Capítulo 2: "Mamá"

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Calliope
Estaba parada en el estacionamiento, esperando que Arizona me buscara. A lo lejos pude ver un descapotable rosa, debería habérmelo visto venir.

Claro que esa mujer tendría uno.

—Sube —dijo.

Al hacerlo, sentí la fragancia dulce de aquella rubia, estaba impregnada en cada espacio del coche.

Un silencio incómodo se asentó, no sabía qué decir, aunque en mi mente solo había una pregunta...

—¿Por qué ayer me defendiste? —solté.

Ella frunció el ceño en mi dirección.

—Porque Lauren es patética y me cae horriblemente mal.

—Pero a mi también me detestas... —reí apenas.

—Solo yo puedo molestarte, ese es mi papel... Suerte para ti que entré allí o tendrías toda la nariz deformada, y tu si tendrías nariz falsa —bromeó.

—Oh... eso te dolió, ¿verdad?

—Para nada. Pero, mi pregunta es, ¿por qué no te defendiste? Esta a la vista que eres mucho más grande que Lauren.

—Yo no golpeo a las personas, soy pacifista —dije tranquilamente.

Arizona soltó una carcajada, pero en cuanto vió que en mi rostro no había una pizca de broma, paró.

—¿Lo dices enserio?

—Le prometí a mi padre que no golpearía gente luego de lo qué pasó en la primaria...

—¿Qué hiciste? ¿Le rompiste la nariz a alguien? —bromeó irónica.

—Si.

Ella se giró a mirarme con los ojos abiertos como platos.

—Oh por Dios —se carcajeó.

Y, aunque no lo crean, jamás había oído reír a la rubia. Parecía tan inocente cuando lo hacía... Lastima que era la reencarnación del diablo.

—¿Cuántos años tenías?

—Unos... ¿7?

—Joder —maldijo y volvió a reír. —Hemos llegado —bajó del auto.

La casa parecía ser preciosa por fuera, en cuanto entré, pude confirmarlo.

Una mujer rubia salió de la cocina con una gran sonrisa. En cuanto me vió, sus ojos se iluminaron.

—Que sorpresa verte aquí, Calliope —sonrió y me abrazó.

Estaba confundida, ¿de dónde podría conocerme la madre de Arizona? Jamás en mi vida la había visto.

—Oh, lo siento, no debes de reconocerme. Han pasado muchos años —rio, era igual a la risa de la rubia.

—Yo... Lo siento.

—Tu madre era una buena amiga mía, fuimos al campamento de verano durante muchos, muchos años —sonrió melancólica. —¿Cómo está ella?

Arizona la reprochó con la mirada.

Era sabido entre todos en la escuela que mamá había muerto, al menos desde que yo tenía doce.

—Ella... Yo no tengo contacto con Lucía —dije en un susurro.

—Oh, lo siento, no quise incomodarte... —la mujer acarició mi hombro.

—Está bien —sonreí apenas.

—Les traeré algo para que coman.

—Estaremos en mi habitación haciendo un proyecto mamá —gritó Arizona y subió corriendo.

Ella dejó sus cosas sobre la cama y se observó al espejo. Tiré mis cosas por allí y me quedé mirándola.

—¿Por qué le has mentido a mi madre? —preguntó arreglándose el labial.

—Yo no le he mentido a tu madre —me tomé el atrevimiento de sentarme en su cama.

—Tu siempre has dicho que Lucía murió... Sabes, mi madre podrá soportarlo. No es idiota.

—Desearía que estuviera muerta, pero está en alguna parte del mundo ignorando que existo —mordí mi labio inferior.

Arizona se giró a mirarme con el ceño fruncido.

—Lo siento, no lo sabía Calliope... —ella se sentó a mi lado y me sonrió apenas.

Arizona
Rosé apenas su mano con la mía, mientras mi sonrisa seguía intacta. Calliope de un momento a otro desvió su mirada.

—Deberíamos comenzar con el proyecto —se aclaró la garganta y se puso de pie.

Realmente el trabajo no era difícil, ambas éramos buenas en ella y no hubieron errores en nada. En cuánto quedó listo, sonreí al verlo.

Lo había impreso en una hoja que tenía apenas un color rosa.

¿Se nota demasiado mi obsesión con el color?
Yo creo que no.

"Dime lo que quieres, lo que te gusta, está bien
Tell me what you want, what you like, it's okay
yo tambien tengo un poco de curiosidad
I'm a little curious too
Dime si está mal, si está bien, no me importa
Tell me if it's wrong, if it's right, I don't care
Puedo guardar un secreto, ¿tú puedes?
I can keep a secret, can you?"

—Creo que ya debo irme —sonrió la morena. —Mi padre está afuera —aclaró.

—Oh, si. Te acompaño —me puse de pie y caminamos nuevamente hasta la puerta.

Ambas nos miramos con una pequeña sonrisa en nuestros rostros.

—Nos vemos mañana —dije.

—Claro —ella bajó la mirada y salió de la casa.

Al salir, mi madre parecía tener una acalorada discusión con el padre de Calliope. Aquel hombre alto parecía estar enojado con Bárbara.

La morena se veía igual de confundida que yo, no entendíamos qué ocurría.

—Tú permitiste que me mintiera todo ese tiempo, así que si, Bárbara. Te culpo de que esa pequeña niña hoy no hable con su madre —gritó.

—Yo no sabía que ella... Lo siento tanto Carlos —mi madre bajó la cabeza y se disculpó.

—¿Ocurre algo papá? —preguntó Calliope temerosa.

—Sube al auto pequeña, nos vamos a casa —dijo en seco y se montó en su coche.

La latina se despidió de mi con una mirada triste e hizo lo que su padre pidió. Mientras tanto yo observaba a mamá confundida, ella simplemente me tomó del brazo y me guió hacia adentro.

BlondieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora