Calliope
Esto no era posible, seguramente era otra mentira de la rubia. Mi madre jamás regresaría, mucho menos para buscarme.—No te creo —me negué a tomar la carta.
—¿Por qué te mentiría con esto? Sé que es importante para ti, por eso la saqué del instituto.
—¿Por qué?
—Porque les has dicho a todos que murió, te verías fatal si ella aparece...
—No, ¿por qué lo hiciste?
Ella levantó los hombros, como si quisiera zafarse de la situación.
—Debo irme, simplemente lee la carta. Prometo que no haría algo así —Arizona caminó hacia la ventana para salir.
Podría matarse si salta.
—Espera —tomé su mano. —Te matarás si sales por la ventana...
—Tu padre nos descubrirá Calliope, no deseo tener más encuentros incómodos con él.
¿De qué está hablando?
Fruncí el ceño.—Quédate —dije sin pensar. —No quiero hacerlo sola... Solo quédate por hoy.
Nuestras manos estaban unidas, nuestros dedos entrelazados y nos mirábamos tan fijamente que creí que moriría frente a ese par de zafiros.
—Está bien, no me iré —susurró.
Ambas nos sentamos en la cama, miré el papel por varios minutos, hasta que decidí abrirla y terminar con el misterio.
"Querida hija:
Sé que debe ser extraño leer esto después de tantos años de estar alejadas... No espero que me perdones, pero si que escuches lo que tengo para decir.
Jamás quise alejarme de ti, pero estaba avergonzada y no quería que tuvieras que vivir con el peso de tener que ver a tu madre enamorarse de una mujer. Eras demasiado pequeña para entenderlo.
Nunca dejé de estar a tu lado, aunque sé que no lo sabes, estuve en cada uno de tus momentos importantes. Simplemente viéndote desde lejos... He estado en contacto con tu padre desde hace tiempo, él me llamó cuando tu vocación por el piano comenzó.
Me hubiera gustado que supieras que ese piano fue un regalo mío. (Mis iniciales están debajo de él)
Tengo cada una de las fotografías que tomé: cuando hiciste tu primer recital de piano, cuando aprendiste a subirte a una bicicleta, cuando entraste al instituto... Incluso tengo una en la que Mark está presente.
Solo quiero que sepas que jamás pude dejarte, estaría muy emocionada de que me envíes un mensaje, podríamos ir a tomar un café.
Con cariño.
-Mamá."
Dentro del sobre estaban las fotografías que había mencionado antes, las habían tomado de lejos. No pude con tanto sentimiento acumulado y comencé a llorar.
¿Por qué nunca se acercó?
Siempre necesité a una madre, la necesité; cuando mi período bajó y mi padre no sabía cómo explicarme qué era, cuando me enamoré por primera vez de una chica, cuando la pubertad llegó y tuve que rasurarme, cuando tuve mi primera borrachera.
La necesité, pero ella era un fantasma que me miraba a lo lejos.
Eso no era una madre.
—¿Callie? —Arizona me miraba con tristeza. —¿Estás bien?
Negué. La rubia me tomó de los hombros y me abrazó, dejé mi cabeza en su pecho hasta intentar dejar de llorar, pero no sucedió, no podía parar.
—Todo estará bien, es tu decisión contactarte con ella. Lo que tu quieras hacer estará bien y yo estaré apoyándote.
Sonreí apenas, alcé mi rostro y la observé.
"Te diré la verdad, pero nunca adiós.
I'll tell you the truth, but never goodbye
No quiero mirar nada más ahora que te vi
I don't wanna look at anything else now that I saw you
No quiero pensar en nada más ahora que pensé en ti
I don't wanna think of anything else now that I thought of you
He estado durmiendo tanto tiempo en una noche oscura de 20 años
I've been sleeping so long in a 20-year dark night
Y ahora veo la luz del día, sólo veo la luz del día
And now I see daylight, I only see daylight"Arizona relamió sus labios ante la cercanía de nuestros cuerpos, podía sentir su respiración entre cortada.
Pero una voz nos interrumpió, era mi padre carraspeando.
—Creí que no había nadie aquí.
Ambas nos separamos rapidamente y nos pusimos de pie.
—Sr. Torres, lamento que mi visita sea tan tardía, necesitaba hablar con su hija. En un momento me retiro —dijo Arizona nerviosa.
Mi padre sonrió.
—La cena está lista, pondré un plato de más en la mesa —nos guiñó el ojo y se fue.
—¿Eso significa que...?
—Si, te ha obligado a quedarte a cenar —reí apenas.
—Mierda —susurró.
—Espero estés lista para lo que viene —dije en su oído mientras mi padre servía la cena.
Ambas sonreímos como tontas cuando Carlos se sentó frente a nosotras, queríamos dar la mejor imagen posible.
¡Eramos mejores amigas!
—Bien... entonces, ¿desde cuándo son pareja?
Escupí parte de mi soda y Arizona se atragantó con la comida.
—Nosotras no... —reí nerviosa.
—Su hija es verdaderamente hermosa, pero no somos más que amigas —volvió la rubia nerviosa.
—¿No? ¿Y entonces por qué te escabulles en el cuarto de mi hija a altas horas de la noche sin que yo lo note?
—Pa, ha sido solo esta vez.
—Arizona sabe que no —sonrió.
Observé a la rubia con los ojos abiertos.
—¿Recuerdas esa fiesta en la que... te caíste y te curé los raspones?
¿De qué habla?
—Que te traje en mi auto —inclinó la cabeza.
¡Oh, ya entiendo!
—Claro —asentí.
—Saliendo de tu cuarto me encontré con tu padre... —frunció los labios.
—Creí que quizás estaban teniendo relaciones.
Esta vez yo me atraganté con la comida y a Arizona casi se le sale la soda por la nariz.
—Para nada —reí.
—Bien, entonces doy por entendido que Arizona es solo tu amiga y que, de ahora en más, tocará la puerta si quiere entrar a casa.
Ambas asentimos.
—La cena está deliciosa, pero mi madre se pondrá nerviosa sí no vuelvo a casa temprano —Arizona rió nerviosa. —Fue una hermosa velada, muchas gracias Sr. Torres.
—Te acompaño a la puerta —me puse de pie y rápidamente salimos de ahí. —Dios, lo lamento tanto, mi padre no tiene filtros y tiene una bocota —reí.
—Está bien, es gracioso —reímos. —Supongo que nos vemos mañana.
—Claro.
Intentamos saludarnos al mismo tiempo, casi dándonos un pequeño beso, pero retrocedimos a tiempo. Arizona sonrió nerviosa, depositó un beso en mi mejilla y se fue.
Mierda. Necesito un calmante para poder dormir esta noche, han sucedido demasiadas cosas.
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Blondie
Fiksi Penggemar"Sobre todo, te odio porque pienso en ti. A menudo. Es repulsivo, pero no puedo evitarlo." - El príncipe cruel.