – ¿Shiro? ¿Keith? Chicos, si llegan a escucharme por favor, necesito ayuda.

Nada, un ruido blanco era todo lo que escuchaba a través del comunicador.

Se sentía cansada, las heridas le estaban fastidiando y de paso su temperatura subió, sus mejillas además de volverse rojas también estaban azules, sus pecas estaban brillando, su cuerpo estaba luchando contra lo que sea que estuviera dentro de ella.

Tania camino hasta llegar al hocico del león, abrió como pudo una parte de este.

Una bestia atacó de frente, este evitaba nuevamente con la lanza que llegara a ella, su herida había recibido más golpes.

– ¡AGH!

Empujó a la bestia y enterró su lanza en su pecho, sacó con todas sus fuerzas el cuerpo de la lanza sacando el cuerpo fuera del león, afuera en el lugar habían dos de ellos en espera.

Peleaban, ambos peleaban por vivir, Tania no quería ser comida para bestias en forma de perros y ellos estaban buscando algo para comer.

Fue rodeada, una piedra impedía que escapara, se sentía aún más cansada, su herida goteaba lo que fuera que era, se estaba debilitando y la temperatura no baja. Tenía pocas esperanzas, hasta que un puñetazo empujó a uno a lo lejos sin matarlo.

Era Shiro y Keith, habían llegado finalmente.

Ellos sacaron a las bestias de ahí, dejando a una herida y a la otra asustada, escaparon sin más.

El cuerpo de Tania cayó de rodillas, sostenido su cuerpo con la lanza. 

Shiro sostuvo su cuerpo, cargaba a la chica como un bebe dejando caer su bayard, sentía su temperatura elevada incluso a través del traje, Keith quitó su casco, sus mejillas estaban más que rosas y las pecas brillaban más.

Tomó y regresó con el Bayard en mano, dejando que la paladinea guardará su arma.

– Debemos mantener su temperatura estable. – indicó Shiro.

Keith trajo un vendas que estaban en el león negro, Shiro armo la fogata aunque nada cambiará pero su miraba tenía un cambio en ella.

Tania ignorando el contacto fijo en sus ojos, se apoyo en la espalda de Keith aun quejándose de la herida.

– ¿Es grave? — Dijo ignorando el hecho de que era grave.

– Te quejas a cada segundo, ¿De verdad crees que no es grave? — respondió respondió pelinegro.

– Soy algo dramática. — rio.

Los chicos se miraron entre ellos, estaba delirando por el dolor y ambos se estaban preocupando, Shiro fue al león blanco para intentar llamar a los demás, Keith por su lado trataba de mantener una conversación para mantenerla consciente.

Funcionaba.

– Lo siento.

– ¿Por qué lo dice? – preguntó Keith.

– Me descuide en la pelea con la bruja esa extraña, no pude esquivar los golpes. – dijo quejándose. – Apenas podía proteger a Shiro.

Tomó su mano con cuidado, apenas de que ambos se estaban dando la espalda como apoyo para su compañera podía sentir que atraves de la tela si temperatura corporal se elevaba de apoco.

Se lo que sea que tuviera, la estaba poniendo grave.

– No te preocupes por eso, él está bien y está más que agradecido por lo que hiciste. – afirmó.

Sonrió débil, sus ojos, el color de ellos estaba cada vez más pálido y las vendas que cubrían su herida se estaban llenando de sangre. ¿En que momentoa herida llegó a ser tan profunda?

– Buenas noticias, Pidge encontró a los demás y viene para acá. – dijo regresando del león. – Estarás bien dentro de poco Tania, aguanta.

Como último reflejo se incorporó para sentarse por si misma pero esto no hizo más que lastimar más su herida llegando al punto en el cual cayera inconsciente. 

Keith tomó su cabeza a tiempo antes de que cayera al suelo, con cuidado coloco su cuerpo y lo extendió, evitando que cualquier movimiento la llegara a lastimar.

El castillo llegó, entraron a los leones, Keith cargaba a Tania, Coran lo guio a la recamara de recuperación, se puso en una cápsula, los latidos fueron registrados y los demás, tardaría en recuperar la conciencia.

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora