El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]

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Capítulo 8

El paladín negro

– Pidge, busca en la información obtenida la ubicación de la base central de Zarkon. – ordenó Shiro.

– Estoy en eso. – expresó Pidge mientras buscaba información en la computadora de su puesto.

– ¿Pasó algo? – preguntó Cora notando la ausencia de un miembro. – ¿Dónde está Allura?

Shiro observó a su equipo en busca de ayuda, los demás solo voltearon aun lado por su parte, no sabían como decirle de una manera calmada y tranquila a Coran que Allura estaba en problemas. Tania fue directamente a Cora, tomó sus manos y expresó.

– Allura fue capturada por los Galra, sacrificó su vida para salvar a Shiro y obtener la información que tenemos... – suavizó su voz para no alterarlo más. — La traeremos de vuelta. 

– ¿Cómo pudo pasar algo así? – pregunto sorprendido por la notica. 

– Coran, lo lamento. – habló Shiro con suavidad. – Pero por ahora no podemos pensar en errores, los minutos que pasamos pensando en ello puede costarle la vida a Allura, enfoquémonos en buscarla lo antes posible. – prometió. – Pidge, ¿Tiene lago?

– Sí, miren esto...

Tania soltó las manos de Coran, vio a los del mayor para darle a entender que todo estaría bien y traerían a su amiga de vuela sin importar que. 

La pantalla principal mostró a escala la base central de Zarkon, mostrando defensas, escudos, armas y demás, agregando la cantidad de naves madre y naves de caza entre naves de carga y descarga, suministros.

Tenía entre sus documentos la información más elemental para detener al imperio de Zarkon, tenía todos los planos necesarios para ingresar a la base si ser detectados pero el tiempo era crucial y no había algo de ello para tener un plan más detallado y entrar. 

Debian correr. 

– La base central es... enorme. – dijo Hunk, enfatizando la última palabra.

– Sugiero ir directamente, entre más pasa el tiempo, más tiempo tiene Zarkon de prepararse, hay que darse prisa. 

– Estoy con Pidge. – aseguró Lance. – Formemos a Voltron, atacamos y nos vamos.

– ¿La emboscada? ¿Arús? Salimos con mucha suerte. – dijo Hunk. – Y eso es más capacidad de pelea, conocimiento del mapa. — acepto Hunk. — Apenas podemos con una nave madre. 

– O... No deberíamos ir. – sugirió Keith.

– ¿Disculpa? – expreso Tania con asombro. — Estamos hablando de Allura, Keith, no podemos dejarla en las manos de Zarkon. 

– Piénselo bien. —  aclaro el paladin rojo. — Ir ahí sería entregar en bandeja de oro a la única esperanza del universo.

Tenía un punto claro y realista, la verdad era cruda y ponían creer que Keith tuviera razon. Era darle al dictador más peligros el arma más codiciada de todo el universo. 

– Eso fue muy frío, incluso para ti. – reconoció Hunk.

– No me agrada la idea, solo lo dije como paladín. – soltó sin más.

– No lo dijiste como paladín, lo dijiste por ti mismo.

Keith iría a pelear con Lance hasta que Shiro los cayos, Tania sus tuvo su hombro para detener cualquier tipo de pelea, estaban tensos eso era un hecho, sin embargo, debían pensar rápido, el tiempo seguía siendo oro.