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Capítulo 56
Prueba de Fuego

— ¡Traidora! — grito Tania.

Había recién llegado a las celdas de la nave, Tania había permanecido despierta durante toda esa trayectoria. Exigiéndole a Sanda una explicación coherente de lo que había hecho, más aún sabía que sus intenciones eran buenas sin embargo, los había condenado a todos.

— ¿Que fue lo hiciste? — pregunto. — Sanda te lo advirtieron, ¿por que?

Aun no había respuesta de ella, los demás paladines se mantenían aún inconscientes en la celdas poniendo un poco nerviosa a la paladína blanca, la joven mantenía su visión en la pequeña barra de la cela que dejaba ver el pasillo de al frente.

— ¿Chicos? — llamó Keith.

— ¿Keith? ¡Keith! — exclamo Tania. — ¿Estás bien?

— Si, ¿Y tu?

— Si. — respondió. — ¿Los demás? ¿Están despiertos?

— Aquí Lance.

— Acabo de despertar. — hablo Pidge.

— ¿Cuánto tiempo pasó?

Pregunto Allura mientras se acercaba también a la puerta tratando de visibilizar lo que había a su alrededor tapándose con los ojos de Lance quien se alivio al verla bien.

— ¿Una hora? — hablo Hunk. — Perdimos tiempo.

— Paso una hora. — afirmo Tania. — El rayo los hizo que cayeran inconscientes... menos yo.

— ¿Cómo sucedió esto?

— Es mi culpa. — hablo la Almirante. — Prometió dejar planeta y liberar a los ciudadanos por los leones, fue un error confiar en el y ahora a causa de ello, los condene a todos.

— ¿Cuál es el plan? — pregunto Keith.

— Planea alinear los cañones y destruir el planeta.

La Almirante sentía la pesadez de todo, la culpa comía su alma y en silencio temblaba. ¿Como pudo confiar en un tirano tan peligroso como lo es Sendack? Si lograba sobrevivir, no aguantaría tanta culpa por mucho tiempo.

La paladina sentía la culpa de Sanda, seguía enojada por su traición apesar de saber que las intenciones eran buenas. Su visión permanecía en el pasillo de su celda cercana a la del líder, podía ver como el intento salir pero era en vano.

Ella ya lo había hecho, la bayards estaba demasiado lejos para traerlos de vuelta.

Estaban tan centrados en sus propios pensamientos hasta que un movimiento brusco los hizo despertar, Sendack se dirigía a la última base para terminar con ella y destruir la tierra.

— ¿Que fue eso?

— El cuartel está defendiéndose. — dijo Pidge. — ¡Debemos salir de aquí y ayudarlos!

La nave galra se sacudió con más fuerza, afuera de ella, el Atlas logró volar gracias al cristal que el castillo dio cuando explotó en las brechas, de alguna manera se había incorporado en la nave y ahora estaba lista para dándolo todo para defender a la tierra.

— Debemos llamar a los leones. — sugirió Hunk.

— Llamar a los leones y salir de aquí, son dos cosas diferentes.

— No digo que será fácil, nisiquiera creo que es posible, pero podemos intentarlo.— hablo Hunk. — Hay que intentarlo, por nuestras familias y la tierra.

— Shiro dijo somos capaces de todo. — apoyo Keith. — Podríamos intentarlo, paladines, cierren sus ojos y... Llamen a los leones.

Cada uno cerró sus ojos, tomando asiento en el suelo centrándose en llamar a su león.

Sus cuerpos empezaron a sentirse livianos, un escalofríos recorría sus espaldas hasta terminar en su cuello. La sensación de no estar en sus cuerpos era extraña pero estaban logrando salir de la nave de Sendack sin tener la necesidad de moverse o luchar para ello.

En cuestión de segundos, los leones se activaron logrando ver que estaban en un hangar enorme y espacioso. Viéndose entre todos, asintieron y destruyeron la entrada llamando la atención de los centinelas, y en espacial de Sendack, quien vio con seriedad la destrucción de la entrada junto al escape de los leones.

Estos mismos se dirigieron a la pelea donde empezaron a destruir cada caza que se les acercaba junto a destrucción de la naves madres que tenian intenciones de atacas el Atlas.

Shiro los había felicitado por su "escape", más aún Hunk le informó que no había escándalo y que sus cuerpos aún permenecian en las celdas de Sendack.

Debían actuar rápido para escapar de ahí.

A los ojos de la Almirante, escucho como la puerta del pasillo se abrió escuchando varios pasos acercándose a las celdas, estaban por asesinar a los paladines.

Una idea retorcida se llegó a su cabeza.

— Espera, sacame de aquí y te diré la debilidad del Atlas.

La Almirante tenia un plan, pero debía actuar rápido antes de que los centinelas lograrán llegar a las celdas. El galra se acercó a la celda, ambos se vieron durante unos segundos hasta que el galra abrió la puerta dejando salir a la Almirante, quien solo alzo sus manos en señal al ver a ambos centinelas apuntaban sus armas a ella.

— Habla. — dijo seco.

Sin previo aviso la Almirante le arrebato al centinela el arma disparando para destruirlo,  alejándose lo más que pudo hasta llegar a uno de los bordes observando con dos más llegaban a la pelea.

No sabía en que estaba pensando, pero estaba segura que haría lo que fuera para enmendar su error, y si eso implicaba dar su vida por ello, la daría sin pensarlo dos veces.

Tras a verlo pensado, tomó al centinela colocándolo frente suyo lleno directamente al Galra disparando a los dos centinelas dejando solo al soldado.

Lanzó el centinela sobre el Galra quien los esquivo con rapidez el cuerpo robótica disparando a la almirante, obligándolo a caer lejos de él, tratando de arrastrarse y alejarse.

— Siempre pensé que los humanos era una vida inteligente, pero me equivoque. — rio. — Disfrutaré tanto matar-

No logro terminar la frase, el león negro había traspasado la nave de Sendack matando en cuestión de segundos al enemigo. Dejando que Sanda soltara un suspiro de alivio más aún dejando salir un fuerte quejido de dolor al sentir un enorme huevo en su vientre.

Tenía los minutos contados.

La primera en salir fue Tania al derribar la celda, ayudando a Keith a salir también, dándose un abrazo de alivio al ver que ambos estaba bien. Keith se alejo para revisarla viendo que no había heridas en ella, hasta escuchar a Allura llamar a la Almirante.

Todos se acercaron para verla, Tania bajo a su altura tomando su manos intentando curar pero siendo detenida por la misma mujer.

— No lo hagas, se que te diste la mayoría de tu energía para traer a Voltron a casa.

— Estaré bien, solo déjeme-

— No. — apartó su mano. — Salven a la tierra, te ruego que... al menos, como ultimo anhelo, regrese a tu hogar.

La Almirante soltó su mano, Tania sólo bajo su cabeza su levantó su cuerpo viendo a Keith con determinación, ambos asintieron.

— Terminemos el trabajo.










— Nanis ♡

El Allegado del Blanco. [Voltron Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora