Capítulo 17: "¿Hoy?"

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Arizona
Sentí un leve sonido en mi ventana, lo primero que se me vino a la cabeza fue que quizás una rama estaba golpeándola, por lo que me puse de pie y la abrí.

Una melena negra me tomó por sorpresa.

—Joder Calliope, ¿qué haces aquí? —me sobresalté.

—Estaba pensando en ti y quise venir —susurró.

Sus manos fueron directamente a mi cintura.

—¿Qué estás haciendo? —la observé con el ceño fruncido. —Habíamos acordado que...

—Solo cállate —susurró en mi oído.

Tragué saliva con fuerza. Calliope tomó mi rostro entre sus dedos y comenzó a besarme lentamente, su lengua recorría toda mi boca. Pronto, caminamos hasta mi cama, ella me recostó allí.

—Callie, mis padres pueden oírnos —jadee a falta de aire.

—Entonces será en silencio —sonrió.

Quitó su chaqueta y se tumbó encima mío. Sus manos se dirigieron directamente a mi sujetador, metió sus fríos dedos y acarició a los costados de mi cuerpo.

No pasó mucho tiempo hasta que mi sudadera y pantalones terminaran en el suelo. La latina besó mi mandíbula, siguiendo por el cuello, hasta el valle de mis senos. Jadee apenas, estaba extasiada.

Tomé su cabeza entre mis dedos, obligándola a besar mi cuerpo con más determinación. Su mano bajó hasta mi intimidad acariciando la zona, hizo mis bragas a un lado y...

Un ruido jodidamente molesto comenzó a sonar en mi oído.

Entonces desperté exaltada. Miré hacia todos lados buscando a Calliope, pero ya era de día, yo estaba sudada y mis bragas mojadas.

Había sido un sueño.

En cuanto lo noté, tapé mi rostro con la almohada y grité.

Maldita Calliope que tiene un cuerpo ardiente y maldita yo que quiero que me haga suya.

Obviamente estaba de mal humor al llegar al instituto, no quería que nadie se me acercara. Me frustraba toda esta situación del coqueteo, las idas y vueltas, simplemente quería a la morena conmigo.

—Arizona —sonrió Chad, lo conocía por el equipo de fútbol.

—Chad —sonreí apenas.

—Supe lo que pasó con Dann, creo que habrás tenido tus razones para engañarlo... Él no te cuidaba como un verdadero hombre —intentó acercarme sus músculos a toda costa.

Reí como niña estúpida, no sabía cómo salir de esta.

Calliope pasó por nuestro lado con la idiota de Penny, ambas se quedaron en un costado, aunque noté que su mirada no se apartaba de mí.

Le sonreí maliciosamente y volví a observar a Chad.

—Quería preguntarte si ¿estás libre esta noche?

—¿Por qué? ¿A dónde quieres llevarme? —me acerqué a él coqueta.

—A donde quieras ir.

Ladee la cabeza.

—Sabes, me gustan los chicos determinados... Si vas a invitarme a una cita —cerré mi casillero con fuerza. —Mínimo piensa dónde llevarme.

Rodé mis ojos y seguí caminando, pero pronto otro chico me detuvo. Suspiré cuando vi que era John, un amigo de Dann.

¿Acaso estaban desesperados?
Él colocó unas flores frente a mi rostro.

—¿Para mí? —miré discretamente a la morena, la cual estaba muriéndose por golpearlo.

—Claro nena —sonrió. —¿Te gustaría venir a mi casa hoy? —me tomó de la cintura.

Sonreí.

—Prefiero tomar ácido antes que acostarme contigo —palmé sus hombros. —Pero gracias por las flores. Aunque prefiero los tulipanes —se los devolví bruscamente.

Seguí mi camino como de costumbre.

¿Acaso los hombres son idiotas?

Sentí una mano llevarme hacia una sala de limpieza. Esto tiene que ser una broma.

—¿Qué sucede ahora? —suspiré observándola.

—¿Por qué dejas que te coqueteen? —preguntó molesta.

—Oh, espera —reí. —¿Estás haciéndome una escena de celos cuando tienes novias? Es decir, me siento halagada, pero estaría más feliz si estuvieras soltera... —observé mis uñas.

Callie negó molesta.

—Simplemente no hagas eso.

—¿Hacer qué? —me acerqué a ella.

—Primero —me tomó de la cintura y me alejó, haciéndome temblar. —Deja de acercarte a mí de esa manera y segundo, no me mires mientras coqueteas con otros chicos.

—Está bien —me solté de su agarre.

—¿Qué sucede? —sonrió, esta vez ella se acercó a mí.

—Nada.

Caminé hacia atrás hasta chocar contra la pared, pero Calliope simplemente no paraba de acercarse.

—¿Por qué tiemblas?

—Por nada —desvié la mirada.

Callie me tomó el rostro con sus dedos y me obligó a mirarla.

—Anoche soñé contigo —dije sin pensar.

Esta ladeó la cabeza con la sonrisa más sucia que he visto.

—¿Y qué soñaste?

—No puedo decírtelo —susurré.

—¿Estuviste fantaseando conmigo? —se burló.

—Yo jamás haría eso —era hora de voltear la situación.

—No se nota.

—¿Por qu...?

No pude seguir hablando debido a que su mano pasó por debajo de mi falda, tocando mi intimidad con sus tres dedos, haciéndome jadear.

—Dudo que no, por lo mojada que estás.

Abrí mis ojos como platos, esto ya no era un puto sueño. La mismísima Calliope Torres me había tocado.

Sus labios fueron a parar a mi cuello, mientras mis manos la acercaban cada vez más a mí, podía sentir mi respiración convertirse en irregular. Mi entrepierna estaba completamente mojada, su boca no paraba de besarme.

Ambas nos miramos a los ojos y nos besamos con pasión, nuestras manos recorrían el cuerpo de la otra sin límites.

—Espera —me alejó. —Quiero que esto sea especial para ti —dijo entre jadeos.

Asentí.

—Mi padre no estará en casa hoy —susurró en mi oído.

—Me parece una propuesta tentadora.

—Te espero entonces —sonrió y salió de la habitación arreglando su ropa.

Por Dios, tendré mi primera vez hoy. Ni siquiera lo había pensado.

BlondieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora