Blondie

Capítulo 20: "Pintar mariposas"

Arizona
Estaba frente a la casa de Callie, esta me pidió venir para que pudiéramos ir a un lugar sorpresa. Habíamos hablado bastante sobre qué queríamos como personas, decidimos dejar todo en secreto por un tiempo, por mí, porque aún no sabía cómo decirlo.

Toqué su puerta y al instante abrió con una sonrisa.

—Hola —sonreí.

—Hola...

—Callie, ya debo irme, por favor avísame cuando vuelvas a casa —dijo su padre por detrás. —Oh, hola Arizona —me abrazó.

—Hola Sr. Torres, prometo recordarle a Callie que le diga en cuanto lleguemos.

Este asintió feliz.

—Pa —la morena tomó mi mano, mis ojos se abrieron como dos pelotas de tenis. —Arizona y yo ya no somos amigas —sonrió apenas.

Su padre observó nuestras manos unidas, para luego mirarnos con una gran sonrisa y abrazarnos.

—Ya era hora —susurró.

Luego de unos minutos de felicitarnos, Carlos tuvo que irse ya que llegaría tarde a su vuelo.

Miré a la morena con una pequeña sonrisa.

—Lamento si no te dije que haría esto, pero creía realmente necesario que él supiera de esto —frunció los labios.

—Me ha gustado, gracias —deposité un pequeño beso en sus labios y caminamos hasta mi auto.

Cuando iba a subir al asiento del conductor, esta me detuvo.

—¿Puedo pedirte algo?

—Lo que sea...

—¿Puedo conducir?

Abrí mis ojos asombrada. Tomé las llaves y se las entregué.

—Esperaba que fuera más difícil —se burló.

[Wildest Dreams (Taylor's Version) - Taylor Swift]

Llegamos a una especie de parque que tenía una casilla adelante, Calliope se acercó y habló con la mujer que se encontraba allí, esta le señaló un lugar en el parque y la morena volvió.

—¿Vamos?

Asentí tomando su mano.

—¿Qué es este lugar?

—Solo disfruta...

Nos acercabamos cada vez más a donde la mujer había señalado, cuando me di cuenta de que había una manta, comida y algunas cosas para pintar como; pinceles, lienzos y obviamente pintura.

Sonreí en su dirección.

—¿Qué es todo esto?

—Bueno, quería que nuestra primera cita fuera especial, es decir, no quería algo tan normal como ir al cine, a un restaurante, o algo así. Quiero que lo recuerdes con cariño y que te sientas especial.

Salté sobre ella y la abracé con fuerza.

—Me encanta —susurré.

Ambas nos sentamos a cada lado de la manta, había bastante comida, no creía que pudiéramos terminarla a tiempo.

—Voy a hacer un retrato de ti —tomó su lienzo y lo apartó de mí para que no pudiera verlo.

—Entonces yo haré lo mismo —reí.

—Consigue tu propia idea rubia —me empujó del hombro.

—No es para nada original tu idea, que lo sepas —la molesté.