Capítulo 4: "La fiesta se acabó"

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Arizona
La fiesta estaba a minutos de empezar, obviamente mis amigas y yo estábamos listas, las tres llevábamos atuendos a juego. Amelia tenía puesto una pequeña sudadera rosa, con una minifalda blanca y unas botas del mismo color, April llevaba un corset blanco, con una falda y tenis rosas. Mientras que yo llevaba un vestido completamente rosa y unas botas negras.

Si, realmente nos gustaba llamar la atención de las personas.

Nuestros invitados comenzaron a llegar, el alcohol y las sustancias no pasaban desapercibidas. Sentí unas manos rodearme la cintura y sonreí, sabía que era Danny.

—Cariño —dije apenas me giré y besé sus labios apenas.

—Esta fiesta está genial —acarició mi mejilla.

—Como todas las fiestas que hago —reí con mis amigas.

—Mira quien ha llegado —comentó Amelia mientras observaba hacia la entrada.

Giré mi mirada y mis ojos automáticamente se encontraron con los de Calliope, le di una pequeña sonrisa, no quería que nadie lo notara. Ella hizo lo mismo y siguió su camino al lado de Mark Sloan.

—Az, podemos hacernos cargo, deberías ir a disfrutar con Dann, en tu cuarto —ambas se rieron.

—Yo solo... Esperaba bailar un poco más —sonreí nerviosa.

—¿El sexo con Dann ya no es bueno? —Amelia abrió los ojos como platos.

—No, claro que no —estaba contra las cuerdas. —Tienen razón, me lo llevaré arriba —sonreí, tomé la mano de mi novio y lo llevé escaleras arriba, mientras todos los adolescentes gritaban como animales, alentando a Dann.

Ambos entramos a la habitación entre risas.

—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó.

—No lo sé, juguemos a las cartas —me burlé.

"No sé lo que te han dicho
I don't know what you been told
Mira, no soy tu enemigo, ooh-oh
See, I am not your enemy, ooh-oh
Pero si hay una cosa que sé
But if there's one thing that I know
¿Es que no eres un amigo para mí, ooh-oh?
Is that you ain't a friend to me, ooh-oh
Así que no vengas por mí
So don't come for me
A menos que envíe por ti
Unless I send for you
Sé que estás muerto para mí
Know you're dead to me"

No pasó mucho hasta que comenzamos a escuchar gritos, nos miramos con preocupación y me acerqué a la ventana para ver hacia el jardín de enfrente. Se había creado un círculo de personas, alrededor de dos que peleaban.

Mierda, pensé en cuánto me di cuenta de quienes eran.

Corrí escaleras abajo y me metí nuevamente en la ronda, tal y como la vez pasada.

—Arizona —unas manos me detuvieron. —¿Qué haces? —preguntó Amelia. —Esto es lo que nos pediste que hiciéramos.

Las miré confundida.

—Dijiste que nos vengaríamos de la pequeña zorra, ¿recuerdas? Para eso hemos invitado a Lauren, le dará su merecido —sonrió April.

Las aparté de un empujón y me acerqué a Lauren.

—¿Qué mierda crees que haces? —le grité.

—¿De qué hablas? Tu planeaste esto...

Calliope y yo nos miramos, ella tenía sus mejillas llenas de lágrimas, pero se podía percibir el enojo en sus ojos.

Yo solo esperaba que me dejara explicarle.

—Perra estúpida —empujé a Lauren. —Lárgate de mi maldita fiesta antes de que te arranque cada uno de tus cabellos —volví a gritar.

La rubia alzó sus manos y se alejó de mí, pero sobre todo de Calliope. Al girarme, la morena me miró con odio.

—Déjame explicarte Callie.

—Pudrete —escupió y salió corriendo hacia la calle, encaminada a su hogar.

Corrí hacia mi cuarto, en busca de mi llaves.

—¿Qué mierda fue eso? —grité apenas vi a mis amigas.

—Tú pediste venganza —dijo April temerosa.

—Joder, pensé en pintura rosa sobre ella, ¡no una maldita pelea! ¡Callie es pacifista! —nuevamente grité, pero ahora mientras entraba a mi auto.

Recorrí la calle hasta encontrar a la morena caminar por la acera.

—¡Calliope! —la llamé. —Sube al auto.

—Vete a la mierda.

—Te llevaré a casa y curaré tus raspones, solo tienes que subir al coche —bajé la ventanilla al todo.

—¿Eres tonta? —se giró hacia mí. —Si estoy así, es por tu culpa.

—Créeme que este plan no fue mío, jamás mandaría a que te golpearan... Bien, si, solo te invité a la fiesta para hacerte algo, ¡pero no esto!

Calliope paró en seco y se acercó al auto, la miré nerviosa, varias veces había provocado esto en mí.

—Dime un secreto que nadie sepa y te creeré.

—¿Qué? —grité.

—Ya me oíste princesa.

Pensé por algunos minutos, había solo un secreto, pero jamás se lo diría, es demasiado importante...

—Tengo 568 barbies guardadas en mi closet.
Callie rió.

—¿Por qué?

—Las coleccionó —viré los ojos. —¿Algo más?

Esta negó y subió al auto.

—Si le dices a alguien esto, juro que voy a matarte con mis propias manos.

La latina rio nuevamente. Al llegar a su casa, me llevó hasta su habitación y buscó el botiquín de emergencia, busqué un parche y alcohol para curar su ceja y algunos raspones en sus brazos.

Al terminar en sus extremidades me pasé a su rostro, ella se acercó demasiado y podía sentir su aliento contra mis labios. Mi respiración comenzó a ser irregular.

—Yo... creo que debo volver a casa —sonreí apenada y me levanté.

—Claro —la latina me sonrió, nos vemos en el instituto supongo.

Asentí y salí de su habitación, encontrándome directamente con el Sr. Torres.

—No es lo que piensa —dije rápidamente.

—Yo no pienso nada Srta. Robbins, solo veo —sonrió. —Veo que está saliendo de la habitación de mi hija pasada la una de la mañana y con las mejillas rojas, solo pido que la cuide, no quiero tener más problemas con su familia.

Asentí frenéticamente y salí corriendo de allí.

BlondieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora