Capítulo 12: "Sra. Torres"

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Calliope
Lo teníamos decidido, no sabía si era porque ambas buscábamos no estar solas o porque queríamos molestar a Arizona. Pero lo hicimos.

Penny y yo entramos de la mano ese día al instituto.

Todos se nos quedaron viendo, algunos reían por el pelo verde de mi novia y otros murmuraban. Hasta que todas las miradas fueron a parar hacia otra persona y claro, Arizona estaba entrando por la puerta con su grupo de serpientes.

Pero, ¿por qué todos hablaban de ella? ¿Qué había hecho?

—¿No te enteraste? —preguntó Mark a mi lado.

—¿Qué?

—Arizona engañó a Dann con otro chico y ahora están separados.

Fruncí el ceño en su dirección, nada era lógico. ¿Por qué Dann querría que todo su esfuerzo se fuera a la basura? Pero lo más importante, ¿qué había hecho Arizona para que todo se terminara?

La rubia pasó por nuestro lado con aires de superioridad y rió.

—¿Saben? Dicen que el verde vuelve esta temporada —dijo mirando a Penny y riendo.

Sus amigas reían también, siguieron caminando como si nada hubiera sucedido.

—¿Sabes por qué Arizona me odia tanto? —la pelirroja me observó nerviosa.

—No tengo idea, pero lo averiguaré.

Las horas de clases eran eternas, hasta que el receso llegó, vi entre la gente a Arizona sola en su casillero. Me acerqué a ella molesta.

—¿Qué le hiciste a Dann para que le dijera a todos que lo engañaste? ¿A él también le hiciste daño?

Apenas la rubia escuchó mi voz, cerró el casillero rápidamente.

—¿Y eso a ti qué te importa?

—Si llegas a herir a Dann, te las verás conmigo, no está preparado para algo tan grande.

—Deja de creer que eres su amiga, porque no lo eres. Te recuerdo que yo soy su mejor amiga desde que somos pequeños. Antes de lastimarlo quemo mi maquillaje —me miró con asco. —Simplemente quédate al margen y deja de molestarme, bicho raro.

Me empujó contra los casilleros y salió de allí lo más rápido que pudo. Bajé mi mirada decepcionada, pero entonces me encontré un papel en el suelo.

Me agaché y lo tomé entre mis dedos, era una foto, seguro se había caído del locker de la rubia. Pero era nuestra... Arizona tenía una foto de nosotras.

Quizás eso me dió esperanza, pero decidí desaparecerla cuando recordé lo que había hecho y lo mucho que me había lastimado que me besara cuando no sentía nada.

Guardé la fotografía en mi chaqueta y salí de ahí.

Arizona
Debía ir al médico, por lo que salí antes del instituto, pero una cara conocida me hizo frenar en seco. Esto no podía ser real.

—¿Lucia? ¿Qué hace usted aquí?

—Oh, tú debes ser Arizona, eres idéntica a tu madre —sonrió. —Estoy esperando a Callie, necesito darle algo y quizás conversar con ella.

Negué. La tomé de los hombros y la alejé de la entrada.

—Tiene que irse ahora mismo.

—No haré eso —refunfuñó molesta.

—Calliope ni siquiera quiere verte y para todos en esta escuela usted está muerta —dije entre dientes.

—¿Por qué creen eso?

—Porque su hija prefirió decir que estaba muerta a tener que explicar por qué la abandonó.

—Yo... Solo quiero hablar con ella.

—Tiene cinco minutos para salir de mi vista. Tuvo mucho tiempo para hablar con ella y nunca lo utilizó conscientemente. Así que, por favor, saqué su trasero de aquí y no vuelva a buscar a Calliope, que bastante jodida está.

—¿Podrías... podrías darle esto? —la mujer me entregó una carta.

—Si, pero ya lárguese —la tomé rápidamente entre mis dedos y la saqué hasta del estacionamiento.

"Hiciste algunas cosas malas, pero yo soy el peor de ellos.
You did some bad things, but I'm the worst of them
A veces me pregunto cuál será tu última mentira
Sometimes I wonder which one will be your last lie
Dicen que las miradas pueden matar y podría intentarlo.
They say looks can kill and I might try
no me visto para mujeres
I don't dress for women
no me visto para hombres
I don't dress for men
Últimamente me he estado vistiendo para vengarme
Lately I've been dressing for revenge"

Mierda, ¿y ahora cómo le explico a alguien que ni siquiera quiere verme esto?
Necesito dejarle esta carta, ella se lo merece.

Pensé en leerla, pero no era mi tema.

Por la noche de ese mismo lunes, me escabullí de casa y conduje hasta la casa de los Torres. Me trepé por un árbol y subí hasta su ventana, casi ilesa, si no fuera porque mi cabello estaba lleno de ramas y hojas.

—¿Qué mierda haces aquí? —susurró Calliope cuando se acercó para abrir la ventana.

—Joder, ¿por qué no simplemente toqué? —dije cansada.

—¿Qué haces aquí Arizona? —la morena se cruzó de brazos.

—Oh no, más te vale tratarme bien o no te diré.

—¿Callie hay alguien en tu cuarto? —preguntó su padre.

Ambas abrimos los ojos como platos, esta me empujó hasta arrinconarme en su closet. Nuestras bocas estaban tan cerca que, si me moviera apenas unos centímetros, podría juntarlos.

Sentía su aliento golpear contra mi rostro, parecía jadear. Nuestros cuerpos estaban tan cerca que hasta nuestros pechos se chocaban.

Ahora no Arizona, deja de pensar en sexo.

—No papá, estoy viendo un tutorial de cómo hacerme rulos en el cabello.

Fruncí el ceño.

—Ni siquiera van contigo —susurré.

—¿Ru... qué?

—Nada, vete a dormir —gritó.

Sentimos los pasos del hombre alejarse de la puerta y caminar lejos. Entonces tomé la iniciativa, mis manos fueron hacia su cadera y la alejaron de mí.

—Ahora dime, antes de que este hombre vuelva.

—Es...—rasqué mi cabeza.

—¿Qué?

—Tu madre ha aparecido hoy en el instituto y te ha dejado esta carta —la puse frente a sus ojos cristalinos.

BlondieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora