》35《

349 47 46
                                    

Después de despedirse de sus compañeros de equipo, y por supuesto, de Hyuk-Kyu, MinSeok se hallaba ahora en el aeropuerto, esperando encontrar la figura de su enamorado dándose paso de entre todos.

Pero no lo veía por ningún lado. Caminó por los pasillos del lugar, mirando y observando cada rincón y cada rostro que se atravesaba, buscando a MinHyung.

Fue hasta que unas grandes y cálidas manos le taparon los ojos, obstruyéndole la visión, que se dió cuenta de que quizá, el mayor lo había estado acechando desde hace un buen rato.

—¿Quién soy? —preguntó la inconfundible voz de MinHyung

—No lo sé, ¿Lee SangHyeok?

—Quisieras.

MinHyung retiró sus manos del rostro de MinSeok, dejándolo libre. Tan rápido como pudo,  el menor se dió vuelta y abrazó el robusto cuerpo de MinHyung, que emanaba un dulce y satisfactorio olor perteneciente a su perfume. Ante esto, MinHyung correspondió al abrazo, rodeando el pequeño cuerpo de MinSeok y apretándolo contra el suyo.

—¿Cómo estuviste estos días, MinSeokie?

—Extrañándote, Hyung —susurró—fue una larga semana sin verte.

—También te extrañé, pequeño —contestó.

Se separaron al escuchar los altavoces que anunciaban los próximos vuelos. Faltaba menos de una hora para que el avión de la pareja hiciera presencial, por lo que tenían un poco de tiempo antes de partir. MinHyung optó por ir a la cafetería más cercana, provocado por el hambre que tenía al momento.

—¿Por qué quieres comer azúcar antes del vuelo? —preguntó MinSeok mientras observaba al mayor comer un apetitoso poste —¿no va a hacerte daño?

—Tengo hambre. No comí nada por poner mis cosas en orden.

—Por eso debiste hacerlo desde ayer.

—Ya lo sé, MinSeokie. Quizá deba aprender a ser un poco más responsable, así como tú.

—¿Estás siendo sarcástico?

—No. Lo sigo en serio. No administré mis tiempos y olvidé que tenía que comer.

—¿Vas a llenarte con eso?

—Por supuesto que no. Cuando llegue a casa de mi padre prepararé algo.

—Creí que iríamos a la mía.

—Me gustaría que el día que pasáramos juntos fuera el último de nuestra visita en Busan. Es mejor que pasar solo una corta noche, ¿no crees?

—Aún así... quisiera que fueras a mi casa hoy. 

—¿A saludar a tu madre?

—¡Sí! así servirá que pueda convencerla de que de quedes el último día.

—¿No le has dicho?

—Quiero que sea una sorpresa.

—¿Cómo estás tan seguro de que va a aceptar que me quede?

—Ya te lo dije, Hyung. Ella te ama. No se atrevería a decir que no.

—Bueno, puede ser. Solo dudo que nos deje dormir en la misma habitación.

—Yo me encargaré de eso. Haré de todo para que durmamos juntos.

—Espera... ¿quieres que duerma contigo?

—C-claro... ¿dónde más?

—Solo si prometes no ahorcarme con tus brazos.

—Deja de burlarte.

STRAY (SECUELA LITTLE GUY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora