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Los cinco muchachos pertenecientes al equipo de DRX se levantaron de sus asientos, estando sumamente decepcionados de sí mismos. Dejaron las cómodas sillas suspendidas en sus lugares mientras que la tribuna gritaba los nombres de los integrantes del equipo enemigo.

Mientras todos desfilaban con los rostros llenos de vergüenza por la derrota, el joven MinSeok se encontraba caminando muy despacio detrás de todos ellos, evitando ser captado por alguna cámara o por algún entrevistador deseoso de saber sus sentimientos en ese mismo momento. Cuando al fin hubieron llegado a su punto de reunión, ninguno dijo nada. Ni siquiera durante el camino a casa. Todos iban distraídos en sus dispositivos celulares y los audífonos puestos.

La casa se sentía fría sin aquellas voces que siempre la inundaban. Esta sería la quinta derrota consecutiva para el equipo, dejándolo en el último lugar de la tabla.   Debido a esto último, el ambiente se había tensado a niveles elevados: esta era una de sus últimas oportunidades para que demostraran que podían ser un equipo competente.

Y lo habían arruinado.

—¿Hyung? —preguntó MinSeok detrás de su líder, una vez que se encontraron solos en la sala de su hogar —¿está todo bien?

Hyuk-Kyu miró al chico sin decir nada. Era una de las situaciones en las que sabía que era mejor dejarlo solo.

—¿Es necesario que te lo diga, MinSeokie?

—Soy un mal compañero, ¿verdad Hyung?

El mayor no dijo nada. Se limitó a sumirse en el sofá y tomar la atención de su teléfono celular. Mientras tanto, MinSeok seguía de pié esperando una respuesta de su parte, hasta que finalmente conectaron miradas por algunos escasos segundos.

—La próxima vez has caso en todo lo que te diga, ¿entiendes?

—Entonces... ¿todo fue mi culpa?

—Escucha, MinSeokie. No siempre voy a confirmarte lo que ya sabes. 

—Entiendo, Hyung —respondió MinSeok —que tengas buenas tardes, y perdón por todo.

MinSeok se retiró de la habitación. No le importaba tanto la derrota comparado a la indiferencia que le estaba mostrando Hyuk-Kyu en ese momento. Por supuesto que no era la primera vez, pero ahora se sumaba el sentimiento de culpa por no haber cumplido la promesa que le hizo.

Con un soporte así, Hyuk-Kyu nunca ganará nada.

La única forma de que Hyuk-Kyu sea campeón es con alguien que no sea yo.

El pasillo estaba con un aura muy diferente a la acostumbrada. Era fin de semana, así que podía tomarse el resto de las horas libres. La presencia de Ji-Hoon era lo único que daba señales de vida en ese momento, iluminando la oscuridad con su típica hoddie amarilla que lastimaba los ojos de MinSeok.

—¿Vienes de ver a tu novio? —preguntó Ji-Hoon con una sonrisa casi forzada.

—Vine a ver a Hyuk-Kyu Hyung —contestó en forma de corrección —creo que no está muy contento —finalizó encogiéndose de hombros, con una voz que denotaba tristeza.

—¿Pasó algo, MinSeokie?

MinSeok lo negó, limpiándose la cara con sus pequeñas manos.

—No, no. Solo... está decepcionado de mí.

Ji-Hoon propició un sincero abrazo a MinSeok. Él también sabía el sentimiento que tenía el decepcionar a alguien, especialmente si éste era Hyuk-Kyu. Era verdad Ji-Hoon siempre aprovechaba cualquier situación para hacerle bromas y comentarios pesados a MinSeok, pero también sabía que momentos como aquél no eran los más indicados.

STRAY (SECUELA LITTLE GUY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora